Una organización representativa de los importadores europeos acusa a la UE de proteccionismo textil, mientras el comisario de Comercio del bloque, Peter Mandelson, lograba en China un acuerdo que diluye el conflicto en ese sector.
Mandelson logró este viernes en Shangai, en diálogo con el ministro de Comercio de China, Bo Xilai, un acuerdo que restrinje las crecientes importaciones textiles de la UE (Unión Europea) desde el país asiático..
El acuerdo alcanzado, del que la UE en Bruselas no brindó información detallada, implica que China realizará límites voluntarios a sus exportaciones, si bien las elevará de forma gradual hasta el 1 de enero de 2008.
La UE temía que China doblegara a los productores textiles del bloque a raíz de la finalización en enero del régimen de cuotas en el comercio internacional del sector. Según el antiguo sistema, el Acuerdo Multifibra de 1974, cada país tenía límites de exportación.
Pero el sistema de cuotas terminó al comenzar este año, y China aprovechó su mano de obra barata y sus bajos costos de manufactura para aumentar sus exportaciones.
Las ventas de textiles chinos a Europa se elevaron a tal grado que muchos productores del continente se manifestaron incapaces de competir.
Según cifras de la Organización Mundial del Comercio (OMC), a China correspondían 20 por ciento de las exportaciones mundiales de textiles. La UE pronosticó que este porcentaje podría aumentar a 50 por ciento en los próximos cinco años.
De acuerdo con las normas de la OMC, la UE habría podido limitar las importaciones de textiles y prendas de vestir si éstas aumentaban entre 10 y 100 por ciento por encima de los niveles de 2004.
Beijing advirtió que sus vínculos con el bloque europeo podrían deteriorarse si Bruselas imponía salvaguardas.
Según la Comisión Europea, rama ejecutiva de la UE, las importaciones de camisetas chinas por parte del bloque aumentaron 157 por ciento en el primer trimestre de este año, y las de jerseys y pantalones masculinos, más de 400 por ciento.
La Asociación Europea del Textil (Euratex) advirtió que las importaciones desde china ponían en peligro 2,5 millones de empleos en la UE.
El bloque solicitó en mayo ante la OMC una restricción de las importaciones desde China. Entre las cifras que acompañaron el planteamiento figuraban el aumento de compras de camisetas y de hilos de lino.
Mandelson y Bo tenían plazo hasta este sábado para alcanzar un acuerdo. Si eso no ocurría, la UE estaba dispuesta a imponer restricciones a sus importaciones, según las normas de la OMC.
Mandelson había dicho este viernes en Shangai que pretendía lograr un acuerdo duradero con China, pero insistió en que no vacilaría en tomar medidas si no se alcanza un compromiso.
El aumento de las exportaciones textiles chinas no sólo afecta a la UE, sino a muchos países en desarrollo, agregó.
Pero la Asociación del Comercio Exterior (FTA), institución representativa de los importadores de la UE —entre ellos, industriales que procuran sus insumos fuera del bloque—, consideró que los reclamos estaban políticamente motivados.
La demanda ante la OMC y la negociación con China tuvieron origen en la intensa presión ejercida por algunos países de la UE en conjunción con la industria textil y de indumentaria de Europa, agregó la FTA.
El aumento en las exportaciones chinas a Europa en los primeros tres meses de 2005 respondía, en realidad, a un cambio en la fuente de esos productos y no implicaba un aumento de las importaciones globales de la UE, dijo a IPS la asesora legal de la FTA, Maria Linder.
Esta organización consideró que las restricciones habrían tenido consecuencias negativas para todas las partes involucradas en el negocio, y no permitirían alcanzar ni siquiera una mayor certidumbre en la planificación del comercio.
Creemos que si se imponen restricciones, las medidas de salvaguardia no ayudarían a nadie. El peor escenario sería un freno a las importaciones, que perjudicaría a las empresas importadoras que emitieron órdenes de compra y a los exportadores chinos, según Linder.
Al cabo de la Ronda Uruguay de negociaciones multilaterales comerciales —que dieron origen en 1995 a la OMC—, se estableció el 1 de enero de 2005 como la fecha de extinción del sistema de cuotas en el comercio de textiles e indumentaria por parte de los países industriales.
Las propias normas de la OMC permiten a sus miembros hasta 2008 limitar las importaciones desde China si demuestran que éstas perturban sus mercados.
De acuerdo con los criterios fijados por la UE, la Comisión Europea, rama ejecutiva del bloque, tenía la potestad de limitar las importaciones textiles y de vestimenta si aumentan entre 10 y 100 veces respecto de los niveles de 2004.
Algunos países de la UE, como Italia y Francia, urgían a Bruselas medidas inmediatas, pero otros, como los escandinavos, se oponían a cualquier acción proteccionista.
Organizaciones no gubernamentales de desarrollo advirtieron que eventuales medidas de la UE podrían amenazar el avance de China hacia la reducción de la pobreza.
Un aumento elevado de las exportaciones chinas perjudicaría a países en desarrollo como Bangladesh y Sri Lanka, que se han beneficiado del extinto sistema de cuotas. En África subsahariana también habría daños en la economía de Mauricio, Lesotho y Kenia.
Por otra parte, expertos de la industria textil estadounidense calcularon que ese país podría perder 600.000 empleos si no se toman medidas de salvaguarda para controlar las importaciones chinas.