Sudáfrica hizo importantes progresos en la lucha contra la venalidad, pero debe redoblar los esfuerzos para erradicar el enómeno. Así evaluaron a este país analistas consultados este viernes, Día Internacional contra la Corrupción.
"Hubo esfuerzos dentro del gobierno para combatir la corrupción", reconoció a IPS Ayesha Kajee, del Instituto Sudafricano de Asuntos Internacionales, con sede en Johannesburgo.
Kajee destacó la actitud del gobierno frente a una serie de escándalos que conmovieron al país en los últimos meses, en especial un caso de sobornos en una multimillonaria venta de armas, que implicó a una firma de Francia y a altos funcionarios
Uno de los implicados, el empresario Schabir Shaik, fue sometido a juicio y sentenciado a 15 años de prisión en junio por dos cargos de corrupción y uno de fraude.
La jueza Hilary Squires lo halló culpable de haber pedido una coima a la empresa de armas francesa Thales de parte del vicepresidente sudafricano Jacob Zuma, a cambio del apoyo oficial en una licitación para la compra de material bélico, y de proteger a la compañía durante una eventual investigación.
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En su sentencia, Squires dijo hallar una relación "corrupta" entre Shaik y asegurarse apoyo oficial a sus diversos intereses de negocios.
Tras la sentencia, el presidente Thabo Mbeki pidió la renuncia a Zuma, quien ahora también está bajo juicio, no sólo por el caso de corrupción, sino por presunta violación a una activista de 31 años.
"Sudáfrica es estadísticamente la capital mundial de las violaciones, y Zuma fue acusado tanto de corrupción como de violación. Es algo malo para nuestro país", dijo a IPS la portavoz de la opositora Alianza Democrática, Shelia Camerer.
Camerer también acusó al gobierno de no proteger debidamente a quienes denuncian irregularidades, y citó el caso de la persona que reveló una serie de estafas con vales de viaje para parlamentarios.
Cien legisladores fueron involucrados en el escándalo, 40 investigados, 18 recibieron una acusación formal y cinco se reconocieron culpables de haberse aprovechado del sistema de viajes.
El informante ahora es víctima de acusaciones falsas y es perseguido por altos funcionarios, algo "muy preocupante", señaló Camerer.
Además, criticó a los legisladores por no investigar a una firma que hizo contribuciones por 1,7 millones de dólares al gobernante Congreso Nacional Africano (ANC) en la campaña electoral del año pasado.
"No hubo ninguna respuesta satisfactoria del ANC sobre este asunto", señaló.
Un empresario sudafricano vinculado a la entrega de fondos al ANC fue nombrado también en el escándalo por la administración del programa Petróleo por Alimentos de la Organización de las Naciones Unidas para Iraq.
"El partido gobernante debe combatir la corrupción dentro de sus filas. Mbeki hace afirmaciones correctas contra la corrupción, pero (ésta) sigue ocurriendo todo el tiempo", dijo Camerer.
Para combatir estos tipos de delitos, Sudáfrica creó el Foro Nacional Anticorrupción en marzo de 2004, integrado por autoridades, organizaciones de la sociedad civil y empresarios.
"Aún es muy pronto para juzgar, pero su formación demuestra la voluntad de todas las partes de luchar contra la corrupción. Es una señal alentadora", indicó Kajee.
El presidente del capítulo sudafricano de la organización Transparencia Internacional, Hassen Lorgat, señaló en un informe presentado este año que, a pesar de la "voluntad política para combatir la corrupción, la puesta en práctica de las medidas con ese fin todavía tiene grandes desafíos".
"La corrupción afecta negativamente la capacidad del sector público para brindar sus servicios a los pobres. En el plano local, la sociedad perdió casi 332 millones de dólares en 2003 debido a la corrupción", indicó.