El desplome de la inscripción de estudiantes extranjeros en universidades de Estados Unidos tras los atentados terroristas del 11 de septiembre de 2001 parece comenzar a revertirse, según un estudio divulgado este lunes.
La matrícula de extranjeros en universidades estadounidenses cayeron uno por ciento el año académico 2004-2005 respecto del anterior, con 565.039 inscriptos, de acuerdo con el informe anual "Open Doors" (puertas abiertas) del Instituto de Educación Internacional (IIE).
Esas cifras indican una leve mejoría, ya que en el lapso 2003-2004 la inscripción de estudiantes no estadounidenses había disminuido 2,4 por ciento, según el informe.
La cantidad de estudiantes procedentes de países musulmanes, con excepción de Turquía, continuó cayendo en el último año, aunque a un ritmo menor. Además, un modesto aumento en la cantidad de estudiantes asiáticos, que representaron 60 por ciento del total de inscripciones extranjeras, llenó ese vacío.
También se estima que las inscripciones de extranjeros crecieron levemente al inicio del actual año académico, iniciado en septiembre, de acuerdo con una encuesta hecha a través de Internet a administradores de universidades por el IIE y media docena de instituciones vinculadas con la educación.
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Fueron más las universidades con aumentos en el número de estudiantes extranjeros que aquellas que registraron disminuciones, lo que sugiere una reversión general del desplome tras los atentados del 11 de septiembre de 2001.
La presencia de extranjeros en universidades estadounidenses disminuyó drásticamente como consecuencia de las limitaciones para el otorgamiento de visas —sobre todo a aspirantes de países musulmanes—, adoptadas luego de los ataques, perpetrados por la red islamista Al Qaeda.
El trabajo del IIE coincidió con las conclusiones de un informe presentado la semana pasada por el Consejo de Escuelas de Postgrado, según el cual los estudiantes de postgrado extranjeros aumentaron uno por ciento en el último año lectivo, revirtiendo varios años de declive.
Ambos informes aliviaron las autoridades universitarias, que en los últimos años redoblaron esfuerzos para atraer estudiantes de otros países, así como a organizaciones científicas que sufrieron la merma de extranjeros que arriban a Estados Unidos para realizar proyectos de investigación.
Estas organizaciones alertaron que la caída en el número de extranjeros no sólo afecta los ingresos de las instituciones educativas sino que también puede perjudicar a largo plazo la competitividad de Estados Unidos en el campo de la investigación, históricamente dependiente de la afluencia de científicos de otras nacionalidades.
"Es alentador ver el aparente crecimiento en las inscripciones de estudiantes internacionales", dijo el presidente del IIE, Allan Goodman.
"Debemos continuar con los esfuerzos concertados para dar el mensaje de que las puertas de Estados Unidos todavía están abiertas para los estudiantes internacionales y así atraer a los más brillantes del mundo", añadió.
El IIE también informó que el número de estadounidenses inscriptos en programas de estudio en el exterior durante el año académico 2003-2004 aumentó 9,6 por ciento más respecto del período anterior y 20 por ciento respecto del período 2000-2001, que terminó poco antes de los atentados en Nueva York y Washington.
Sin embargo, la gran mayoría de estos estudiantes pasaron menos de seis meses en el exterior, y casi dos tercios en instituciones de Europa, Canadá o Australia.
El número de estudiantes estadounidenses en China aumentó 90 por ciento en el período 2003-2004 respecto del anterior, en tanto que la cantidad de los radicados en Medio Oriente creció 62 por ciento, dos tercios de ellos en Israel.
Al igual que en los 90, los asiáticos representaron el mayor grupo de estudiantes extranjeros en Estados Unidos el último año. Entre estos, los procedentes de India ocuparon el primer lugar, al sumar 81.000, seguidos por los chinos, que llegaron a 63.000.
De los 20 países con mayor cantidad de estudiantes en universidades de Estados Unidos, los que registraron disminuciones más pronunciadas durante el último año lectivo fueron Pakistán (14 por ciento), Indonesia (13 por ciento), Kenia (nueve por ciento) y Malasia (cinco por ciento).
Las inscripciones de estudiantes de Medio Oriente, incluyendo a Israel y Turquía, cayeron dos por ciento en el último año académico, al sumar 36.000, un mejor resultado comparado con el del período 2003-2004, cuando disminuyeron nueve por ciento.
Para algunos países árabes las caídas fueron dramáticas. El número de inscripciones de sauditas disminuyeron 14 por ciento el último año.
Además de las iniciativas de las universidades para atraer a extranjeros, el gobierno de George W. Bush ahora intenta agilizar la obtención de visas estudiantiles, pero esas medida parecen no haber tenido todavía el éxito deseado, sobre todo si uno considera los bajos índices de inscripción de estudiantes procedentes de países musulmanes.
El IIE atribuyó la disminución de los estudiantes extranjeros a diversos factores, incluida la dificultad para obtener visas, en especial para estudios científicos y técnicos, y los esfuerzos de universidades en otros países de habla inglesa, como Australia, Canadá y Gran Bretaña, para competir con las estadounidenses.
"Estados Unidos sigue siendo el mejor lugar del mundo para la educación superior, y seguimos asegurándole a los estudiantes extranjeros que son bienvenidos en nuestro país", señaló la asistente del secretario de Estado para Asuntos Educativos y Culturales, Dina Habib Powell.