Cuba y la Unión Europea (UE) parecen haber puesto punto final a una crisis de casi dos años y sentado las bases para el inicio de un diálogo político sin condicionamientos ni excepciones, inclusive en la espinosa cuestión de los derechos humanos.
Sigue sobre la mesa el reclamo europeo de liberación de todos los disidentes presos en abril de 2003, condenados a muchos años de reclusión, pero el asunto dejó de obstaculizar un camino que las partes se muestran decididas a recorrer juntas.
La puerta está abierta, ahora tenemos que entrar cada uno en la casa del otro para entender las realidades recíprocas, dijo el sábado a la prensa el comisario para el Desarrollo y la Ayuda Humanitaria de la UE, Louis Michel, al término de una visita a Cuba.
Tras una reunión de más de cuatro horas con el presidente Fidel Castro, Michel afirmó que con el entendimiento y el respeto mutuo se podrá llegar rápidamente a la normalización de nuestras relaciones.
La confrontación no conduce a nada, afirmó el comisario.
El camino parece tener ahora dos sendas que no deben entrecruzarse. Por una transitan las relaciones de Bruselas con el gobierno de Castro, y por la otra se mantienen los contactos con la oposición política cubana que actúa en la ilegalidad.
De entrada, el comisario europeo aseguró que había pedido a la ministra cubana para la Inversión Extranjera y la Cooperación Económica, Marta Lomas, un diagnóstico urgente destinado a reactivar la asistencia oficial de la UE, interrumpida en 2003.
A largo plazo, reaparecía la incorporación de Cuba al Acuerdo de Cotonou que establece el marco de las relaciones económicas preferenciales entre Europa y casi 80 ex colonias europeas de las regiones de África, el Caribe y el Pacífico.
Michel es el primer funcionario europeo de alto rango que visita Cuba oficialmente desde que el bloque dispuso en junio de 2003 medidas de castigo a La Habana por los arrestos de disidentes en la primavera boreal de ese año.
Michel, ex canciller belga, estuvo acompañado del alemán Dino Sinigallia, embajador concurrente de la UE en Cuba con residencia en Santo Domingo, quien presentó sus cartas credenciales a La Habana el jueves 24.
La visita coincidió además con la presencia de una delegación del Grupo de Amistad y Solidaridad con el Pueblo de Cuba del Parlamento Europeo, encabezada por el eurodiputado Miguel Ángel Martínez, del Partido Socialista Obrero Español.
La que podría pasar a la historia como la semana de Europa en Cuba sucedió al viaje del canciller cubano Felipe Pérez Roque a Bruselas, capital de la UE, Estrasburgo, sede del Parlamento Europeo, y Luxemburgo, donde reside el presidente comunitario de turno.
Pérez Roque también estuvo en España, país que jugó un papel significativo en el acercamiento constructivo de la UE con La Habana.
El canciller cubano aseguró la semana pasada que su gobierno propuso a la UE un diálogo entre iguales, que puede incluir aspectos como la vigencia de los derechos humanos en territorio cubano, el sistema penitenciario, la legislación penal y la administración de justicia.
Tanto Michel como los delegados del Parlamento Europeo se reunieron libremente con representantes de la oposición interna y presentaron a las autoridades su reclamo de libertad para los presos políticos.
Un grupo de disidentes participó el lunes 21 en un encuentro con embajadores comunitarios acreditados en Cuba, durante el cual los representantes de diferentes corrientes otorgaron prioridad a la demanda de excarcelación.
El reinicio del diálogo entre la UE y Cuba no despertó una reacción homogénea en grupos opositores. Para algunos, la liberación de los presos políticos debería ser el punto de partida del diálogo y no al revés.
Ojalá que tengan éxito en el esfuerzo de lograr que el gobierno de Cuba acepte normas internacionales en materia de derechos civiles y políticos. Pero no puedo ocultar mi escepticismo, dijo a IPS el disidente Elizardo Sánchez.
Sánchez, presidente de la Comisión Nacional de Derechos Humanos y Reconciliación Nacional estimó probable la liberación de pequeños grupos de prisioneros por motivos de salud, pero descartó la posibilidad de liberaciones masivas.
Una declaración del presidente de la organización del exilio Cambio Cubano, Eloy Gutiérrez Menoyo, apoyó a la UE por la sensatez de sus posiciones sobre la cuestión cubana.
Gutiérrez Menoyo, ex comandante rebelde que regresó a Cuba del exilio en 2003 y hasta ahora no ha recibido permiso oficial de residencia, decidió no asistir a la reunión del 21 entre la oposición y los embajadores comunitarios.
He querido acentuar la necesidad de que la oposición se defina como independiente, aseguró Gutiérrez Menoyo y reiteró su rechazo a aquellos sectores que apoyan el embargo de Estados Unidos y otras medidas de presión contra el régimen cubano.
Confiamos en la inteligencia y las buenas intenciones de la Unión Europea y en la manera que obrarán sus instrumentos para evitar confusiones y pasiones, atenuar los ánimos y conseguir resultados positivos a corto, mediano y largo plazo, dijo.
Comentaristas cercanos al gobierno de Castro recordaron que lo que no se logra en Cuba con presiones políticas o sanciones económicas se puede lograr a través del diálogo, la cooperación y el respeto a la soberanía.
Ese podría ser el camino tomado por la UE. El comisario europeo aseguró que durante sus reuniones con funcionarios cubanos no transmitió condiciones, si no expectativas fuertes sobre las preocupaciones de la UE.
La UE no tiene la ambición de cambiar el régimen cubano, pero espera que evolucione en beneficio propio y de la población. Las sanciones no conducen a nada, y yo quisiera que mis discusiones lleven a algo, concluyó Michel.