BIRMANIA: Aparatosa mudanza de la capital

La nueva capital de Birmania, Pyinmana, molesta a funcionarios y empleados públicos, descontentos con la estrafalaria mudanza a las colinas centrales del país, de donde es difícil escapar.

Desde el atardecer del 6 de noviembre, en un momento astrológicamente considerado como auspicioso, convoyes cargados con la parafernalia y el personal del gobierno salieron de Rangún y se dirigieron a Pyinmana, unos 400 kilómetros al norte, en Birmania central.

"Debido al cambio de circunstancias, en las que Myanmar (nombre dado por la junta militar que gobierna el país desde 1962) intenta desarrollarse como una nación moderna, se volvió necesaria una sede gubernamental ubicada en el centro", fue la explicación oficial para la reubicación.

Todas las oficinas del gobierno serán trasladadas a Pyinmana para fin de año y estarán prontas para recibir también a las familias de los empleados. Cada ministerio tendrá una escuela adjunta, dijo a IPS un empresario que participa en la construcción del complejo gubernamental.

"Los edificios administrativos y de oficinas, así como barrios para que vivan más de 5.000 personas ya han sido completados", afirmó.

Pero miles de empleados públicos, por ahora, están separados de sus familias por la falta de servicios, y se informa que el personal está virtualmente retenido como prisionero dentro de un campo que parece una fortaleza.

Los primeros burócratas en llegar al nuevo centro administrativo estaban fastidiados. "No hay agua, no hay electricidad y no hay ventanas o puertas en los barrios residenciales", dijo un jerarca del gobierno, por teléfono, a su familia en Rangún. "Tengo que dormir en mi oficina", añadió.

"No hay nada para comer, beber ni comprar. Simplemente nada", relató a su esposa otro funcionario. "Mi jefe llegó a decirme que ahora entendía lo que era el infierno", agregó.

Varios altos funcionarios aceptaron retiros tempranos en los últimos meses, incluyendo al director general del Ministerio de Trabajo y a jerarcas de la cartera de Relaciones Exteriores.

Se espera que muchos más intenten retirarse o renunciar, pero también puede ocurrir que no se les permita hacerlo, según un diplomático occidental en Rangún.

El gobierno advirtió que los empleados públicos que intenten huir serán atrapados y tratados como desertores del ejército, manifestó una fuente del Ministerio del Interior.

En privado, muchos están preocupados por el destino de pequeños negocios laterales que construyeron en Rangún, usando sus contactos en el gobierno.

Mientras tanto, vastas sumas de dinero fueron canalizadas a la construcción de lo que el general Than Shwe (líder de la junta militar en el poder, además de comandante supremo del ejército y ministro de Defensa) llamó "Nay Pyi Daw" o "lugar del rey".

Más de 30 empresas constructoras participaron en esta gigantesca mudanza. Cada una de ellas recibió un proyecto específico dentro de los planes generales, según un contratista de la construcción que está edificando un bloque residencial.

Todo el proyecto cuesta millones de dólares, según el contratista. "Es un presupuesto abierto: no se está escatimando ningún gasto", dijo.

Un sargento encargado de controlar una parte de la construcción puede encomendar trabajo por valor de 10.000 dólares sin referirlo a sus superiores, agregó.

Algunos edificios fueron demolidos y reconstruidos por lo menos tres veces porque algún comandante no quedó contento con el trabajo terminado cuando lo vio. "Estas personas son tan ignorantes que no pueden leer los planos arquitectónicos, sólo pueden decidir cuando lo ven construido", explicó el constructor.

También se están construyendo mansiones para importantes generales, oficinas del gobierno y centros de operaciones para las etnias del país y para la poderosa y oficialista Asociación del Sindicato Solidaridad y Desarrollo.

Las obras incluyen búnkers, túneles, un gran hospital militar, apartamentos, pistas de aterrizaje y una cancha de golf, dos lujosos hoteles y dos grandes supermercados, según testigos y un arquitecto que participa en el proyecto.

Al final de la reubicación masiva, las oficinas gubernamentales y militares habrán sido mudadas al complejo de 100 kilómetros cuadrados de Pyinmana.

La creación de la nueva capital es idea del general Than Shwe. Los planes estuvieron en proyecto durante varios años y la construcción comenzó hace más de dos años.

"Esto es típico de las pretensiones de Than Shwe de ser el nuevo monarca. Como todos los reyes birmanos que lo precedieron, está construyendo una nueva capital-palacio para la posteridad", dijo el prestigioso analista Win Min, quien reside en Tailandia.

Irónicamente, Pyinmana sirvió de escondite a Aung San —padre de la líder democrática encarcelada Aung San Suu Kyi—, quien desde allí lideró un movimiento de resistencia contra el ejército japonés que ocupó Birmania durante la segunda guerra mundial.

"La retirada planeada es esencialmente estratégica", dijo un diplomático asiático que regularmente trata con Rangún.

Durante meses, en Rangún abundaron los rumores de que los gobernantes militares estaban planeando retirarse a las colinas a causa de temores de una invasión extranjera desde el mar.

La invasión a Iraq liderada por Estados Unidos en 2003 reforzó los miedos de los generales de que Washington pudiera atacar Birmania, según los analistas. Durante mucho tiempo, los estrategas militares argumentaron que las defensas del país eran vulnerables a un ataque desde el mar.

"Than Shwe tiene una mentalidad de búnker", dijo Win Min. "Pero el motivo detrás de esta jugada es asegurarse de que el ejército esté en una mejor posición estratégica para controlar a los comandantes regionales, a las organizaciones étnicas rebeldes en las áreas fronterizas, al futuro parlamento, y para combatir las tensiones sociales en todo el país", agregó.

Es probable que las embajadas tengan que seguir al gobierno a las colinas. Por ahora, se les pidió que enviaran todas las comunicaciones por fax a Pyinmana, aunque una oficina de enlace seguirá funcionando en Rangún.

Los ministros también se fastidiaron por la falta de consultas y lo repentino de la mudanza. "Nadie estuvo de acuerdo con este paso. Creo que ni siquiera el general Maung Aye (señalado como sucesor de Than Shwe), pero nosotros simplemente cerramos la boca", confesó un alto funcionario militar.

Hay una gran confusión entre los ciudadanos, que esperan recoger sus pasaportes y repentinamente se encuentran con que la oficina en cuestión se mudó a 400 kilómetros. Los precios de las mercaderías, que ya estaban disparándose a causa del aumento del petróleo, están por incrementarse más.

"Todo esto es absurdo. Los generales han cometido otro error garrafal", opinó un empresario birmano.

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