Cada vez son más los líderes políticos y personalidades públicas que vislumbran una nueva era de cooperación entre África, el Caribe y Brasil. Uno de ellos es Ralph Gonzalves, primer ministro de San Vicente y Granadinas,
Gonzalves aspira a un gran aumento de los viajes y el comercio entre estas regiones, así como de la cooperación cultural, deportiva, educativa y sanitaria.
La concreción de esos objetivos, según este gobernante caribeño, podría comenzar con el establecimiento de una comisión permanente entre África, el Caribe y Brasil. El momento es ahora, dijo. Tenemos nuevos líderes en África, y los del Caribe son muy receptivos a estas ideas.
También, agregó, cuenta la presencia del centroizquierdista Luiz Inácio Lula da Silva al frente de la presidencia de Brasil, donde está radicada la mayor comunidad negra fuera de África.
Las circunstancias internacionales son tales que necesitamos el espacio, como respuesta de personas que han sido marginadas del sistema, consideró Gonzalves.
Para el poeta jamaiquino y músico de reggae Mutabaruka la respuesta a la pregunta de si el panafricanismo mantiene validez en la actualidad resulta obvia.
La mayoría de la población jamaiquina es de origen africano, y nunca pudimos forjar el vínculo entre el Caribe y la madre patria, dijo Mutabaruka a IPS. Debemos decidirnos a desarrollar una relación Sur-Sur, porque siempre hemos estado mirando hacia el norte.
En su acepción más usual, el panafricanismo es un movimiento por la unidad de la propia África. Pero en un sentido más amplio apela al despertar de la conciencia colectiva de todos los pueblos y comunidades de origen africano.
Muchos panafricanistas recogen las enseñanzas del jamaiquino Marcus Garvey, quien promovía a comienzos del siglo XX un estrechamiento de vínculos entre las comunidades negras de América y el Caribe con África.
Su mensaje de aliento al orgullo negro en un momento histórico de sometimiento e iniquidad logró la adhesión de miles.
Marcus Garvey, el padre del panafricanismo, siempre intentó forjar el vínculo. Por eso fundó la línea naviera Black Star que conducía a negros americanos a África, recordó Mutabaruka. Pero los políticos no ven la necesidad de hacer tratos con África porque creen que no está desarrollada.
Los rastafaris siempre hemos dicho que es necesario mirar en dirección a África, enfatizó el músico y poeta.
En los últimos años, hubo un renacimiento de la atención puesta por el mundo sobre el continente africano.
La prensa internacional, por ejemplo, cubrió ampliamente este mes las propuestas de la Comisión para África, creada por el primer ministro británico Tony Blair y dedicada a mejorar la calidad de vida de la población de la región.
Pero, en una escala mucho menor, se toman otros pasos para fortalecer el vínculo entre el continente y su diáspora. Los pequeños países del Caribe se muestran ahora muy dispuestos a reanimar la relación histórica y cultural y a traducirla en cooperación, en esta era histórica de alianzas comerciales y desafíos crecientes para el Sur en desarrollo.
La idea predominante es profundizar y fortalecer las áreas de colaboración existentes, como las establecidas en el grupo de ex colonias de África, el Caribe y el Pacífico (ACP) que negocian preferencias comerciales con sus antiguas metrópolis de la Unión Europea.
Una conferencia reciente realizada en conjunto por la Unión Africana (que reúne a los 53 países del continente) y la Comunidad del Caribe (Caricom, con 15 miembros plenos y otros cinco asociados) recomendó que ambos bloques se concedieran recíprocamente el estatuto de observadores.
También propusieron que una comisión africano-caribeña se encargara de centralizar los pasos hacia el fortalecimiento del vínculo.
Pero resulta vital considerar las cuestiones comunes con un sentido práctico, sostuvo el ministro de Arte y Cultura de Sudáfrica, Zweledinga Pallo Jordan.
Es muy fácil dejarnos dominar por el sentimentalismo y el voluntarismo. Pero los vínculos dependen de muchos factores prácticos, dijo Jordan a IPS.
No se establecen fácilmente vínculos aéreos y navieros a menos que haya algo que transportar. No queremos aviones vacíos entre el Caribe y África, explicó.
En la medida en que haya vínculos comerciales, empresariales, deportivos, culturales, de comunicaciones y turísticos entre África y el Caribe, el transporte aéreo y naviero crecerá orgánicamente, advirtió el funcionario.
Al mismo tiempo, las corrientes predominantes del comercio internacional, que han empobrecido a muchos países en desarrollo, aumentan la importancia de la cooperación Sur-Sur, agregó.
El deseo de una profundización del vínculo con África por parte de la diáspora implica una identificación que ha quedado demostrada con el paso de los años.
No hubo una sola nación o país con descendientes de africanos que no celebrara la investidura presidencial de Nelson Mandela en Sudáfrica, y eso fue porque existe una fuerte identificación, observó Jordan.
Pero no se trató sólo de identificación. También fue porque en la comunidad africana del otro lado del océano Atlántico todos participaron, en cierto modo o en otro, mucho o poco, en ese logro. Todos hicieron su aporte, y por eso lo sintieron como una victoria.