Con las recurrentes disputas comerciales sobrevolando el ambiente, los presidentes Néstor Kirchner, de Argentina, y Luiz Inácio Lula da Silva, de Brasil, se comprometieron a reforzar la alianza bilateral para consolidar el Mercosur y la Comunidad Sudamericana de Naciones.
Kirchner recibió este miércoles a Lula en Puerto Iguazú, en la nororiental provincia de Misiones, al cumplirse 20 años de la Declaración de Iguazú, firmada por el entonces presidente argentino Raúl Alfonsín (1983-1989) y su par brasileño José Sarney (1985-1990), ambos presentes y que sentaron las bases de lo que seis años después sería el Mercosur.
En esta reunión en la frontera argentino-brasileña, los mandatarios firmaron un documento conjunto y 23 protocolos de integración bilateral en varias áreas, como energía nuclear con fines pacíficos, defensa, migraciones, infraestructura, pasos viales, ciencia y técnica, actividades espaciales, control sanitario y fitosanitario, educación, cultura, trabajo y deportes.
También oficializaron el nombramiento del ex vicepresidente argentino Carlos (Chacho) Álvarez (1999-2001) para reemplazar a Eduardo Duhalde al frente de la Comisión de Representantes Permanentes del Mercosur (Mercado Común del Sur), que Argentina y Brasil conforman junto a Paraguay y Uruguay.
Duhalde, quien gobernó Argentina de modo interino de enero de 2002 a mayo de 2003, debe dejar el cargo al cumplirse los dos años de mandato, y el nombre de su sucesor ya contaba con el apoyo de los presidentes Tabaré Vázquez, de Uruguay, y de Nicanor Duarte Frutos, de Paraguay.
En la declaración de Iguazú, los gobiernos centroizquierdistas de los dos mayores países del bloque consideraron objetivos comunes el desarrollo con equidad y anticiparon que "abogarán conjuntamente" en instituciones multilaterales de crédito para evitar la imposición de condiciones que afecten la capacidad de promover "políticas de crecimiento, empleo digno e inclusión social".
"Argentina y Brasil, basados en la experiencia regional, consideran que el mercado no resuelve todos los problemas y que es indispensable desarrollar una estrategia común de promoción del desarrollo volcada al combate directo a la exclusión", se remarcó en la declaración.
Los mandatarios sostuvieron, además, que la integración dará "una base sólida" para la negociación de acuerdos comerciales "más equilibrados y justos" en el ámbito regional, extra regional y americano, como en la Comunidad Sudamericana de Naciones nacida el año pasado en Perú.
El mismo espíritu también impulsará la actuación de ambos estados en el marco de la Organización Mundial del Comercio, que tendrá una crucial conferencia ministerial del 13 al 18 de diciembre en Hong Kong.
Respecto de la propuesta argentina de crear la Cláusula de Adaptación Competitiva (CAC), una herramienta que permitirá limitar temporalmente las importaciones de un país cuando esté en riesgo la supervivencia de una industria local, su resolución quedó postergada para enero.
Brasil se comprometió a hacer "los mejores esfuerzos para concluir antes del 31 de enero un instrumento capaz de evitar el impacto de los desequilibrios en el comercio y las asimetrías entre sectores productivos de ambos países, así como promover la integración productiva y la expansión equilibrada y dinámica del comercio bilateral".
Una fuente de la delegación argentina consultada por IPS admitió avances en las negociaciones de una posible aprobación de la cláusula, pero el cambio de titularidad en el Ministerio de Economía de Argentina esta semana obligó a postergar una conclusión sobre este punto clave de la agenda.
Argentina atribuye el desequilibrio comercial bilateral de los últimos años en una "invasión" de importaciones de Brasil que afectan el desarrollo de su industria en diversos sectores. Por eso, a pesar de la reactivación de la actividad, el gobierno de Kirchner negocia una mayor protección a la producción local.
Las demoras en el trámite se debieron a que el lunes Kirchner desplazó de la cartera de Economía a Roberto Lavagna, mentor de la idea de desarrollar una cláusula, y lo reemplazó por la hasta ese momento presidenta del Banco de la Nación, Felisa Miceli, quien viajó este miércoles a Iguazú junto al mandatario.
De todos modos y tras la cumbre, Kirchner brindó un discurso en el cual remarcó que la integración bilateral "debe ser beneficiosa para todos". "No puede ser sólo teoría", dijo, debe prever "mecanismos simétricos, graduales y flexibles, generadores de bienestar para nuestros pueblos".
"No puede haber integración entre un país industrial y otro proveedor de bienes agropecuarios", advirtió. "Cada uno debe desarrollar plenamente ambos sectores", subrayó, y confió en la "vocación integradora" de Lula para avanzar en la solución de estas diferencias.
A su turno, Lula remarcó que "no hay salida individual" para los países de la región y destacó que la integración "es mucho más que comercio". "Brasil quiere una Argentina confiable, con capacidad para avanzar en su industria, y que sea aliada de nuestro país en la apertura de nuevos mercados", puntualizó.
Brasil brindó su "apoyo" a Argentina en la negociación con el Fondo Monetario Internacional, "para preservar los adelantos alcanzados en materia de crecimiento económico y empleo", aunque, según la agencia estatal argentina de noticias Telam, Brasil no comprará por ahora bonos de deuda de este país como hizo Venezuela.
Lula apuntó, además, que Argentina "tiene que reforzar su industria y tiene que recuperar su capacidad productiva", para luego asegurar que, "cuanto más fuerte sea este país, más fuerte será Brasil, Uruguay, Paraguay, Bolivia y toda América del Sur". (