Mientras Estados Unidos es acusado de desviar el foco de la cumbre de la ONU, la semana pasada en Nueva York, de los problemas del desarrollo, Rusia está tan dedicada a la «guerra contra el terror» como el gobierno de George W. Bush.
El presidente Vladimir Putin fue el primero de los líderes de 63 países en firmar una convención internacional sobre el combate al terrorismo nuclear, además de haber propiciado su nacimiento.
"Teniendo en cuenta las tácticas agresivas de los terroristas, cuyas acciones tienen por objetivo producir la mayor cantidad posible de víctimas entre la población civil, necesitamos tomar todas las medidas posibles para poner una barrera firme que nunca les permita obtener armas de destrucción masiva", dijo a IPS Mijaíl Kamynin, portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores de Rusia.
Pero las diferencias han reaparecido entre Rusia y varios países occidentales sobre el trato a los rebeldes independentistas de la república autónoma de Chechenia.
"Para nuestra sorpresa, (los rebeldes independentistas) se sienten bastante cómodos en algunos países occidentales y continúan dando pasos para desestabilizar la situación en Chechenia y todo el Cáucaso septentrional, recabando fondos y reclutando mercenarios para una guerra sucia contra el pueblo checheno y Rusia en su totalidad", dijo Kamynin.
"Esto supone diferencias en la definición del concepto de terrorismo y en trazar una línea clara entre los conceptos de terrorismo y movimientos de liberación nacional", agregó.
La Duma, cámara baja del parlamento ruso, instó a sus pares extranjeros y a la comunidad internacional a mostrar una solidaridad más amplia en la lucha contra el terrorismo.
Rusia quiere que los rebeldes chechenos sean puestos en la lista de los terroristas más peligrosos. La actual lista de la ONU incluye a organizaciones y personas asociadas con la red Al Qaeda, de Osama bin Laden, y con el movimiento islamista y extremista Talibán.
Rusia está buscando la extradición de los emisarios chechenos Akhmed Zakayev, de Gran Bretaña, e Ilyas Akhmadov, de Estados Unidos. Los diplomáticos rusos a menudo han dicho que "dobles discursos" tales como luchar contra el terrorismo mientras se brinda asilo político a separatistas chechenos son inaceptables.
Chechenia se proclamó independiente luego del colapso de la Unión Soviética, en 1991. Pero no fue reconocida como tal por la comunidad internacional, y forma parte de la Federación Rusa. Varios grupos armados actúan en la zona, y la guerra, recrudecida con la llegada de Putin al poder, lleva unos 150.000 muertos desde 1994.
Los funcionarios rusos ven a Iraq como un peligro particular. "Hay una incubadora (de terroristas) en Iraq", dijo a IPS Anatoly Safonov, enviado presidencial ruso para la cooperación internacional en la lucha contra el terrorismo y el crimen organizado más allá de fronteras.
"La llegada de miles de (combatientes) voluntarios no es tan mala. Lo malo es que ellos volverán a sus hogares e infestarán sus territorios nacionales. Iraq es otro Afganistán, pero es más serio y peligroso", agregó Safonov.
El funcionario se refería al fenómeno de los mujaidines (guerreros islámicos) promovidos y financiados por Estados Unidos para que ayudaran a expulsar a las tropas soviéticas de Afganistán en los años 80, en una mecánica que se convirtió luego en forma de reclutamiento de militantes de grupos extremistas como Al Qaeda.
Safonov también se manifestó preocupado de que "transferencias financieras a organizaciones terroristas se están efectuando bajo la apariencia de varias fundaciones de caridad y organizaciones religiosas". Agregó que "la división de terroristas en 'buenos' y 'malos' es absolutamente inaceptable".
Las autoridades rusas quieren que los medios de comunicación estén de su lado en la lucha contra el terrorismo.
Los intentos de terroristas de usar los medios deben ser evitados y "se debe construir barreras para detener la expansión de las ideologías extremistas", expresó la Duma en una declaración emitida la semana pasada.
"Quisiera decir que Rusia está preparada para ir aún más lejos en contrarrestar la ideología y la propaganda del terrorismo, y las varias formas de su glorificación, enfatizando no sólo la considerable responsabilidad de los Estados, sino también la de la sociedad civil, incluyendo a los medios de comunicación masiva", dijo a IPS Yury Korguniuk, portavoz de la Fundación Indem, un grupo de expertos en política.
"Estoy seguro de que nos vamos a recuperar de esto sin infringir las libertades democráticas fundamentales", opinó.
Las preocupaciones de Moscú reflejan el considerable miedo público que concita el terrorismo.
Cincuenta y uno por ciento de los consultados consideró que la lucha global contra el terrorismo no era exitosa, en una encuesta realizada por el Centro de Investigación en Opinión Pública de Toda Rusia justo antes del cuarto aniversario de los atentados del 11 de septiembre de 2001 en Estados Unidos.
Diecisiete por ciento de los encuestados estimó que la coalición antiterrorista era un completo fracaso. Sólo uno de cada cuatro rusos encuestados dijo creer que las acciones eran exitosas.
Setenta por ciento de los consultados en una encuesta anterior habían dicho que su mayor miedo era a los ataques contra instalaciones estratégicas, como plantas nucleares, reservas de agua y sistemas de apoyo de la vida urbana. Unas 1.600 personas en 100 ciudades, pueblos y aldeas fueron encuestadas para cada estudio.
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