Casi tres meses antes del inicio en Argentina de la IV Cumbre de las Américas, los gobiernos están de acuerdo en que el trabajo decente es la mejor fórmula para reducir la pobreza. Sin embargo, aún subsisten visiones diversas sobre cómo crear esos empleos genuinos.
Así lo simplificó el coordinador de la cita, el vicecanciller argentino Jorge Taiana, quien en reunión con la prensa extranjera subrayó este martes que la mayoría coincide en que el crecimiento económico es indispensable, pero no suficiente para garantizar la creación de puestos de trabajo y que las políticas asistenciales no bastan para abatir la pobreza en América.
Crear trabajo para enfrentar la pobreza y fortalecer la gobernabilidad democrática, el lema propuesto por Argentina para la cumbre, tiene un apoyo significativo de todos los países del hemisferio, remarcó.
Al respecto, el canciller de México, Luis Derbez, fue explícito el lunes, cuando en presencia de su par argentino, Rafael Bielsa, afirmó que su país apoya totalmente el temario planteado por Buenos Aires, para luego añadir que junto al tema del empleo se debe enfatizar en una mejor distribución del ingreso.
En cambio, Derbez tienen distintas visiones y propuestas sobre cómo alcanzar los objetivos resumidos en el lema.
Taiana eludió precisar cómo se define cada país, pero un diplomático de su cartera confió a IPS, sin permitir revelar su nombre, que América Latina es un solo bloque en defensa del modo de alcanzar las metas.
Bielsa había sido más concreto unos días antes al admitir que, para combatir la pobreza y fortalecer la gobernabilidad, Estados Unidos y Canadá defienden una receta de libre mercado con estímulo a las inversiones garantizadas, planes de lucha contra la corrupción y flexibilización del mercado laboral.
En tanto, América Latina, si bien no minimiza el control de la corrupción, hace hincapié en la creación de empleo decente, que es la definición lanzada por la Organización Internacional del Trabajo para referirse a trabajos estables y retribuidos con salarios dignos y derecho a la seguridad social, remarcó el canciller.
La IV Cumbre de las Américas se celebrará el 4 y el 5 de noviembre en Mar del Plata, el principal balneario argentino ubicado 400 kilómetros al sur de Buenos Aires. En esta reunión, los jefes de Estado y de gobierno de 34 países, todos los del continente excepto Cuba, pondrán la firma a una breve declaración y a un más ambicioso plan de acción.
Taiana estimó que para septiembre se habrá avanzado en el texto de la declaración y recién entonces se trabajará a fondo con el plan de acción, que esperan esté dotado de medidas concretas para alcanzar las metas, según dijo.
Para ello se aguarda la realización de una reunión de ministros de Trabajo de América, prevista para el 26 y el 27 de septiembre en México y donde sus aportes al plan de acción serán sustanciales, debido a la importancia que tendrá el tema del empleo en la cumbre.
Vamos a demorar la elaboración final del programa, porque queremos que ellos (los ministros de Trabajo) vuelquen sus recomendaciones, definió Taiana.
El funcionario argentino remarcó que los documentos pueden incluir además un reclamo de reforma de la arquitectura del sistema financiero internacional. Algunos países entienden que el esquema actual no contribuye a favorecer el desarrollo, subrayó.
También admitió que los temas de la seguridad internacional difícilmente estén ajenos al debate, aun cuando no responden al eje de la reunión.
A diferencia de otras cumbres hemisféricas, en esta oportunidad el libre comercio no estará en la agenda y casi no fue tratado en las reuniones previas. Ese debate está paralizado, declaró Taiana a IPS, aludiendo a la iniciativa lanzada por Estados Unidos en la primera cumbre realizada en 1994 en Miami de crear un Área de Libre Comercio de las Américas (ALCA).
Como contracara de la reunión oficial, organizaciones de la sociedad civil realizarán del 1 al 6 de noviembre la llamada III Cumbre de los Pueblos, en la misma ciudad, a donde se prevé que llegarán entre 5.000 y 10.000 participantes para expresar su oposición al neoliberalismo y repudiar la presencia del presidente estadounidense George W. Bush.
A pesar de las severas medidas de seguridad que hay previstas, los activistas podrían tener una reunión con los cancilleres en la víspera de la cumbre y tienen programado realizar una marcha de protesta el día de la inauguración.