Después de que el estruendo de los conciertos Live 8 se diluya y la muchedumbre haya regresado a casa, los ecos persistirán en forma de pregunta: ¿este tipo de espectáculos es lo que África necesita?
El debate es particularmente encendido, pues Gran Bretaña, anfitrión de la cumbre, ha convertido el desarrollo de aquel continente una prioridad de la reunión de jefes de Estado y de gobierno del Grupo de los Ocho (G-8) países más poderosos del mundo en Escocia la próxima semana.
Estrellas de la música pop y del rock fluyen hacia cada uno de los ocho países y Sudáfrica, para participar en los recitales que se celebrarán este sábado.
Según sus organizadores, los espectáculos atraerán a más de un millón de espectadores en vivo y cantidades difíciles de calcular de telespectadores, radioescuchas e internautas.
Los convocantes de Live 8 pretenden que las multitudes que rodearán a las celebridades envíen a Alemania, Canadá, Estados Unidos, Francia, Gran Bretaña, Italia, Japón y Rusia un resonante mensaje sobre sus deseos de prosperidad para África subsahariana.
Cualquier cosa que concientice a la gente sobre la pobreza en África es buena, pero esto no es, en sí, suficiente para acercarnos a eso, dijo a IPS Nick Dearden, de la organización no gubernamental War on Want.
Es particularmente importante que Bob Geldof y otras celebridades no hablen por el mundo en desarrollo en los recitales, advirtió Dearden.
Ese tipo de manifestaciones ocurrieron durante mucho tiempo, y si los artistas empiezan a hablar en nombre de África, no cambiarán nada, consideró.
La caridad no resolverá los problemas de África. Se requieren reformas de las estructuras económicas que hicieron que la caridad pareciera necesaria, sostuvo el activista.
En los años 80, África era vista como una víctima que se sumergió sola en un caos absoluta, pero el discurso ha avanzado claramente desde entonces, según Dearden. Hoy, se reconoce que las instituciones políticas y gobernantes de Occidente crearon los problemas africanos.
Lo hicieron mediante un sistema de comercio y una estructura de deudas consolidadas a lo largo de 30 o 40 años, sostuvo. Y durante siglos antes de eso, los gobiernos y corporaciones occidentales habían desecado los recursos de África y usado su población como fuente de trabajo esclavo o barato, indicó.
El principal organizador de los recitales es BobGeldof, líder de la disuelta banda de rock The Boomtown Rats y actor principal de la célebre película The Wall (El muro), con música del grupo Pink Floyd.
Geldof intenta con estos espectáculos revivir el espíritu de los multitudinarios conciertos Live Aid, con los que logró recaudar en 1985 unos 70 millones de dólares para luchar contra el hambre en Etiopía.
El artista procura mantener la caridad fuera de los espectáculos. Un concierto como Live Aid sería hoy considerado demasiado paternalista. Pero si bien las reformas económicas y comerciales son necesarias, África también necesita, simplemente, dinero y asistencia.
Hay circunstancias muy específicas en que África necesita ayuda y apoyo externo, dijo a IPS Gregory Barrow, del Programa Mundial de Alimentos (PMA) de la Organización de las Naciones Unidas.
En Darfur, en el norte de Uganda y en el sur de África hay necesidades genuinas que los gobiernos nacionales no pueden satisfacer por sí mismos, ejemplificó.
Nadie se ofende si alguien afirma que África necesita asistencia, dijo Barrow. Confiamos en que en algún momento no muy distante no la necesite, el PMA pueda terminar su trabajo allí e irse. Pero eso no ha sucedido aún, consideró.
Uno de cada tres africanos está desnutrido. El hambre en África, como en todas partes, es causa y consecuencia de la pobreza, indicó este viernes el PMA en un comunicado.
El PMA intenta alimentar a 26 millones de víctimas de crisis alimentarias originadas por sequías, conflictos, sida, invasión de langostas y problemas económicos.
Pero la agencia recibe apenas la mitad de los aportes que requiere para mantener a esa gente viva y construir mejores vidas.
En siete países africanos, la población con necesidades alimentarias insatisfechas aumentó desde el año pasado de 3,5 millones a 8,3 millones, debido fundamentalmente a la sequía, según el PMA.
Pero la organización recibió menos de 20 por ciento de los 405 millones de dólares que requiere para sus operaciones en el sur de África hasta fines de 2006.
Por lo tanto, debe aparecer más dinero de algún lado, y debería ser de Occidente. La caridad, después de todo, no es una palabra tan mala para África, después de todo.