CORRUPCIÓN-ESLOVAQUIA: Los oscuros bolsillos ministeriales

La red Transparencia Internacional calificó de inconsistente al gobierno de Eslovaquia tras el cese del ministro de Economía Pavol Rusko, acusado de conflicto de intereses como beneficiario de un préstamo por tres millones de dólares.

Rusko, quien también ocupaba el cargo de viceprimer ministro, fue destituido a pedido del primer ministro Mikulas Dzurinda luego de trascender que había recibido un préstamo de un empresario que participa en la privatización del sector energético mientras ocupaba el cargo.

El hoy ex ministro ensayó distintas explicaciones sobre el destino que le dio al dinero. Además, aseguró que el préstamo ya había sido devuelto, y fue incapaz de indicar cómo lo había hecho en tan poco tiempo.

Dzurinda, en cambio, consideró que el préstamo constituía un caso claro de conflicto de intereses.

Luego de que Rusko hizo oídos sordos ante los pedidos de renuncia formulado por partidos de la coalición de gobierno, el primer ministro debió solicitar al presidente Ivan Gasparovic que hiciera uso de su facultad de destituirlo. El cese se procesó el jueves.

Transparencia Internacional aplaudió la acción de Dzurinda, pero advirtió que los dirigentes oficialistas deberían aplicar los mismos criterios de honestidad dentro de sus propios partidos.

"Deben mirarse a sí mismos. Si quieren tener consistencia, después de cesar a un ministro que no pudo explicar sus negocios adecuadamente, deben examinar las acciones de algunos de ellos y de sus partidos", dijo a IPS Emilia Sicakova-Beblava, de Transparencia.

"Hay casos sin resolver de aportes financieros poco claros en el partido del primer ministro, la Unión Democrática y Cristiana (SDKU) y acusaciones de corrupción contra políticos del oficialista Partido Demócrata Cristiano (KDH)", sostuvo la experta.

"Todos los que sean incapaces de explicar estas cosas deberían renunciar. Rusko no es el único que debe irse", añadió Sicakova-Beblava.

Transparencia y otras organizaciones anticorrupción, como la Alianza Juego Limpio en Eslovaquia, advirtieron que las finanzas de la SDKU no fueron claras el año pasado, cuando varias personas negaron haberle donado dinero, como aseguraban dirigentes.

Desde entonces, el partido se ha rehusado a difundir la identidad de sus contribuyentes, y hubo intensos debates sobre la obligatoriedad legal de hacerlo en este país de 4,5 millones de habitantes.

Mientras, un alto dirigente del KDH y alcalde de un distrito de Bratislava, Pavol Bielik, fue acusado el año pasado de exigir una comisión de unos 160.000 dólares a una empresa constructora para aprobar sus proyectos. Tras la denuncia, se negó a renunciar al cargo y continúa en el partido.

Dirigentes opositores que apoyaron el cese de Rusko también han sido acusados de corrupción.

El ex primer ministro Vladimir Meciar, líder del hoy opositor Movimiento por una Eslovaquia Democrática (HZDS), se ha negado a explicar cómo pagó los 1,3 millones de dólares que costó la construcción de su mansión.

"Hay muchos casos así, y no han sido explicados de manera satisfactoria. El público reclama saber qué sucederá", dijo Sicakova-Bablava.

Rusko es un controvertido magnate de los medios de comunicación que se convirtió en político para las elecciones parlamentarias de 2002, al frente de la liberal Alianza del Nuevo Ciudadano (ANO) que luego se incorporó al gobierno.

Su caso es el último en una serie de secretarios de Estado que perdieron el cargo al verse acusados de corrupción.

En 2001, el entonces ministro de Defensa, Pavol Kanis, fue obligado a renunciar cuando muchos advirtieron que no pudo haber construido su lujosa mansión sólo con su salario. Kanis aseguró haber ganado una gran cantidad de dinero gracias a las apuestas.

Ese mismo año, el viceprimer ministro Pavol Hamzik fue obligado a renunciar cuando uno de sus colaboradores se apropió de fondos donados por la Unión Europea.

En 1999, Gabriel Palacka debió abandonar el cargo de ministro de Transporte, también acusado de corrupción. Y Ludovit Cernak renunció al Ministerio de Economía tras formularse en público sospechas acerca de la privatización de una empresa gasífera.

Estos escándalos socavaron la confianza del público en los políticos.

"El caso de Rusko reforzará la percepción de la gente. Apunta justo hacia donde los eslovacos sospechan", sostuvo Sicakova-Beblava. (

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