Cuando sólo faltan cuatro días para elegir al secretario general de la OEA, el chileno José Miguel Insulza aparece como el candidato con más posibilidades de triunfo, en un nervioso ambiente donde no se descartan maniobras de última hora que alteren esta tendencia.
Programada inicialmente para este jueves, la votación se postergó hasta el lunes 11 debido a los funerales del papa Juan Pablo II en el Vaticano, a los cuales asistirán el viernes la mayoría de los cancilleres que tienen la responsabilidad de nominar al próximo conductor de la OEA (Organización de Estados Americanos) en su sede de Washington.
Insulza, un socialista moderado de 61 años que se inició en política en la década del 60 en filas de la Democracia Cristiana y en la actualidad es ministro del Interior, recibió un apoyo sustantivo el viernes 1 de parte de la mayoría de los gobiernos de la Comunidad del Caribe (Caricom).
El canciller chileno Ignacio Walker señaló que 11 de los 14 votos de la Caricom están asegurados para Insulza, quien cuenta además con el respaldo oficial de Argentina, Brasil, Ecuador, Venezuela y Uruguay, además obviamente del gobierno que integra, con lo cual apenas le faltaría un sufragio para conquistar la secretaría general del foro americano.
La OEA cuenta con 34 países miembros activos, todos los del continente excepto la suspendida Cuba desde 1962, lo cual determina que sean 18 los votos para obtener la mayoría absoluta requerida para acceder a la secretaría general.
El candidato chileno llegará así el lunes próximo con un margen amplio, pero no irreversible, sobre los otros dos candidatos: el ex presidente salvadoreño Francisco Flores (1999-2004), de 45 años y de la derechista Alianza Republicana Nacionalista (Arena), y el actual canciller de México, Luis Derbez, de 58 años y del gobernante Partido Acción Nacional (PAN), conservador.
A pesar de su considerable ventaja ante Flores y Derbez, la opción de Insulza no está asegurada, dijo a IPS el analista internacional Libardo Buitrago. Como en toda elección, en estos días se va a pelear voto a voto, se va a realizar mucho lobby', va a haber presiones, indicó.
El principal sostén de Flores es Estados Unidos, que favorece de esta forma a uno de sus más fieles aliados en el continente con el argumento del gobierno de George W. Bush de que corresponde a América Central encabezar la OEA, luego del fugaz paso por la secretaría general del ex presidente costarricense Miguel Ángel Rodríguez.
Rodríguez fue elegido en 2004 como sucesor del colombiano César Gaviria, pero solo duró unas semanas en el cargo y debió renunciar en octubre, antes de ser encarcelado en su país por actos de corrupción durante su gobierno de 1998 a 2002.
Su estrecha cercanía con Estados Unidos, que lo llevó a integrar la coalición de apoyo a la invasión de Iraq en marzo de 2003, hace de Flores un candidato polarizador que ni siquiera tiene apoyo unánime del resto de los países centroamericanos, ya que, por ejemplo, Honduras respalda a Derbez.
En una elección con más de dos candidatos, los estatutos de la OEA establecen que, si ninguno de ellos logra 18 o más sufragios en un primer escrutinio, deberá procederse a una segunda votación entre los dos nombres con mayor respaldo.
Si para Insulza resulta esencial conseguir el voto número 18, los objetivos de Derbez y Flores para la primera vuelta van en una doble dirección: impedir el triunfo del chileno y asegurarse el segundo puesto para pasar a la elección definitoria.
En este escenario, la clave para desentrañar lo que ocurrirá el lunes en la sede de la OEA, en Washington, está en la decisión de los gobiernos que hasta ahora no han expresado su voto de modo público, que son Panamá, Paraguay y Perú.
El académico Walter Sánchez, del Instituto de Estudios Internacionales de la Universidad de Chile, comentó a IPS que la elección en la OEA es incierta, pese al favoritismo que presenta la candidatura de Insulza.
Hay que estar atentos a las acciones que puedan emprender en estos días los otros dos candidatos y quienes los apoyan, mediante ofrecimientos, es decir, proyectos de cooperación, dijo el académico, en implícita referencia a Estados Unidos.
Informes periodísticos desde Washington, no desmentidos por las autoridades estadounidenses, señalaron que a fines de marzo la secretaria de Estado (canciller), Condoleezza Rice, llamó telefónicamente a 14 cancilleres latinoamericanos para pedirles el respaldo a Flores.
