El comercio internacional de América Latina y el Caribe aumentará en 2005 por tercer año consecutivo, en un panorama mundial relativamente promisorio para la región, pero amenazado por «equilibrios inestables», señaló este martes la Cepal.
José Luis Machinea, secretario ejecutivo de la Cepal (Comisión Económica para América Latina y el Caribe) mencionó entre esos factores de equilibrio inestable, el alto precio del petróleo y la creciente y fuerte dependencia de la economía mundial de las relaciones no siempre armónicas entre China y Estados Unidos.
La expansión económica de China cobra cada vez más importancia estratégica para la región, según se indica en el "Panorama de la inserción internacional de América Latina y el Caribe 2004. Tendencias 2005", presentado por Machinea.
El informe de 257 páginas incluye también un examen, desde la óptica regional, de las negociaciones de la Ronda de Doha de la Organización Mundial del Comercio y un análisis de los desafíos de la integración para ganar competitividad y fortalecer los acuerdos comerciales en América Latina y el Caribe.
Otro capítulo del informe hace un inventario de preocupantes señales de proteccionismo que reaparecen en Estados Unidos y otros países industrializados y, por último, se analizan el comercio, la seguridad y el transporte internacionales en el contexto de las amenazas que representa el terrorismo.
Machinea destacó como fenómeno importante que la presencia china en el comercio mundial, con manufacturas de bajo costo, implica un mejoramiento de los términos de intercambio para los productos primarios, lo cual favorece a América del Sur, exportadora de petróleo, minerales y productos agrícolas.
Así, los sudamericanos fueron los principales beneficiarios del aumento de 17 por ciento de las exportaciones de la región en el primer semestre de este año, mientras México, América Central y el Caribe, competidores de las manufacturas asiáticas, aprovecharon en menor medida esta expansión.
La "Cepal consigna en este informe que el comercio mundial tuvo en 2004 su máximo crecimiento en un cuarto de siglo, y esta tendencia continuará este año, pero la región participa parcialmente de esta recuperación, pues el comercio intrarregional no recupera aún los niveles previos a la crisis asiática de 1997-98", dijo a IPS el economista Adolfo Rodríguez.
"Dos fenómenos caracterizaron la economía mundial durante el bienio 2004-2005. El primero es una nueva geografía de flujos comerciales y financieros con mayor presencia de China y los países asiáticos, y el segundo es la fuerte recuperación de la economía estadounidense en 2004", explicó Machinea.
El secretario ejecutivo de Cepal añadió que "esto ha sido favorable para América Latina, con buenos precios internacionales para sus exportaciones, mejores términos de intercambio, bajas tasas de interés y baja inflación y buenos resultados fiscales".
Al contrario de lo que ocurrió en las crisis internacionales de los años 80 y de comienzos de los 90, los aumentos de precios del petróleo no han ido acompañados en los últimos cuatro años de alzas en las tasas de interés, lo cual contribuye a la estabilidad fiscal y a la baja inflación, acotó Machinea.
Pese a este panorama positivo, "los riesgos que pesan sobre el escenario de mediano plazo son formidables", advirtió el funcionario internacional y ex ministro de Economía de Argentina.
Estos riesgos son "un elevado déficit de cuenta corriente en Estados Unidos, graves dificultades para que Japón y la Unión Europea aumenten sus ritmos de crecimiento, el alza del precio del petróleo, la amenaza terrorista que no amaina y las señales proteccionistas de las principales economías industrializadas", enumeró Machinea.
Dentro de este cuadro general de "equilibrios inestables", el impacto sobre el mercado petrolero del huracán Katrina, con el cierre de numerosas refinerías en el Golfo de México, podrá alterar aún más los precios del crudo durante unos seis meses a un año, estimó.
En el contexto de los actuales desafíos petroleros, la iniciativa del "anillo energético" de América del Sur emerge como una respuesta positiva de la región, que a su vez atrae el interés de inversionistas internacionales, entre los cuales se destacan los países asiáticos y China en particular.
El informe ilustra la proyección estratégica de la economía china para América Latina, señalando que en 1990 la potencia asiática representaba menos del cinco por ciento del consumo mundial de productos como el estaño, el cobre, el zinc, la soja, el aluminio, el azúcar y el petróleo.
Hoy, China es el primer consumidor mundial de estaño, zinc y cobre, el segundo de soja, aluminio, azúcar y petróleo y el tercero de níquel. Es además el segundo socio comercial de Perú, el tercero de Chile, y el cuarto de Argentina, Cuba y Brasil. En general, cuatro por ciento de las exportaciones de la región van al mercado chino.
China tiene igualmente un papel gravitante, junto a Japón y otras economías asiáticas, como comprador de bonos del Tesoro de Estados Unidos, lo cual permite financiar el déficit de ese país y neutralizar posibles aumentos de la inflación y contener las tasas de interés.
Pero eso mismo constituye, en el análisis de Cepal, otro de los "equilibrios inestables", cuya agudización podría conducir a acentuar las tendencias proteccionistas que son el principal obstáculo para que prosperen las negociaciones para abrir sectores como la agricultura en la Organización Mundial del Comercio.
Machinea indicó que este proceso se ve con pesimismo, mientras en América Latina y el Caribe los acuerdos comerciales avanzan también con dificultades, como el tratado de libre comercio de Estados Unidos con cinco países de América Central y República Dominicana, aprobado por muy pocos votos en el Congreso legislativo estadounidense.
La integración comercial en la región se caracteriza por un bajo grado de apertura, una débil institucionalidad, sobre todo para la resolución de controversias, y baja credibilidad, pues las normas comunitarias no se aplican, señaló Machinea.
Interrogado por IPS acerca de la posibilidad de que el ALCA (Área de Libre Comercio de las Américas) sea inoperante en el nuevo escenario, dijo que, "al contrario, el ALCA debería ayudar a mejorar la competencia, a terminar con la bilateralidad y la no aplicación de compromisos comunitarios".
El ALCA, cuyo proceso de ratificación en los 34 países americanos, todos los del continente menos Cuba, estaba previsto originalmente para este año, está casi paralizado desde 2003 por la oposición de Brasil y Argentina a la hegemonía estadounidense en el proceso.
Desde entonces se han privilegiado los acuerdos bilaterales y subregionales, en una suerte de construcción del ALCA por etapas y a largo plazo.
En su respuesta, Machinea apuntó que la propia resistencia de Estados Unidos a la apertura de los mercados agrícolas, como parte del rebrote del proteccionismo, es otro obstáculo para que prospere el proyecto del ALCA.