El anuncio de Argentina de cancelar por anticipado su deuda con el FMI, al igual que Brasil, es considerado un gran paso histórico. Pero expertos dudan que ese enorme esfuerzo financiero derive finalmente en un avance en la solución de los ingentes problemas sociales.
Opositores de derecha como de izquierda coincidieron en general, aunque con distintos argumentos, en criticar la medida dada a conocer por el gobierno de Néstor Kirchner, la segunda de gran repercusión tras la reestructuración con quita de la deuda con privados tenedores de bonos del Tesoro, concretada en el primer trimestre de este año.
En cambio, los analistas económicos se dividieron en las opiniones, unos manifestaron dudas sobre los resultados económicos y sociales de la decisión anunciada de modo inesperado en la víspera, y otros destacaron el hecho de que el gobierno centroizquierdista se independiza así de las condiciones que impone el FMI (Fondo Monetario Internacional).
El economista Claudio Lozano, diputado de la izquierdista Fuerza Porteña y asesor de la Central de Trabajadores Argentinos, declaró a IPS que, pese a su aparente sesgo progresista, el espíritu de la medida resuelta por Argentina y Brasil esta semana está mucho más en línea con las demandas de ortodoxia del FMI que lo que los gobiernos intentan demostrar en sus anuncios.
Mientras algunas agrupaciones sociales de Argentina afines al gobierno aplaudieron el adelanto del pago de los 9.800 millones de dólares adeudados por Argentina al FMI, otras opositoras consideraron que la decisión cuenta con el visto bueno de ese organismo multilateral y de las grandes empresas transnacionales.
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"El anuncio nos da la razón en el sentido de que el país tiene recursos económicos que podrían destinarse a resolver la deuda social interna", expresó este viernes en un comunicado la Autoconvocatoria No al ALCA, una plataforma integrada por numerosas agrupaciones políticas, sociales, religiosas y de defensores de los derechos humanos.
Por su parte, el Frente Popular Darío Santillán, que reúne a decenas de organizaciones de trabajadores desempleados, fue también muy crítico en su pronunciamiento ante el anuncio de Kirchner. "A pesar del discurso progresista, se paga la deuda con el hambre del pueblo", sentenciaron las entidades en una gacetilla difundida también este viernes.
Por el lado de los apoyos se destacó el economista Alejandro Vanoli, del Plan Fénix, quien indicó que el anuncio "es positivo, porque cierra un ciclo de tres décadas en las que el FMI tuvo una participación importante como corresponsable del endeudamiento".
De todos modos, este especialista en deuda externa alertó que es necesario "desendeudarnos también de la deuda social interna, que es tan importante como la externa".
Al realizar el anuncio, Kirchner agradeció a los presidentes Luiz Inácio Lula da Silva, de Brasil, y Hugo Chávez, de Venezuela, por haberlo apoyado en la decisión, lo cual revela la consonancia de las políticas al respecto en el Mercosur (Mercado Común del Sur), que también integran Paraguay y Uruguay.
El gobierno brasileño había informado el martes pasado también su intención de cancelar antes de fin de año y de modo anticipado toda su deuda con FMI, de 15.500 millones de dólares, utilizando para ello su reserva de divisas internacionales, al igual que Buenos Aires.
Pero a diferencia de Argentina, el anuncio en Brasilia se hizo de modo discreto, sólo por medio de una nota del Ministerio de Hacienda, en la que se indicó que la decisión se tomó por "el fortalecimiento del sector externo y de otros fundamentos macroeconómicos", como el aumento notable de las reservas cambiarias que tras el pago al FMI quedarán en 51.000 millones de dólares.
Sólo el presidente del Banco Central, Henrique Meirelles, resaltó públicamente el "momento histórico" que vive Brasil con esta medida.
El economista Carlos Thadeu de Freitas, ex director del Banco Central de Brasil, dijo a IPS este viernes que esa "fue una decisión sabia, una forma eficiente de usar las reservas y reducir la deuda.
"Las reservas aplicadas en el exterior rinden mucho menos que los intereses de la deuda y, además, pagar todo al FMI nos deja libres de las condiciones que impone un acuerdo y genera una buena imagen entre los inversionistas extranjeros", añadió.