El diario La Tercera, de Santiago, publicó el martes que en el gobierno chileno se consideró preocupante la postergación de la asamblea de la OEA, porque ello daría tiempo a intentos del gobierno de Bush de revertir algunos votos de la Caricom, pese a que Washington aseguró a fines de enero a Insulza que no intervendría en contra de su postulación.
En apoyo a esa tesis, el diario recordó que desde el 10 de marzo se tramita en la Cámara de Representantes de Estados Unidos, con el apoyo decidido del Poder Ejecutivo, un proyecto para ampliar la asistencia técnica y comercial a la Caricom mediante un programa de capacitación con desembolsos del orden de los 20 millones de dólares, administrado por la OEA.
Los hombres clave en esta iniciativa son el embajador estadounidense ante el foro hemisférico, John Maisto, y el secretario de Estado Adjunto para el Hemisferio Occidental, Roger Noriega, el mismo que se reunió con el candidato chileno en Washington el 31 de enero, cuando éste viajó a formalizar su postulación en la sede de la OEA.
En esa oportunidad, Noriega le puntualizó a Insulza que el gobierno de Bush votaría en una primer lugar por Flores y que, si el salvadoreño no pasaba a una eventual segunda vuelta, lo haría por Derbez, pero que, al mismo tiempo, no haría anticampaña contra el chileno.
Los factores que van en contra del favoritismo de Insulza provienen también de la propia América del Sur y, en particular, de sus vecinos Bolivia y Perú, como secuela de las complejas relaciones con ambos países desde la Guerra del Pacífico, librada entre 1879 y 1883.
Bolivia oficializó su respaldo a Derbez y su canciller, Juan Ignacio Siles, viajó el martes a Caracas para expresar a su par venezolano, Alí Rodríguez, la extrañeza de La Paz por la adhesión del gobierno de Hugo Chávez al candidato chileno a secretario de la OEA.
Siles argumentó que esa actitud es inconsistente con el respaldo de Chávez a la reivindicación de Bolivia de un acceso soberano al océano Pacífico, tras la pérdida de sus territorios costeros a favor de Chile en la guerra. Un conflicto, recordó Siles, que Chile se niega a tratar en la OEA con el argumento de que se trata de un litigio bilateral.
Rodríguez, sin embargo, ratificó el respaldo a la candidatura chilena, señalando que el gobierno venezolano no condiciona sus apoyos.
En tanto, Insulza apuntaba desde Santiago que el secretario general de la OEA debe ser imparcial y a atenerse a lo que resuelva el Consejo de la organización en casos como el conflicto chileno-boliviano, independientemente de su postura personal o de Santiago al respecto.
Siles viajó igualmente esta semana a Lima para reunirse con el canciller Manuel Rodríguez Cuadros y pedirle el apoyo a la candidatura de Derbez.
El gobierno peruano de Alejandro Toledo no ha resuelto su voto, pero es un hecho que no apoyará a Insulza, sobre todo tras el enfrentamiento suscitado en marzo con denuncias de ventas de armas de Chile a Ecuador durante la llamada Guerra de Cordillera del Cóndor, que ese país sostuvo a comienzos de 1995 con Perú por disputas limítrofes.
La acusación, originada por declaraciones del coronel retirado ecuatoriano Víctor Bayas, quien luego se retractó, enlodó de alguna manera la imagen de Chile ante los demás países de la región, pese a que el tema fue aclarado inmediatamente, comentó Sánchez a IPS.
Para el 21 de este mes está prevista una reunión de los cancilleres y ministros de Defensa de Chile y Perú, en la que los peruanos insistirán en que el gobierno de Ricardo Lagos investigue y esclarezca definitivamente esta situación.
En fuentes de la cancillería chilena se sostuvo que Perú dio un relieve exagerado a las inciertas declaraciones del coronel Bayas con el aparente propósito de perjudicar la candidatura de Insulza.
Así, el voto 18 que necesita el candidato chileno obliga a mirar hacia Paraguay y Panamá, principalmente a este último país, ya que Asunción aspira a que su canciller, Leila Rachid, sustituya en la secretaría general adjunta de la OEA al estadounidense Luigi Einaudi, cuestión imposible si el secretario general es un sudamericano.
Por su parte, desde Panamá no se han emitido señales sobre el candidato que podría respaldar el gobierno socialdemócrata de Martín Torrijos. (