Los países de América Central enviarán una misión a Venezuela, principal exportador latinoamericano de petróleo, y a Colombia, para buscar combustible barato, algo que comenzaron a lograr sus vecinos insulares del Caribe.
"Vamos a negociar precios preferenciales con Venezuela, pero no esperamos que se nos hagan condicionamientos por ello, no lo aceptaríamos", dijo tras una reunión de gobernantes del istmo la ministra de Economía de El Salvador, Yolanda Mayora, e indicó que Costa Rica coordina las agendas para las citas que esperan en Caracas y Bogotá.
La alusión a los condicionamientos remite al cariz izquierdista del discurso oficial venezolano y a las críticas que el presidente Hugo Chávez hizo a cinco países centroamericanos por firmar un acuerdo de libre comercio con Estados Unidos (Cafta, por sus siglas en inglés).
El presidente venezolano ha desplegado en el último año una intensa campaña de acuerdos y negocios petroleros con países de América Latina, que es también una manera de promover a su gobierno, justamente cuando los altos precios internacionales del crudo complican a las naciones importadoras más pobres.
Chávez sostuvo que la crisis por los altos precios golpea a las naciones de América Central, y planteó examinar fórmulas de ayuda, durante la firma que a comienzos de septiembre hizo de convenios de suministro a 10 países del Caribe, eje de la nueva alianza en el área y que se denomina Petrocaribe.
Los beneficiarios son Antigua y Barbuda, Belice, Dominica, Granada, Guyana, Jamaica, San Cristóbal y Nevis, San Vicente y Granadinas, Surinam y República Dominicana. Estos países recibirán en total 98.600 barriles diarios de crudos y derivados.
Por ese petróleo pagarán en tres meses —los contratos usuales de contado son a 30 días— un porcentaje de la factura que dependerá de los precios del crudo, y que a los valores actuales (más de 60 dólares el barril de 159 litros) es de sólo 60 por ciento, pero si los precios subieran hacia los 100 dólares, será de apenas la mitad.
El resto de la factura (40 por ciento actualmente) se convertirá en un crédito blando, pagadero hasta en 25 años, con dos de gracia e intereses de dos por ciento. Pero, adicionalmente, los pagos de contado podrán hacerse parcialmente en bienes o servicios, como azúcar, arroz, bananas o turismo.
Aunque Venezuela insiste en que no vende petróleo barato sino a crédito, el ministro de la Presidencia de República Dominicana, Danilo Medina, dijo que "los términos de este acuerdo constituyen un regalo para nuestro país, que podrá ahorrar unos 500 millones de dólares anuales en su factura petrolera".
Venezuela además dispuso un fondo de 50 millones de dólares para financiar proyectos entre los beneficiarios de Petrocaribe, selló una alianza con Jamaica para ampliar la refinería de esa isla, construirá tanques de depósito allí y en Cuba, y se dotará de barcos petroleros pequeños para abastecer con comodidad a sus nuevos abonados.
"Queremos compartir la riqueza que nos dio la naturaleza con los pueblos de América Latina y el Caribe", dijo Chávez al proponer, durante la firma de los acuerdos en el balneario jamaiquino de Montego Bay, que con los fondos de Petrocaribe se aborden proyectos de electricidad en la zona.
Cuba, que también hace parte de Petrocaribe, recibe de Venezuela 98.000 barriles diarios de petróleo, pero decidió mantener el acuerdo previo entre los dos gobiernos para este suministro, que exige un pago mayor de contado, hasta 75 por ciento, pero extiende más facilidades al intercambio por bienes y servicios.
Unos 15.000 médicos y entrenadores deportivos cubanos prestan servicios en Venezuela.
Caracas había pactado acuerdos de suministro similares con Paraguay y Uruguay, en tanto otros convenios de cooperación energética se activaron con Argentina y Brasil, y temporalmente con Ecuador, dentro de un esquema bautizado como Petrosur.
En América Central y el Caribe funciona desde 1980 el Acuerdo de San José, que permite a diez países del área recibir petróleo de México y de Venezuela, a partes iguales, con financiamiento de hasta 20 por ciento de la factura, pero ligada a proyectos de inversión que incluyan la compra de bienes y servicios mexicanos o venezolanos.
Pero la privatización de refinerías en varios países durante la década pasada restó operatividad al acuerdo, pues las estatales Petróleos Mexicanos (Pemex) y Petróleos de Venezuela (Pdvsa) rehúsan entregar crudo en condiciones de cooperación a trasnacionales rivales.
Allí está un foco de dificultad para los países de América Central en su peregrinación a Bogotá y Caracas, pues Pdvsa decidió construir depósitos en algunos países del Caribe precisamente para no entregar sus productos a corporaciones privadas sino a Estados.
Para los centroamericanos, la situación es apremiante, "un problema gravísimo; el aumento de nuestra factura petrolera este año será de 500 millones de dólares, dos veces y media el monto de toda la ayuda exterior que recibimos", advirtió el presidente de Honduras, Ricardo Maduro.
Honduras acaba de dar marcha atrás en un proyectado aumento de los precios de los combustibles, después de un conflicto de dos días protagonizado por los transportistas, y dejó el precio de la gasolina entre 3,52 y 3,57 dólares por galón (3,8 litros).
El presidente nicaragüense Enrique Bolaños dijo que su país gastaría este año 600 millones de dólares en compras de petróleo, un monto equivalente a sus exportaciones.
En El Salvador "si el gobierno no nos autoriza un aumento en las tarifas, con los actuales costos de la gasolina (3,12 dólares el galón) vamos a la quiebra", clamó el presidente de la Corporación de Empresarios del Transporte, Ricardo Polanco.
Raúl Melara, presidente de la Asociación Nacional de la Empresa Privada de El Salvador, pidió al jefe del Estado, Antonio Saca "no dejar de lado la posibilidad de acudir a Venezuela para conseguir petróleo más barato".
El Salvador fue el único país de la región que simpatizó con el efímero golpe de Estado que desalojó a Chávez del gobierno por dos días en abril de 2002, y el gobernante venezolano tiene afinidad con el opositor Frente Farabundo Martí de Liberación Nacional.
Pero la cuestión petrolera pone sordina a las diferencias políticas pues "estamos frente a un terremoto, al tsunami de precios internacionales, y en el primer país que encontremos petróleo barato, pues ahí lo vamos a comprar", dijo Saca.
La sed del área por petróleo venezolano alcanzó incluso a naciones que no son independientes, como Puerto Rico y Aruba.
Una delegación de la isla holandesa se entrevistó con el vicepresidente venezolano José Vicente Rangel para pedirle participar de los convenios de Petrocaribe, que por cierto emplea gasolina y otros derivados de la refinería Isla, que pertenece a otra antilla neerlandesa, Curazao, y es utilizada en alquiler por Pdvsa.
En el caso puertorriqueño, el secretario de Desarrollo Económico, Jorge Silva, dijo que "como una cortesía" consultó a Washington (pues Puerto Rico es estado libre asociado de Estados Unidos) y obtuvo luz verde para que su Autoridad de Energía Eléctrica negociara, en las mejores condiciones posibles, diesel y Bunker 8, un tipo de combustible para plantas termoeléctricas.
"No tenemos problemas en que vengan nuevos países al acuerdo. Eso ya está estipulado con los demás socios de Petrocaribe", dijo el ministro venezolano de Energía, Rafael Ramírez, pero en el caso de territorios dependientes como Puerto Rico y Aruba "se evaluará la posibilidad, porque no se trata de países soberanos", dijo.