El anfitrión de un popular talk-show de la televisora estatal croata HRT, Denis Latin, recibió más de 200 amenazas telefónicas en los últimos dos días, varias de muerte, a raíz de un programa sobre el legado de «la guerra patria» (1991-1995).
Latin prefirió no hacer comentarios sobre la turbulencia pública ocasionada por su programa, pero ha dicho repetidas veces a sus colegas que "el programa y los sucesos ocurridos hablan por sí mismos de la situación del país".
Puede que Latin traslade su programa "Latinica" de la TV estatal a uno de los nuevos canales de televisión recientemente inaugurados en Croacia.
Su programa causó malestar y ofuscación en varias asociaciones de ex combatientes de la guerra que reclamaron que "se prohibiera la propagación de estas ideas" por el canal estatal.
El parlamento dedicó varios días a debatir acaloradamente lo que se debía hacer con HRT, "un canal estatal que permite que florezca la propaganda contra el Estado", según dijo un legislador.
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El presidente del parlamento, Vladimir Seks, dijo que el programa era "una falsificación blasfema de la historia nacional".
Objeto de mayor repudio fueron los editores del canal HTR, ya que el programa no se emite en vivo y en directo, sino que se graba con varios días de antelación.
Algunos legisladores opinaron que simplemente no debió haber salido al aire.
El suicidio de un ex combatiente que sufría de estrés postraumático fue muy publicitado por los medios de prensa locales como "evidencia de lo que puede causar una interpretación errónea de la guerra".
En 1991, Croacia se separó y declaró independiente de la entonces federación yugoslava, lo que inició las guerras de secesión en la región de los Balcanes (entre Croacia, Bosnia-Herzegovina y Serbia) que se extendieron durante casi toda la década.
La Asociación de Periodistas Croatas condenó las amenazas contra los creadores de "Latinica" como "el más fuerte ataque contra la libertad de expresión en este país hasta la fecha".
"El público tiene derecho a opinar y a no estar de acuerdo con los periodistas y los editores, pero en un país civilizado nadie tiene derecho a imponer sus ideas y posturas a otros, y menos por la violencia", dijo una declaración de la asociación.
"Inclusive los temas más espinosos, como el papel del primer presidente de Croacia, Franjo Tudjman (1922-1999), deben discutirse en una atmósfera de tolerancia, de libertad y sin temores", añadió.
El polémico programa titulado "El legado de Tudjman", se inspiró directamente en el arresto en Tenerife (España) el 7 de este mes del fugitivo y "héroe croata", Ante Gotovina.
Gotovina está acusado de varios crímenes de guerra por el Tribunal Penal Internacional para la Ex Yugoslavia, con sede en La Haya, adonde fue trasladado tras su arresto.
El programa abordó la cuestión de los crímenes de guerra cometidos contra los croatas de ascendencia serbia o musulmana, la reconciliación y la necesidad de enfrentarse al pasado reciente, todos asuntos que son tabú en Croacia.
Gotovina suele ser descrito como el gran héroe nacional por haber dirigido, en 1995, una acción relámpago (denominada "Operación Tormenta") mediante la que "reconquistó" la autoproclamada República Serbia de Krajina, un enclave serbo-croata, y que dio fin a la guerra.
Por este episodio era buscado Gotovina, acusado de haber ejecutado a ciento cincuenta civiles, de expulsar a más de 200.000 serbios y de destruir sus hogares y propiedades para impedir su regreso.
Más allá del arresto de Gotovina, por primera vez en 14 años, la más numerosa teleaudiencia del país vio y escuchó en un canal estatal que cientos de civiles serbo-croatas fueron asesinados simplemente por su identidad o ascendencia étnica, especialmente en la zona costera de Zadar y en la ciudad oriental de Osijek.
La discusión se trasladó entonces a la discriminación de la minoría serbia en todos los órdenes de la vida, incluso ahora, en particular en el ámbito del trabajo y la educación.
Según encuestas mencionadas en el programa, más de 60 por ciento de los croatas no quieren que sus hijos se casen con una persona serbia.
También hay indicios de que muchos serbios se cambian nombres y apellidos por otros "que sean más croatas" para evitar ser intimidados.
Esto es exactamente lo opuesto a lo que sostiene la propaganda oficial que desde 1991 insiste en que Croacia simplemente se defendió de la agresión del ejército serbio dirigido desde Belgrado y opuesto a su independencia.
La propaganda también dice que Croacia fue víctima de una agresión interna, la rebelión de los serbocroatas respaldados por Belgrado. Pero casi nadie cuestiona que Gotovina acabara desterrando a 200.000 serbo-croatas.
Sin embargo, algunos participantes del programa show describieron esa agresión como el "clásico crimen de guerra" que "no es resultado de una provocación", una afirmación que nunca antes se había escuchado en la televisión del Estado.
Otros dijeron que Tudjman echó mano en 1991 a la insignia, las ideas y los eslóganes del régimen ustachi, el gobierno croata títere de la Alemania nazi en la segunda guerra mundial (1939-1945).
Su propósito era estimular el sentimiento nacionalista y secesionista de los 4,2 millones de croatas, y sembrar el miedo entre los 450.000 serbo-croatas.
Tudjman llegó incluso a denominar la moneda de la nueva nación independiente "kuna", una clara referencia al Estado fascista que exterminó a serbios, judíos y gitanos.
En una ocasión, Tudjman sugirió que en nombre de "la reconciliación nacional" los restos mortales de los héroes de la patria y de los milicianos ustachi fueran vueltos a enterrar todos juntos en el memorial Jasenovac, donde yacen cientos de miles de víctimas de aquel régimen.
Cediendo a la presión de la opinión pública y parlamentaria —que reclamó su renuncia—, el director del canal HRT, Mirko Galic dijo a la prensa que el cuestionado programa "no había sido realizado de una manera profesional".
Y agregó: "Tenemos una regla en la HRT que todo puede ser debatido públicamente pero no de una manera prejuiciosa, que tome partido por una sola posición o superficial, como fue el caso de este programa. Esta falta de profesionalismo será castigada".
El Comité de Helsinki de Croacia (HHO son sus siglas en inglés), una importante organización de derechos humanos, reaccionó criticando con dureza el tenor de la discusión de los legisladores así como lo ocurrido en torno a "Latinica".
"El debate parlamentario demostró una clara intención de parte del bloque de gobierno (controlado por los herederos de Tudjman y su partido Unión Democrática Croata) de establecer su control sobre la programación de la HRT y poner en la dirección del canal a una persona leal a su partido", dijo la declaración de HHO.
La misma organización señaló que, tal como había acontecido durante la época comunista que precedió a la guerra secesionista, el gobierno busca controlar los contenidos de la televisión estatal.
La directora de programación de HRT, Tatjana Simic, dijo a IPS que "el Consejo de Programación de HRT puso toda la responsabilidad en Latin, y hasta demandó que fuera despedido". El Consejo está compuesto por prominentes personalidades de Croacia.
"Pero entre ser acusada de imponer la censura y de faltar al profesionalismo, prefiero esto último", dijo Simic, una de las personas que vio el programa antes de que fuera emitido.