La obtención del Campeonato Mundial Sub-17 por parte del seleccionado de fútbol de México, tras derrotar a Brasil tres goles a cero, cubrió con un manto de orgullo al país y desató un debate sobre los valores nacionales, como los ostentados por estos deportistas adolescentes.
Este título es el puesto más alto alcanzado por un representativo mexicano de fútbol en los 75 años que lleva el país de competencia internacional.
"Glorioso", "Orgullo Nacional" y "Campeón del Mundo a toda ley" fueron este lunes algunos de los titulares que publicaron los diarios locales al referirse al logro deportivo, registrado en el mundial de fútbol para jugadores de 17 años o menores, que finalizó en la víspera en Perú.
"Estos chavos (jóvenes) futbolistas, la mayoría de sectores sociales bajos, dieron una lección al país, por su mentalidad ganadora, su orden y su entrega, valores que nos faltan en varios órdenes de la vida cotidiana", dijo a IPS el psicólogo social Santiago Madero.
Luego del partido, transmitido en directo por la televisión nacional, miles de personas festejaron con gritos y bailes en el Ángel de la Independencia, un monumento ubicado en una zona céntrica de la capital.
El "nuevo" México es el de los jóvenes triunfadores, tal como los futbolistas de la selección de fútbol, declaró el presidente Vicente Fox al felicitar vía telefónica al entrenador y a su equipo, pocos minutos después de que estos recibieran su trofeo de campeones.
Pero esos jóvenes triunfadores son aún escasos en el país, según indican los estudios oficiales, los cuales revelan que 15 por ciento de la población mexicana de entre 5 y 17 años trabaja en labores no aptas para su edad y casi un tercio de las personas en ese rango de edad pertenecen a familias que difícilmente pueden satisfacer sus necesidades básicas de alimentación y salud.
"Lo que demostraron los futbolistas en el campeonato jugado en Perú fue que, en vez de justificarnos en la pobreza, la ignorancia y otros males para no avanzar como país, hay que ir hacia delante con mentalidad ganadora, con disciplina individual y colectiva y mucha pasión", señaló Madero.
Entre los futbolistas mexicanos que jugaron en el campeonato mundial, organizado por la Federación Internacional del Fútbol Asociado (FIFA), Carlos Vela obtuvo el "Botín de Oro", por haber anotado la mayor cantidad de goles en el torneo, y Giovanni dos Santos el "Balón de Plata", que lo acreditó como el segundo mejor jugador entre todos los equipos participantes.
Al referirse al triunfo deportivo, el diario Reforma señaló que la selección mexicana hizo a un lado frases como "las honrosas derrotas" y los "ya merito (ya casi)", que han caracterizado las actuaciones de los futbolistas del país.
Desde que México comenzó a participar en torneos internacionales de fútbol en la década del 30, nunca logrado ganar un campeonato mundial, en cualquier categoría de edad, organizado por la FIFA
Sin excepción, los comentaristas deportivos en los medios de comunicación locales, destacaron que el logro de la selección de fútbol Sub-17 marcó un quiebre en la historia del deporte mexicano.
Además, resaltaron que el campeonato se alcanzó tras vencer de manera contundente al equipo de Brasil, que es considerado la mayor potencia futbolística del mundo.
Mientras, cientos de personas llamaron o escribieron a los medios de comunicación para declararse orgullosos de los jóvenes futbolistas. En muchas de estas comunicaciones, los remitentes señalaron que los menores encarnan los valores que México necesita cultivar.
"Eso es lo único que se necesita: mentalidad triunfadora para demostrar que ¡sí se puede! Ya basta de que nosotros mismos nos consideremos mediocres", rezaba uno de los mensajes recibidos por el diario El Universal.
El interés que generó en México este campeonato mundial juvenil fue muy distinto al que despertó en Brasil, acostumbrado a llegar a las máximas instancias de competencia futbolísticas internacionales, aunque no tanto a perder y menos por muchos goles en contra.
Los diarios publicaron el triunfo mexicano sobre el seleccionado local en páginas interiores y dejó el lugar de destaque en el área deportiva para el caso de corrupción de un árbitro brasileño, que confesó haber manipulado 11 partidos del campeonato nacional, el más importante de ese país, y juegos de la Copa Sudamericana.
En cambio, las expectativas en México, luego que los futbolistas adolescentes hilaron triunfos sobre los seleccionados de Uruguay, Australia, Costa Rica y Holanda, fueron tales que la tradicional y masiva marcha que se realiza cada 2 de octubre en la capital, para conmemorar la muerte de unos 300 estudiantes en 1968 a manos del ejército, apenas congregó a menos de 3.000 manifestantes.
"El fútbol nos quitó la gente", justificó el ex líder estudiantil Raúl Álvarez.
En la tarde del 2 de octubre de 1968, militares abrieron fuego sobre más de 5.000 personas que se habían reunido en la plaza de la Tres Culturas o Tlatelolco, en el centro de la capital, para continuar una serie de protestas contra el gobierno, encabezado entonces por Gustavo Díaz Ordaz. El crimen se mantiene hasta ahora en la impunidad.
