Como en otros países de regímenes comunistas, la prensa de Vietnam vive la paradoja de denunciar la corrupción en el poder mientras apoya al gobierno y al partido gobernante.
Se trata de un panorama preocupante, los periodistas no sólo no logran llevar con éxito tan pesada carga, sino que comienzan a verse envueltos ellos mismos en casos de corrupción.
Un ejemplo es la presunta profunda implicación de un redactor de la popular publicación Deportes en Ho Chi Minh en un escándalo relacionado con el arreglo del resultado de un partido de fútbol el mes pasado.
El incidente llegó al congreso de la Asociación de Periodistas de Vietnam, que terminó el 13 de agosto en Hanoi, y la presión llevó a una resolución final que resaltaba el papel del periodismo en la construcción de una sociedad más transparente.
Durante el congreso, muchos periodistas se quejaron de la excesiva presión de gobernantes locales cuando deben informar sobre actos de corrupción.
Dirigiéndose a los delegados en el congreso, el secretario general del Partido Comunista Vietnamita, Nong Duc Manh, alabó a los periodistas por el apoyo dado a la exposición de casos de corrupción y por crear una atmósfera conducente a mejorar el clima para los negocios, que sonó como una declaración de expectativas más que un elogio.
"Los medios han contribuido de manera crucial al mejoramiento de la imagen internacional de Vietnam y han creado una atmósfera favorable a la implementación de la política exterior del partido y del Estado", dijo Manh.
Era una manera de enfatizar que los medios de comunicación vietnamitas son considerados altavoces del partido y del gobierno y se espera que expresen las preocupaciones de éstos y promuevan sus políticas.
El propio congreso dictaminó que los periodistas deben guiarse por nueve códigos de moralidad, comenzando por ser "sinceros" con el Partido Comunista y con el país. En tanto la corrupción es considerada uno de los males que obstaculizan el desarrollo de la nación, se insiste en el rol de los medios en condenarla y combatirla.
Consecuentemente, en los últimos años los diarios más importantes — Thanh Nien, Tuoi Tre, Lao Dong, Nguoi Lao Dong — han publicado con regularidad artículos reportando casos de corrupción que involucraban a funcionarios de alto rango.
Unos 9.960 casos de corrupción con 4.007 funcionarios envueltos han sido destapados en los últimos 12 años. Un ministro, cinco viceministros y 14 gobernadores de provincias y alcaldes han sido llevados ante la justicia por cargos de corrupción.
La cantidad de dinero sucio también ha ido en constante aumento, desde unos pocos cientos de dólares a varios millones, por acuerdos vinculados al petróleo, el gas, la banca y el comercio textil.
Manh destacó algunas fallas de los medios. "Ciertas publicaciones han fracasado en proveer textos actualizados e inteligentes, mientras varias otras se han vuelto excesivamente comerciales".
El líder comunista criticó especialmente a "una pequeña minoría de periodistas que ha olvidado sus responsabilidades políticas y sociales y su ética profesional". Aunque no mencionó ningún caso específico, observadores ven una referencia a reporteros partícipes de delitos, como el caso del arreglo del partido de fútbol.
El reportero de Deportes en Ho Chi Minh fue acusado de ayudar a arreglar los resultados de un encuentro y transacciones con jugadores de fútbol.
El año pasado, los periodistas Nguyen Hoang Linh y Vo Quang Thang fueron arrestados por chantajear a un funcionario, Tran Mai Hanh, que se presumía había estado confabulado con la organización mafiosa Nam Cam.
En un foro organizado para discutir este asunto, el subeditor en jefe del diario Quan Doi Nhan Dan (El Ejército del Pueblo), coronel Ho Quang Loi, enfatizó que "la ética profesional formó los cimientos mismos de los medios".
Le Nguyen Cat, editor en jefe del diario Thoi Bao Kinh Te Vietnam (Tiempos Económicos de Vietnam), indicó: "Los periodistas responsables deben elegir lo que la sociedad los ayuda a elegir, lo que debería ser dicho o no, y escribir artículos que sean buenos para el pueblo y para el país, sin dañar su desarrollo, seguridad y virtudes sociales".
Se trató de un rezongo contra la tendencia a la autocensura que siguen muchos periodistas vietnamitas para asegurarse de que sus artículos sean publicados.
Aunque la mayoría estaría sinceramente de acuerdo con la declaración de Loi ("la misión de un periodista es hallar la verdad y defenderla"), se trata de un ideal difícil de seguir.
Para la mayoría, hallar la verdad es muy duro.
En general, la policía da una mano a la prensa cuando se trata de informar sobre la corrupción. Como en otros países, los policías proporcionan algunos datos a periodistas cuidadosamente seleccionados, básicamente el nombre de la "oveja negra" y los delitos que se presume cometió.
La tarea de esos periodistas consiste principalmente en recabar más información, y escribir artículos describiendo el caso y explicando a los lectores la mecánica del soborno y la corrupción.
Pero reporteros y reporteras que se las arreglan para investigar y revelar casos de corrupción por su cuenta pueden hallar obstáculos mayores y arriesgarse a que se les prohíba cumplir su misión.
Este asunto fue tema de un seminario realizado el mes pasado, "El rol del periodismo en la lucha contra la corrupción", organizado por Ap Bac, un periódico publicado en la norteña ciudad de My Tho, en el Delta del río Mekong.
En el seminario, un editor de la revista Dong Thap notó que, aun después de varios años de práctica la lucha de la prensa contra el despilfarro y la corrupción era "insignificante".
"En público, ellos (los funcionarios de alto rango) estimulan a los diarios a combatir la corrupción, pero cuando su propio prestigio o intereses están en peligro cambian de opinión rápidamente", dijo Ngo Thanh Phong, que edita la revista An Giang.
Phong agregó que hubo casos en los que periodistas habían recabado suficientes documentos y pruebas de corrupción, pero los editores no pudieron publicarlos porque algunos "anh Ba" o "anh Tu" (términos vietnamitas para referirse a quienes mandan o detentan el poder) habían intervenido.
"Si nos atrevemos a discutir, seremos condenados por distanciarnos del liderazgo del partido", afirmó Phong.