Los árabes ya no culpan a las fuerzas externas por darles a la región y a sus medios de comunicación una mala imagen, sino que ahora intentan identificar las deficiencias en sus propios sistemas y demandan remedios para superarlas.
La cuarta edición de la Conferencia sobre Medios Árabes y Mundiales 2005 buscó respuestas con miras a reducir la brecha entre el mundo árabe y Occidente, a través de debates libres y abiertos entre representantes de los medios de todo el mundo.
Como producto de la toma de conciencia de la influencia de los medios sobre las variables políticas, económicas y sociales, también se analizó el modo de reducir el abismo entre los políticos y los intelectuales árabes. Ello llevó a un fuerte alegato en favor de una prensa libre, así como a superar la falta de transparencia y la corrupción en los medios de comunicación regionales.
Los medios árabes todavía son, en su mayoría, propiedad del Estado. Según Anwar Gargarsh, profesor de la Universidad de Emiratos Árabes Unidos, se requiere una mayor privatización y los gobiernos deberían permitir que los mercados decidieran sobre el proceso de concesión de licencias de radio y televisión.
Aunque en la región existen alrededor de 200 canales de televisión satelital, los medios árabes todavía están en una etapa primaria de su desarrollo y necesitan urgentemente profesionalizar más el sector.
Pero hay evidencias de que el cambio está en camino y los medios locales se están rediseñando para satisfacer las demandas globales. En particular, los periodistas están experimentando una nueva ola de libertad debido a la influencia de las organizaciones mediáticas extranjeras que se están estableciendo en la región.
En la actualidad "los medios de la región no tienen otra opción que volverse libres y probar (cuáles son) sus límites, si van a sobrevivir en el mercado", dijo Dawood Al-Shirian, de Dubai TV.
Incluso en torno al controvertido tema del terrorismo, los participantes en la conferencia celebrada los días 5 y 6 de este mes en Dubai, a instancias de la Fundación Pensamiento Árabe, se comprometieron a un debate introspectivo.
Trataron de identificar las razones para el surgimiento del extremismo político en las sociedades árabes, en vez de recurrir a la justificación habitual de que las políticas occidentales estimulan el terrorismo en la región.
Algunas organizaciones islamistas utilizan el terrorismo para llamar la atención porque los medios árabes han ignorado sus voces, alegó Abdulkhaleq Abdullah, de la Universidad de Emiratos Árabes Unidos.
"Si los medios árabes hubieran prestado atención a las organizaciones islamistas en el comienzo, ellas no habrían sido tan violentas", agregó.
Para los medios, el antídoto contra el terrorismo es "un compromiso consistente con los derechos y la dignidad de todas las personas, un estándar personal y profesional del orden más elevado y la necesidad de cambiar el terror, comprenderlo y analizarlo mejor", dijo Jamil Mroue, editor en jefe de The Daily Star.
Mientras que hay una creciente toma de conciencia de que en la actual aldea global, sin fronteras, los medios de comunicación tienen el poder de dar forma a la cultura, a la política y a la sociedad, también pueden ser una herramienta peligrosa, "no menos (poderosa) que las armas de guerra si son mal utilizadas", fue uno de los argumentos escuchados en la conferencia.
También hubo un llamado a apartarse de los informes mediáticos "sintéticos", en los que los periodistas ocultan noticias ya sea por intereses políticos —que pueden conducir a decisiones adversas— o debido a la corrupción. Esta es la primera vez que este fenómeno fue debatido públicamente en la región, junto con el llamado a desarraigar estos vicios en todo el mundo.
Los periodistas que se autocensuran por temor a que, al informar lo que saben, pueda poner en peligro su acceso posterior a funcionarios del gobierno o de las empresas constituyen una amenaza mayor para el futuro de los medios que el propio control de los mismos por el Estado, afirmó Hassan Fattah, corresponsal para Medio Oriente del estadounidense The New York Times.
Otros serios desafíos que enfrentan los medios de comunicación árabes incluyen superar una presentación superficial, excesivos elogios y falta de identidad, con muchos de ellos imitando el estilo "extranjero" de informar, dijeron los participantes.
También coincidieron en que la imagen estereotipada del mundo árabe en Occidente puede ser modificada, pero señalaron que ese cambio debe ser efectuado por ellos mismos, abordando preocupaciones tales como el desarrollo, la globalización y el rol de los temas religiosos, sociales y políticos.
Reconociendo que por lo menos algunos de esos cambios ya se están procesando, David Ignatius, escribió luego en su columna de The Washington Post luego de asistir a la conferencia, "hablando con valientes periodistas árabes, oí la pasión que anima al buen periodismo en todas partes".
"Y eso hace que me disgusten todavía más las recientes revelaciones de que mi propio gobierno ha estado corrompiendo a la naciente prensa libre iraquí 'sembrando' noticias", añadió.
"En un momento en que los medios de comunicación estadounidenses están atravesando una crisis de identidad, ellos (los periodistas árabes) me recuerdan de qué se trata el negocio de las noticias", puntualizó.