Kirchner aseguró, al informar sobre el pago, que ello "permitirá construir un futuro más justo, con mayor flexibilidad en el diseño y ejecución de la política económica, y liberará recursos para afrontar mejor la lucha por el crecimiento, el empleo y la inclusión social".
La deuda con el FMI "fue constante vehículo de intromisiones, porque está sujeta a revisiones periódicas y fue fuente de exigencias contradictorias entre sí y opuestas al objetivo de crecimiento sustentable", señaló el mandatario, para luego precisar que la cancelación permitirá ahorrar al país 1.100 millones de dólares netos al año de intereses hasta 2008, que era el plazo de pago del capital.
Sin embargo, las reacciones de los diversos sectores no estuvieron en línea con estos argumentos. Movimientos sociales y economistas progresistas manifestaron su escepticismo respecto de la posibilidad de que la decisión de pagar al FMI implique abandonar del todo sus recomendaciones de política económica.
"En los años 90 nos decían que después del crecimiento económico llegaría el derrame de la riqueza, y ahora nos dicen que después de sacarnos de encima al FMI vendrá la distribución del ingreso, pero sabemos que no es así", comentó a IPS Laura Cibelli, del Frente Popular Darío Santillán.
Esa organización de los llamados piqueteros, por su modalidad de protestar con bloqueo de calles, recordó que, según cifras oficiales, hay casi ocho millones de niños argentinos que viven en la pobreza, tres millones y medio de los cuales están subalimentados. También recordaron que hay 1,8 millones de jefes y jefas de hogar sin empleo que reciben un magro subsidio del Estado.
Pero los lineamientos del presupuesto para 2006 presentado por el Poder Ejecutivo al Congreso legislativo no prevén modificaciones de fondo para este grave panorama, advirtió Cibelli.
Empero Vanoli señaló al respecto, según publica este viernes el diario local Página 12, que las reservas del Banco Central no se utilizan nunca para atender demandas sociales, por lo cual "no necesariamente debe confrontarse una decisión con otra".
"Esta decisión es un hito histórico (…) y el próximo desafío es cancelar otra deuda, la deuda social, pues si hay poder político se puede hacer, y se está demostrando que lo hay", puntualizó el experto del Plan Fénix.
Lozano respondió a ese tipo de optimismo que "privilegiar el pago a los organismos multilaterales de crédito y cancelar la deuda al FMI, sin exigirle ningún costo por su corresponsabilidad en el proceso de endeudamiento, es una estrategia que se inscribe dentro de las demandas de la propia entidad y, de hecho, el anuncio fue celebrado por sus directivos".
También se preguntó si esa decisión servirá para que el gobierno tenga mayor libertad a la hora de atender problemas tales como la desigualdad, el desempleo, la pobreza o la indigencia. Y su respuesta fue que, en principio, no se percibe que habrá ese mayor margen en el mediano plazo.
Minutos antes de que Kirchner anunciara su decisión en un acto en la sede de la presidencia al que asistieron numerosos invitados, Lozano pujó en el Congreso para que se discutiera cómo redestinar los fondos que el Presupuesto 2006 preveía para pagar vencimientos con el FMI por 5.082 millones de dólares..
Ante la inminencia del anuncio de cancelación anticipada, el economista planteó a sus pares que ese dinero previsto en el presupuesto nacional para pagar la deuda quedaría sin destino si se concretaba la decisión de pagar deuda con reservas, y que era el momento de discutir cómo se invertiría.
El presidente de la Comisión de Presupuesto de la cámara baja, el oficialista Carlos Snopek, aclaró que ese dinero no iría a atender problemas sociales sino a nutrir un "fondo anticíclico" que el gobierno busca conformar para asegurar el pago de vencimientos de la deuda con acreedores privados.
Los piqueteros señalaron que la ley de presupuesto, que tuvo media sanción parlamentaria en la víspera en pleno anuncio de la cancelación de deuda, no prevé aumentos del monto de jubilaciones y salarios de empleados públicos y da prioridad a la acumulación de excedentes para pagar compromisos de deuda que "el pueblo no contrajo", subrayaron.
Lozano también cuestionó que el gobierno utilice reservas de libre disponibilidad exclusivamente para cancelar deuda con el FMI, sin consultar con otros poderes del Estado que podrían recomendar que esos fondos tengan otros destinos, más relacionados con las demandas sociales internas aún pendientes.