El gobierno militar de Birmania prefirió mantener los férreos controles al movimiento de bienes y personas a recibir ayuda de un fondo internacional para combatir la epidemia de VIH/sida.
En una decisión sin precedentes, el Fondo Mundial de Lucha contra el Sida, la Tuberculosis y la Malaria canceló todas sus donaciones a Birmania y abandonó este país, gobernado por una dictadura militar por más de 40 años, debido a las restricciones de viaje que Rangún impuso a todas las agencias de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) y grupos humanitarios internacionales.
"Se trata de la primera vez que el Fondo Mundial cancela donaciones", declaró a IPS el portavoz de esa agencia con sede en Ginebra, John Liden.
"Los programas financiados por el Fondo Mundial pueden funcionar en cualquier país siempre que el gobierno no los obstruya activamente", explicó.
Pero eso fue precisamente lo que hizo la junta militar de Birmania, después que el Fondo aprobara donaciones por 98,4 millones de dólares en un período de cinco años para este país del sudeste asiático. Más de la mitad de esa cantidad, cerca de 54,3 millones de dólares, estaba asignada al combate al VIH/sida.
Entre los programas que el Fondo iba a apoyar en Birmania se contaban algunos para contener la epidemia de sida mediante la educación, el tratamiento y los servicios de apoyo, concentrados en grupo de alto riesgo como los usuarios de drogas inyectables, los trabajadores sexuales y los jóvenes entre 15 y 24 años.
Pero esos programas no pudieron aplicarse debido a las restricciones de viaje que Rangún impuso a agencias de la ONU y grupos humanitarios internacionales.
Casi todos los aspectos de los nuevos programas exigían viajes, y las restricciones impuestas provocaban "semanas de demora" para obtener permisos, explicó Liden.
El Fondo, creado hace tres años por la Asamblea General de la ONU (Organización de las Naciones Unidas), aprobó donaciones para 127 países y distribuyó 3.100 millones de dólares en los primeros dos años de funcionamiento.
"De los 3.100 millones comprometidos en los primeros dos años, 56 por ciento se destinaron a la lucha contra el VIH/sida, 13 por ciento a la tuberculosis y 31 por ciento a la malaria", informa el sitio web del Fondo.
El control de esas tres epidemias que azotan a la humanidad antes de 2015 es uno de los Objetivos de Desarrollo de la ONU para el Milenio, fijados por los países miembros de la ONU en 2000.
Otras metas son la reducción de la pobreza extrema y el hambre a la mitad, la educación primaria universal, la promoción de la igualdad de género y la autonomía de la mujer, la reducción de la mortalidad materna en tres cuartos y de la mortalidad infantil en dos tercios.
Las metas específicas deben cumplirse antes de 2015 y tienen como referencia los niveles de 1990.
La decisión del Fondo de terminar su relación con Rangún planteó dudas sobre el espacio disponible para el trabajo humanitario en un clima de opresión.
"Dada la complejidad de la situación en Birmania, se necesita bastante flexibilidad para hacer frente a los problemas a medida que surgen", dijo Charles Petrie, representante residente del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo.
"El Fondo Mundial fue muy estricto debido a la naturaleza temporal de las donaciones, por lo tanto comprendo la decisión tomada", declaró en una entrevista telefónica desde Rangún. "Pero la acción humanitaria es posible en Myanmar (Birmania)", opinó.
El retiro del Fondo se produjo en medio de un agravamiento de la epidemia de sida en Birmania. Se estima que entre 170.000 y 620.000 personas viven con el VIH (virus de inmunodeficiencia humana, causante del sida) en este país de 50 millones de habitantes, según el Programa Conjunto de las Naciones Unidas sobre el VIH/Sida (Onusida).
El índice de infección, de 1,3 por ciento, sólo es superado en el sudeste asiático por Camboya, con una tasa de dos por ciento.
Rangún eligió mantener en silencio la crisis del sida hasta fines de 2003, cuando el general Khin Nyunt fue nombrado primer ministro y permitió a las agencias humanitarias llevar adelante sus programas abiertamente.
La donación anunciada por el Fondo Mundial fue recibida con alivio por organizaciones humanitarias como World Vision.
"El Fondo ofreció una gran esperanza a muchas personas que iban a beneficiarse, incluso con VIH", dijo a IPS el jefe de la oficina de World Vision en Birmania, Roger Walker.
Ahora, "si no podemos encontrar fondos de reemplazo, la esperanza de esa gente se hará trizas", dijo.
Rangún manifestó preocupación por la medida del Fondo Mundial, pero no mencionó su participación en las circunstancias que llevaron a esa decisión.
La decisión del Fondo "es contraria a los valores y principios consagrados en la Declaración del Milenio de la ONU, a la que el Fondo Mundial debe su existencia", declaró el Mecanismo Coordinador Nacional sobre VIH/Sida, dependiente de la junta militar.