Rusia espera firmar todos los acuerdos necesarios para sumarse a la Organización Mundial del Comercio (OMC) este año, a pesar de las significativas diferencias que aún persisten con Estados Unidos.
"Las predicciones de que podremos unirnos a la OMC para mediados de 2006 son bastante realistas", aseguró el ministro de Desarrollo Económico y Comercio, German Gref, en una entrevista publicada por el periódico Vremya Novostei.
Gref anunció que Rusia firmó una serie de acuerdos comerciales con Canadá, Filipinas, Nicaragua y Paraguay durante la conferencia ministerial de la OMC celebrada el mes pasado en Hong Kong.
Sin embargo, Moscú mantiene serias diferencias con Washington. Ambas partes lograron alcanzar una "fórmula aceptable" sobre diversos temas como los aranceles a la importación de aviones, derechos de propiedad intelectual y agricultura, pero fracasaron en la búsqueda de un acuerdo sobre la apertura de los servicios financieros.
"Es tiempo de finalizar varios años de negociaciones. Pero también esperamos flexibilidad de nuestros socios comerciales. No asumiremos obligaciones que no podamos cumplir, o que limiten nuestros derechos", subrayó Gref.
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Un mejor acceso al mercado ruso para las empresas constructoras de aviones y de servicios financieros, así como el respeto a los derechos de propiedad intelectual, son los asuntos que generan más controversia en las gestiones de Rusia para obtener el respaldo de Estados Unidos a su ingreso a la OMC.
Para entrar a la organización, un país necesita, entre otras cosas, negociar acuerdos bilaterales con las naciones que la integran, y Rusia todavía está estancada en las gestiones con Australia, Colombia, Estados Unidos y Suiza.
"El plan de entrar a la prestigiosa institución no parecía realista al principio, cuando cada sector de la economía rusa comenzó a presionar para proteger sus intereses especiales, que son irreconciliables con los requisitos para la membresía", dijo a IPS el director del independiente Instituto para Estudios sobre la Globalización, Boris Kagarlitsky.
Esto hizo difícil para el gobierno de Rusia tomar una posición oficial en las negociaciones, añadió.
Algunos pequeños sectores de la economía representaban un gran obstáculo.
Kagarlitsky señaló que Moscú se concentró en proteger a su industria automovilística, pese a su pequeño nivel de producción. Rusia fabricó 965.000 automóviles en 2005, 5,4 por ciento menos que el año previo, de acuerdo con el Servicio Federal de Estadísticas.
El analista pronosticó que los funcionarios de gobierno rusos seguirán protegiendo a ese sector, debido a la fuerte presión de los empresarios locales.
"Sin embargo, todos se dan cuenta de que, bajo las actuales políticas proteccionistas, los propietarios de las fábricas de autos simplemente no aprendieron nada de las nuevas técnicas de producción, y eso afectó mucho la industria", agregó.
El experto citó como ejemplo a los automóviles rusos Volga y Lada, cuya producción se hace cada vez más cara en comparación con los coches de otros países.
"Lo que le sucede a Rusia en su intento de ingresar a la OMC es sólo un aspecto de una mayor crisis económica nacional que debe ser resuelta", dijo Kagarlitsky.
Un funcionario de Moscú indicó el mes pasado que el gobierno ruso no estaba dispuesto a hacer más concesiones, sobre todo en lo que se refiere a una mayor flexibilidad para que bancos extranjeros abran sucursales en Rusia y a que se reduzcan 20 por ciento los aranceles a la importación de aviones.
No obstante, hay algunas señales de que las autoridades están cediendo para lograr que Rusia se convierta en el miembro número 150 de la OMC.
"Esperamos finalizar todas las negociaciones bilaterales este año. Estamos planificando las gestiones con otros países con los que también tenemos aún diferencias", dijo a IPS el jefe negociador, Maxim Medvedko.
Sin embargo, el funcionario adelantó que Moscú no cambiará su postura en torno al acceso al mercado ruso de los bancos extranjeros y las compañías de seguros.
"Continuamente estudiamos esta posición y siempre llegamos a la misma conclusión. Las propuestas que Rusia ya ha hecho para un mayor acceso de los servicios financieros les da más oportunidades a nuestros socios para un trabajo efectivo en nuestro mercado", señaló.
"Una mayor liberalización es simplemente peligrosa. Por tanto, no podemos aceptar los pedidos de nuestros socios", añadió.
Mientras, las conversaciones con Australia y Colombia se concentran en el comercio de azúcar. Se espera la firma de un acuerdo bilateral con Suiza este mes.