Los líderes comunistas chinos lanzaron una ofensiva de seducción hacia partidos opositores de Taiwan -incluido su antiguo archirrival Kuomintang- partidarios de la reunificación con China continental.
Las invitaciones a dos líderes de la oposición taiwanesa a dialogar en Beijing forma parte de una campaña diplomática más amplia de China para mejorar su deteriorada imagen internacional tras la aprobación en marzo de una polémica ley antisecesión que amenaza con la fuerza militar a Taiwan, a la que considera una provincia rebelde.
Lien Chan, presidente del Kuomintang (Partido Nacionalista), el mayor partido opositor de Taiwan, llegó a China este martes. Es la primera vez que un líder de ese partido pone pie en China continental desde que ésta y Taiwan se separaron, tras la guerra civil de 1949.
James Soong Chu-yu, líder de otro partido opositor taiwanés, el People First Party (PFP), también viajará a Beijing en mayo.
Ambos líderes opositores taiwaneses tenían previsto reunirse con el presidente Hu Jintao, que también es el máximo líder del Partido Comunista Chino. La coalición del Kuomintang y el PFP es mayoría en el parlamento taiwanés.
Taiwan se separó políticamente de Beijing tras la victoria en 1949 de las fuerzas comunistas en China continental y la huida de los líderes del Kuomintang hacia la isla, donde establecieron un gobierno rival.
Taipei afirma que 20 años de reformas democráticas transformaron a la isla de forma radical y crearon una nueva identidad en su población, mientras China insiste en que Taiwan es una provincia renegada que le pertenece, y amenaza con usar la fuerza si la isla se declara independiente o se niega a reunificarse.
En las semanas posteriores a la aprobación unánime de la ley antisecesión, en marzo, China pagó un precio por su belicosidad: se rompió el consenso de la Unión Europea (UE) para levantarle el embargo militar que el bloque le impuso en 1989, tras la masacre de manifestantes por la democracia en la plaza de Tiananmén. La decisión quedó en suspenso hasta el año próximo.
Además, en represalia, el presidente proindependentista taiwanés Chen Shui-bian suspendió las negociaciones recién comenzadas con Beijing para mejorar los vínculos aéreos y comerciales a través del estrecho de Taiwan.
La comunidad internacional expresó preocupación porque la nueva ley china otorgó a los militares un cheque en blanco para atacar a la isla de Taiwan si se declara independiente.
El Departamento de Estado de Estados Unidos criticó la ley y advirtió que ésta podría intensificar la tensión a través del estrecho de Taiwan y transformarse en una amenaza a la seguridad de Asia oriental.
La reacción internacional hizo que Beijing lanzara una campaña de propaganda para presentar la nueva ley como una medida de control necesaria para las fuerzas independentistas de Taiwan, y no como una autorización para una guerra.
Ha habido un cambio estratégico del 'cronograma para la reunificación' a la 'oposición al secesionismo como prioridad', escribió Huang Jiashu, profesor de estudios taiwaneses de la Universidad Renmin, de Beijing, en el diario oficial China Daily.
Beijing también adoptó una actitud más conciliatoria al invitar a líderes opositores de Taiwan a visitar China continental, en lo que llamó viajes de paz.
El gobierno chino espera que esas visitas de líderes taiwaneses partidarios de la reunificación ayuden a aislar al gobernante Partido Progresista Democrático de Chen.
Aunque el Kuomintang es un partido opositor, la visita de su presidente tiene una enorme importancia, porque representa el primer diálogo frente a frente del Partido Comunista Chino y el Partido Nacionalista en más de 50 años, comentó Xu Bodong, investigador de la Universidad Lianhe, de Beijing.
Dado que no existen contactos oficiales entre Beijing y Taipei, esta visita marca también un nuevo tipo de diálogo político a través del estrecho, agregó. (