DERECHOS HUMANOS-IRÁN: Abusos de insurgentes amigos de EEUU

Una organización insurgente iraní que procura apoyo de Estados Unidos es acusada de serios abusos, como torturas y sometimiento de prisioneros a aislamiento prolongado, por la organización de derechos humanos Human Rights Watch (HRW).

La Organización Mohahedin Khalq (MEK, por sus siglas en parsi), asegura que dirigirá operaciones apoyadas por Washington para instaurar la democracia en Irán, donde rige un régimen del ala chiita del Islam desde 1979.

El mes pasado, la MEK realizó una "Convención Nacional por una República Democrática y Secular en Irán" en el histórico Constitution Hall de Washington, a la que asistieron varios importantes legisladores del gobernante Partido Republicano.

Pero en sus 20 años de trayectoria como grupo armado protegido por el hoy preso presidente iraquí Saddam Hussein abundan acciones que dejan en duda su compromiso con la democracia, según el informe "Sin salida: Abusos de derechos humanos en campamentos de la MEK", publicado por HRW.

"El gobierno iraní tiene antecedentes trágicos en materia de derechos humanos, pero sería un enorme error promover un grupo opositor responsable también de serios abusos", dijo el director de la división de Medio Oriente en Washington de HRW, Joe Stork.

El informe de 28 páginas fue publicado en medio de un proceso de creciente tensión entre Washington y Teherán, básicamente por el supuesto desarrollo de armas nucleares por parte del régimen islámico, al que el presidente George W. Bush calificó de "inaceptable".

El gobierno estadounidense no ha adoptado formalmente el "cambio de régimen" como su política oficial hacia Irán, pero poderosas figuras como el vicepresidente Dick Cheney y el secretario (ministro) de Defensa, Donald Rumsfeld, no ocultan su preferencia por esa opción.

Desde que Estados Unidos encabezó en marzo de 2003 la invasión a Iraq, donde estaba radicada la MEK desde 1986, el grupo ha intentado persuadir al gobierno de Bush de que la caída de la República Islámica de Irán debía ser su siguiente paso.

La MEK ha contado en Estados Unidos con el respaldo de legisladores derechistas, del grupo Comité de Políticas de Irán (que reúne a personalidades del sector neoconservador —el ala más derechista del gobierno de Bush— con oficiales militares retirados) y de algunos funcionarios, especialmente en el Pentágono.

Estas figuras creen que la MEK podría ser utilizada para desestabilizar al régimen iraní, e incluso para derrocarlo en conjunción con ataques militares estadounidenses contra blancos selectos.

El apoyo del Pentágono impidió la dispersión o deportación de los militantes de la MEK en el campamento Ashraf, en territorio iraquí cerca de la frontera con Irán. Pero la organización no logró persuadir al Departamento de Estado (cancillería estadounidense) de que la retirara de su lista de grupos terroristas, a la que ingresó en 1997.

Es que la MEK atacó en los años 70 a contratistas militares estadounidenses y participó en 1979 en la toma de la embajada estadounidense en Teherán. El grupo también figura en la lista de organizaciones terroristas de la Unión Europea.

Tras un año de deliberaciones entre el Pentágono y el Departamento de Estado, ambas carteras alcanzaron cierto acuerdo. El Departamento de Defensa otorgó entonces a los miembros del campamento Ashraf la protección las Convenciones de Ginebra.

Desde entonces, el Pentágono ha reclutado a integrantes de la MEK a título individual para que se infiltraran en Irán e intentaran ubicar instalaciones nucleares secretas, según informes publicados por el diario The New York Times y la revista Newsweek.

Al mismo tiempo, unos 300 miembros de la organización se acogieron a la amnistía dispuesta por el régimen iraní para regresar a su país, con lo que quedaban 3.534 combatientes en el campamento Ashraf en marzo, según el estudio de HRW.

En ese contexto, la MEK y sus simpatizantes presionaron por la retirada del grupo de la lista del Departamento de Estado. De hecho, ésa pareció la principal demanda del acto celebrado el mes pasado en Washington, a cargo de la copresidenta de la organización insurgente, Maryam Rajavi, quien participó a través de una videoconferencia.

Uno de los representantes de la organización, Alí Safavi, describió a Rajavi como "la mayor y más temida némesis de Teherán", y como una persona firmemente comprometida con la democracia.

Rajavi aseguró que su grupo está "comprometido con la celebración de elecciones libres y justas en un plazo de seis meses tras el cambio de régimen, para elegir una asamblea constituyente y entregar los asuntos públicos a los representantes del pueblo".

Pero esas afirmaciones quedan rodeadas de escepticismo a raíz del informe de HRW, basado sobre entrevistas realizadas entre febrero y mayo a 12 ex integrantes de la MEK que hoy residen en Europa.

Estas personas aseguraron que existe en los campamentos militares del grupo en Iraq un persistente patrón de torturas, golpizas y confinamiento solitario y prolongado contra miembros críticos de las políticas y prácticas antidemocráticas de la MEK. Dos de los entrevistados afirmaron haber presenciado la muerte en interrogatorio de dos prisioneros.

Aquellos que deseaban abandonar el grupo fueron mantenidos incomunicados en unidades especiales, y si tenían un alto rango, permanecían así por largos periodos. Uno de los entrevistados sufrió esta situación durante ocho años y medio, y otro, cinco años.

Cuatro de los testigos, sospechosos de disidencia, afirmaron haber sido obligados mediante tortura a firmar confesiones falsas según las cuales tenían vínculos con agentes de inteligencia iraníes.

Tres de ellos presenciaron la muerte de Parviz Ahmadi, ex comandante de unidad, en febrero de 1995, a raíz de una gran golpiza. Su fallecimiento fue difundido tres años después en la publicación de la MEK, Mojahed. Paradójicamente, Ahmadi fue descripto allí como un "mártir" asesinado por agentes iraníes.

Cinco de los testigos fueron transferidos a la prisión de Abu Ghraib en los años 90 y liberados por el gobierno de Saddam Hussein en 2001 o 2002.

De acuerdo con los testimonios, la MEK es más un culto que un movimiento político. Esta versión sugiere que el exilio del grupo a comienzos de la década del 80, seguido por la boda entre Masoud y Maryam Rajavi en 1985, instaló una serie de prácticas que el matrimonio describió como "revolución ideológica".

Estas prácticas incluían el divorcio obligado de matrimonios, sesiones regulares de "autocrítica", abstinencia sexual y dedicación mental y física absoluta a los deseos de los líderes.

"El nivel de devoción que se esperaba de los militantes quedó de manifiesto en 2003, cuando la policía francesa arrestó a Maryam Rajavi en París", observó HRW. "En protesta, 10 miembros y simpatizantes de la MEK se prendieron fuego en varias ciudades europeas, y dos murieron." (FIN/IPS/traen-mj/jl/hd ik/05)

Compartir

Facebook
Twitter
LinkedIn

Este informe incluye imágenes de calidad que pueden ser bajadas e impresas. Copyright IPS, estas imágenes sólo pueden ser impresas junto con este informe