La exposición que aborda el culto al sol en el antiguo Egipto rebasó las previsiones y marcó un récord histórico de visitas en el Museo de Antropología de México, un recinto acostumbrado al éxito tras una década de presentar muestras sobre civilizaciones del pasado.
Cerca de 450.000 personas han visto la exposición desde su inauguración a comienzos de abril, unas 50.000 más de las previstas incluso hasta su clausura original a fines de mes, lo cual obligó a sus organizadores a extenderla hasta el 10 de julio.
La muestra Faraón: el culto al sol en el antiguo Egipto es la más exitosa de las realizadas en México en todo el siglo XX y lo que va del presente, señalaron portavoces del estatal Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH).
El éxito tiene que ver con la fascinación que despierta la cultura egipcia y con la importancia de las 152 piezas exhibidas, entre ellas una gigantesca cabeza del rey Tutankamon, un obelisco con jeroglíficos y una figura de pie del dios Horus, explicó a IPS el secretario técnico del INAH, César Moheno.
Pero el éxito también estuvo relacionado a la capacidad de la museografía mexicana en montar exposiciones con los últimos adelantos técnicos, señaló.
Las filas de personas que querían acceder a ver las piezas se extendieron a diario desde su apertura por cientos de metros alrededor del Museo Nacional de Antropología, el único en América Latina que ha exhibido las piezas egipcias. Muchos visitantes esperaron hasta cinco horas para poder ingresar al recinto pagando un boleto de casi tres dólares.
En más de 1.000 metros cuadrados se armaron diversas salas bajo nombres como Las siluetas del dios Sol, El nacimiento del dios Sol, Los protectores del dios Sol, 'Scala Dei': La pirámide, El Sol en el inframundo, Faraones solares, Ritual y culto, Sacerdotes, Dioses lunares, Dualismo, Dios Sol y naturaleza y El cielo.
Entre las piezas exhibidas se cuenta la mencionada cabeza de Tutankhamon de dos metros de diámetro, una estatua cúbica de Sesenmut, una cabeza que representa a Nefertiti en su madurez, y un obelisco de tres metros y medio de altura con jeroglíficos. Además, se exhiben joyas y varios objetos pequeños.
También hay una representación del dios Horus de más 1,5 metros de altura, el sarcófago de Anch-Hor que tiene un peso de seis toneladas, un papiro del periodo tolemaico de casi 10 metros, una cubierta de momia policromada de Hor y una esfinge monumental en granito rojo.
El antropólogo Luis Margulín señaló a IPS que el INAH supo vender bien la exposición a un público fascinado con una civilización que creía en la trascendencia humana en conjunción con su entorno, donde el sol ocupó un lugar especial.
Una iluminación de contrastes, terminales de computadora con información del tema, proyección de videos y una decoración con madera, granito de diversos tipos y piedra ónix, fueron el entorno en que se montaron las piezas.
Lo exhibido pertenece a los museos Egipcio de Berlín y Estatal de Arte Egipcio de Munich, ambos de Alemania. La exposición se armó luego que México exhibiera en recintos de ese país una muestra sobre la cultura Azteca.
El Museo Nacional de Antropología expuso en la última década y antes de Faraón: el culto al sol en el antiguo Egipto, Tesoros de Asiria, Magna Grecia y Sicilia, Los etruscos, China imperial, y África, todos como parte del ciclo Grandes Civilizaciones.
En las anteriores exposiciones, el promedio de asistentes en ciclos de tres meses fue de 390.000 personas. Enrique Ortiz, coordinador nacional de Museos y Exposiciones del INAH, comentó que el ciclo revitalizó al Museo Nacional de Antropología para reafirmarlo como el más importante de América Latina.
Además de las exposiciones temporales, el museo exhibe una muestra permanente sobre la historia precolombina de México.
El ciclo Grandes Civilizaciones continuará en octubre en el Museo Nacional de Antropología con la exposición España medieval, que tendrá piezas traídas de varios museos españoles
Según el secretario técnico del INAH, la museografía mexicana ha diseñado para todas las exposiciones un lenguaje de comunicación que ha tenido tal éxito entre el público, que varios museos del mundo se han interesado en conocer su experiencia.
En México, la museografía ha inventado un lenguaje atractivo que permite exhibir y atrapar al público y ese perfil interesa ahora a muchos otros museos del mundo, explicó.