Organizaciones no gubernamentales (ONG) internacionales exhortaron a la ONU a suspender el pago de millones de dólares generados por el petróleo de Iraq a empresas e individuos de Kuwait por concepto de indemnización de guerra.
Los ciudadanos de Iraq no deben ser responsabilizados por las acciones de Saddam Hussein y su régimen, señaló el grupo estadounidense Voices in the Wilderness (Voces en el Desierto), en referencia a la invasión iraquí a Kuwait hace 15 años.
Los continuos reclamos de indemnizaciones de guerra son otra forma de violencia contra los iraquíes, declaró la organización Jubileo/Iraq, con sede en Gran Bretaña.
Ambos grupos emitieron una declaración conjunta en vísperas de una reunión de la ONU (Organización de las Naciones Unidas) en Ginebra, la semana próxima, que decidirá qué compensaciones de guerra debe pagar Iraq en relación con la ocupación de Kuwait (1990-1991), y por qué monto.
Hasta ahora, la Comisión de Indemnización de la ONU, un organismo creado como órgano subsidiario del Consejo de Seguridad en 1991, pagó compensaciones por más de 52.000 millones de dólares a individuos y empresas kuwaitíes que presentaron demandas por pérdidas durante la guerra.
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Pese a la actual ocupación de Iraq por Estados Unidos y sus aliados, la Comisión impuso a ese país del Golfo el pago de otros 33.000 millones de dólares en indemnizaciones, que aún debe pagar.
Las ONG que siguen este proceso sostienen que los reclamos pendientes de decisión se relacionan principalmente con empresas estatales petroleras, firmas multinacionales y gobiernos.
Bajo presión de Estados Unidos y otros países occidentales, la ONU impuso severas sanciones económicas a Iraq tan pronto terminó la invasión de Kuwait, con la primera guerra del Golfo (1991). El embargo se prolongó 13 años, hasta que Estados Unidos invadió Iraq en marzo de 2003.
Ante los efectos catastróficos de las sanciones sobre la población civil iraquí, el Consejo de Seguridad de la ONU estableció en abril de 1994 el programa petróleo por alimentos, que permitía a Iraq vender cantidades limitadas de petróleo para adquirir alimentos, fármacos y otros bienes humanitarios, bajo supervisión del foro mundial.
Bajo ese programa, la ONU apartó 25 por ciento de los ingresos del petróleo iraquí para indemnizaciones de guerra. Sin embargo, esos pagos no cesaron cuando el Consejo puso fin al programa en mayo de 2003, porque el órgano ejecutivo de la ONU determinó que cinco por ciento de los ingresos del petróleo iraquí se siguieran destinando al pago de compensaciones.
Los críticos del programa de compensaciones piden ahora que el foro mundial suspenda de inmediato todos esos pagos y elimine las deudas odiosas en que incurrió el régimen del derrocado Saddam Hussein.
¿Hasta qué punto el pueblo iraquí tendrá que pagar por las acciones injustas del gobierno de Saddam?, preguntaron activistas de Jubileo, y recordaron que cuando Saddam Hussein asumió el poder, en 1979, Iraq no sólo no tenía deudas de largo plazo, sino que también poseía 36.000 millones de dólares en reservas.
Pero en vísperas de la invasión estadounidense, Iraq debía 125.000 millones de dólares a acreedores extranjeros, incluso 42.000 millones al llamado Club de París, formado por países ricos.
El pasado noviembre, el Club de París aceptó reducir sus reclamos en 80 por ciento, pero no sin imponer una serie de condiciones. Sólo 30 por ciento del perdón de la deuda fue incondicional.
Otro 30 por ciento sólo se materializará después que Iraq realice cambios estructurales significativos en su economía. El Fondo Monetario Internacional (FMI) dejó claro que, en los tres próximos años, Iraq debe demostrar que ha cumplido con las condiciones para la reducción final de 20 por ciento.
En cuanto a los restantes 83.000 millones de dólares de deuda, más de 67.000 millones son reclamados por países que no forman parte del Club de París, y 15.000 millones por acreedores privados.
En respuesta al Club de París el año pasado, el gobierno interino de Iraq consideró odiosa la mayor parte de la deuda y reclamó una reducción de 95 por ciento, además del fin de las indemnizaciones de guerra.
Esta semana, Estados Unidos y la Unión Europea discutirán la deuda de Iraq en Bruselas. Participarán de la reunión cancilleres de 80 países, incluida la secretaria de Estado estadounidense, Condoleeza Rice, además del secretario general de la ONU, Kofi Annan.
Con el objetivo de ejercer presión sobre la Comisión de Indemnización, activistas de Estados Unidos, Gran Bretaña, Iraq y otros países se dirigen a Ginebra. Algunos ya comenzaron a ayunar frente a las oficinas de la ONU.
Tomar el petróleo de Iraq para pagar a empresas de Kuwait es una injusticia, manifestó Kathy Kelly, de Voices in the Wilderness. El pueblo iraquí ya ha sufrido demasiado, desde las sanciones hasta los bombardeos y la ocupación, agregó.
La Comisión no puede existir con legitimidad ni un día más. No es una potencia colonial, dijo Hans von Sponeck, quien renunció en 2000 a su cargo de coordinador humanitario de la ONU y la semana pasada se unió a los manifestantes en Ginebra.
La Comisión celebrará una reunión de tres días a partir del 28 de este mes.