ASIA ORIENTAL: Peligro, alta tensión

La promulgación en China de una ley que permite a Beijing usar la fuerza para hundir todo intento independentista de Taiwan fue la última carga de tensión en una región que parece estar a punto de explotar.

La Asamblea Nacional del Pueblo de China aprobó la norma en momentos en que un grupo de legisladores surcoreanos preparan un polémico viaje este jueves al deshabitado archipiélago de Takeshima, en disputa con Japón.

El lunes, Seúl fue escenario de dos manifestaciones populares en demanda de la soberanía de las islas, ubicadas en el mar de Japón. En las protestas se quemaron varias banderas japonesas y hubo choques con la policía.

El archipiélago fue ocupado en las primeras décadas del siglo XX por el otrora imperio japonés, que lanzó una campaña colonialista en Asia oriental cometiendo toda clase de crímenes contra la población civil.

Corea del Sur ha dicho que ubica la soberanía de las islas por encima de sus relaciones con Japón.

Mientras, el primer ministro de China, Wen Jiabao, advirtió a Tokio que no interfiera en la crisis con Taiwan y le pidió que se esfuerce por mejorar su conflictiva relación con Beijing.

”Existen obstáculos en esta relación, sobre todo en la esfera política. El problema fundamental es que Japón no ve la historia correctamente”, dijo Wen.

En Beijing hay aún recelos y resentimientos hacia Tokio por los crímenes cometidos por el imperio japonés.

Estos sentimientos se ven agravados por las constantes visitas del primer ministro japonés Junichiro Koizumi a un mausoleo que honra a los soldados caídos en esas invasiones colonialistas.

Analistas señalan que la tensión en Asia oriental es también consecuencia del crecimiento económico chino, que ahora supone una amenaza al predominio japonés en el continente.

”Japón es la segunda economía más rica del mundo y tiene una estrecha alianza con Estados Unidos. Por eso tenía la mayor influencia en Asia. Pero eso cambió en forma drástica con el crecimiento de China en la última década y con el leve acercamiento entre Corea del Sur y Corea del Norte”, dijo el analista político japonés Harumi Arima.

Observadores consideran que la ley promulgada el lunes en Beijing también es una respuesta a los últimos intentos de Japón de conformar una alianza regional de seguridad con Estados Unidos y Taiwan.

”Es muy obvio que, al enviar una advertencia a Taiwan, Beijing quiere mostrarle a Tokio y a Washington que no va a dejarse intimidar por potencias extranjeras”, dijo a IPS el politólogo Toshio Nagahisa, del independiente Instituto de Investigación PHP, con sede en Tokio.

El mes pasado, el ministro de Relaciones Exteriores japonés Nobutaka Machimura coincidió con la secretaria de Estado (canciller) de Estados Unidos, Condoleezza Rice, en considerar la seguridad en el estrecho de Taiwan un ”objetivo estratégico común”.

Tokio también criticó la decisión de China de incrementar 12,6 por ciento su presupuesto militar para este año.

Beijing aumentó sus flotas en el Pacífico en los últimos meses, e incluso envió un submarino nuclear cerca del sur de Japón.

Mientras, Tokio parece dejar atrás poco a poco el pacifismo que caracterizó su política de defensa en los últimos 60 años.

La Constitución japonesa, diseñada por la ocupación estadounidense tras la segunda guerra mundial (1939-1945), prohíbe a las Fuerzas de Autodefensa participar en conflictos internacionales.

Koizumi debió impulsar una ley en 2003 para permitir el envío de soldados a Iraq para colaborar con las fuerzas estadounidenses, aunque sólo en tareas de reconstrucción.

En diciembre, el gobierno de Koizumi fue duramente criticado por Beijing cuando le concedió una visa al ex presidente taiwanés Lee Teng-hui (1988-2000).

Las autoridades japonesas arguyeron que se trataba de un viaje privado, y por lo tanto no violaba el acuerdo por el cual Tokio se comprometió a no tener contactos oficiales con Taipei.

Las relaciones entre Tokio y Seúl también se vieron empañadas en las últimas semanas.

Los dos gobiernos se disponían a celebrar 40 años de estrechos vínculos diplomáticos, pero la nueva polémica por las islas de Takeshima arruinó el ambiente.

”Japón debe ofrecer sinceras disculpas por el pasado y, si es necesario, pagar una compensación. Sólo así podrá haber una reconciliación”, afirmó el presidente surcoreano Roh Moo-hyun al recordar, el 1 de este mes, 86 años del levantamiento popular contra la ocupación militar japonesa en la península coreana

Roh añadió que la disculpa de Japón por su pasado imperialista es necesaria, pues ”se trata de un asunto de ética y de confianza entre vecinos”.

Por ahora no se vislumbran posibilidades de un alivio de la tensión regional en el corto plazo.

El analista Toshiaki Shikata, de la japonesa Universidad de Teikyo, descartó una guerra en Asia oriental, pero alertó que la puja de poder se intensificará mientras la economía de China siga creciendo.

Ese gigante asiático necesitará más petróleo y otros recursos naturales de diferentes partes del mundo, lo que le obligará a salir de su aislamiento e incidir más en el orden mundial, explicó.

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