CHINA-EEUU: Washington zarandea la balanza comercial

Estados Unidos redobló esta semana la presión sobre China para obtener reformas económicas que contengan el explosivo superávit del gigante asiático en el comercio bilateral.

El gobierno de George W. Bush considera que adoptar medidas proteccionistas contra China sería igual de perjudicial para las firmas estadounidenses, que dependen de economías abiertas y tienen un creciente número de negocios en ese país de Asia.

El secretario (ministro) de Comercio de Estados Unidos, Carlos Gutiérrez, señaló el lunes que China debía realizar cambios económicos y financieros para convertirse en destino aun más atractivo de inversiones y contener el creciente déficit comercial estadounidense con esa nación, que el año pasado alcanzó la cifra sin precedentes de 162.000 millones de dólares.

"Cuando se la mide por tamaño o por la naturaleza complementaria de nuestra economía, China ofrece grandes promesas a los negocios de Estados Unidos, pero siempre que sea bajo los términos apropiados del comercio", dijo el funcionario.

Gutiérrez subrayó que esos términos significaban liberalización comercial y apertura a firmas extranjeras.
[related_articles]
"Pedimos que China se convierta en un actor responsable dentro del sistema económico mundial, alineando su economía a los principios del mercado", señaló Gutiérrez en un discurso ante la Conferencia de Actualización sobre Controles y Políticas de Exportación, un encuentro anual de empresarios en Washington.

Más específicamente, Estados Unidos presiona a China para que ponga en práctica una serie de reformas que incluyan leyes de protección a la propiedad intelectual, la revalorización del yuan y límites a la reexportación de productos de alta tecnología estadounidenses.

Washington señala que dos tercios de todos los bienes falsificados incautados por autoridades aduaneras estadounidenses proceden de China, y que cerca de 90 por ciento de los programas de computación vendidos en ese país asiático son pirateados.

El secretario del Tesoro, John Snow, y el presidente de la Reserva Federal, Alan Greenspan, visitaron China la semana pasada para estimular una reforma monetaria en ese país, algo que Washington considera básico para equilibrar el intercambio.

Washington calcula que la política económica de Beijing ha depreciado el yuan 40 por ciento, lo que hace a las exportaciones chinas artificialmente muy baratas, contribuyendo al aumento del déficit comercial estadounidense.

Ante la presión de Estados Unidos, Beijing apreció su moneda 2,1 por ciento en julio, pero Washington quiere más. Sin embargo, China afirma que no puede arriesgarse a entorpecer su auge exportador, pues millones de sus ciudadanos dependen de él.

Washington también instó a Beijing a garantizar que los productos de alta tecnología exportados por Estados Unidos a China no terminen en manos de países "hostiles".

El gobierno de Bush también pide que China habilite una competencia justa entre las empresas locales y las extranjeras, sobre todo en los sectores de servicios financieros, banca y seguros.

Washington acusó a Beijing de subsidiar a las empresas locales, y el gobierno chino se comprometió a presentar un detallado informe de sus subvenciones ante la Organización Mundial del Comercio para fines de este año.

"Desde el punto de vista de Estados Unidos, la relación económica con China necesita mejorar, por decir lo mínimo. Sin una mejoría, existen riesgos de que se adopten restricciones al comercio entre nuestros dos países", dijo Gutiérrez.

La economía china crece en forma sostenida, y es cada vez más importante para los empresarios estadounidenses. China se convirtió en el tercer socio comercial de Estados Unidos y en el sexto mercado para sus exportaciones.

El año pasado, las ventas estadounidenses de bienes y servicios a China sumaron 42.000 millones de dólares, convirtiendo a ese país asiático en el mercado de mayor crecimiento para productos manufacturados de Estados Unidos.

Las exportaciones estadounidenses de computadoras y otros equipos electrónicos a China aumentaron 20 por ciento entre 2002 y 2003, al sumar 7.000 millones de dólares, mientras que las ventas de productos químicos crecieron 24 por ciento en el mismo periodo, al totalizar 3.700 millones de dólares.

Las inversiones estadounidenses en el país asiático suman 50.000 millones de dólares.

Esto explica por qué el gobierno de Bush, promotor del libre comercio y de la apertura de nuevos mercados para las firmas de su país, rechaza los pedidos del Congreso legislativo de adoptar medidas proteccionistas contra China, ante las quejas de fabricantes estadounidenses por el ingreso de productos chinos de bajo precio.

Legisladores estadounidenses advirtieron a comienzos de este mes que discutirían la adopción de nuevos aranceles si Beijing no accede a las demandas de Washington.

El senador Charles Schumer, del opositor Partido Demócrata, amenazó con presentar un proyecto de ley para imponer aranceles a por lo menos 27,5 por ciento de las importaciones chinas a partir del 24 de noviembre.

Pero Gutiérrez señaló que ese tipo de amenazas son obsoletas hoy, pues no se ajustan a la arquitectura comercial mundial, y subrayó que el crecimiento chino está creando empleos en Estados Unidos.

Empresas y trabajadores estadounidenses se benefician del creciente poder de compra de los 1.300 millones de consumidores chinos. "Sólo piensen en las ganancias de las compañías que hacen negocios con China", señaló el secretario de Comercio.

"Tenemos que rechazar drásticamente la medicina medieval ofrecida por los que promueven un aislamiento económico. El proteccionismo ya fracasó en el pasado, y estas políticas nos harán fracasar otra vez si se levantan barreras comerciales sobre viejos y anticuados fundamentos proteccionistas", añadió.

Compartir

Facebook
Twitter
LinkedIn

Este informe incluye imágenes de calidad que pueden ser bajadas e impresas. Copyright IPS, estas imágenes sólo pueden ser impresas junto con este informe