Organizaciones de derechos humanos y activistas por la libertad de expresión mostraron enfado ante la decisión de la Unión Europea (UE) de restaurar sus vínculos con Cuba, adoptada no sin disenso interno.
Los ministros de Relaciones Exteriores de la UE acordaron el lunes poner fin al congelamiento en las relaciones con el régimen de Fidel Castro, determinado en 2003 por la condena de 75 disidentes a penas de entre seis y 28 años de prisión.
Los cancilleres indicaron que las embajadas de los países del bloque en Cuba podrían reanudar los contactos diplomáticos con el gobierno, pero se comprometieron a no cejar en su presión por la apertura del régimen comunista.
La UE cedieron a demandas de Castro y emitieron un mensaje equívoco a los opositores que permanecen presos, según los que se oponen a la medida, resuelta luego de la liberación de 14 de los detenidos.
Luego de la condena a los disidentes, así como de la ejecución de tres cubanos que secuestraron una embarcación para huir a Estados Unidos, la UE prohibió la visita de altos funcionarios de los países del bloque a Cuba y la participación en acontecimientos culturales.
Además, las embajadas de las naciones europeos comenzaron a invitar a dirigentes opositores a Castro a sus recepciones. El gobernante cubano respondió con el congelamiento de la participación de sus representantes en esas instancias.
El gobierno de España, encabezado desde el año pasado por el socialista José Luis Rodríguez Zapatero, jugó un rol crucial en la revisión de la política de la UE hacia Cuba.
La decisión del lunes permitirá la reanudación de visitas de alto nivel, aunque tales viajes deberán tener el objetivo de alentar mejoras en la situación de los derechos humanos, en especial los de los disidentes, según la UE.
La declaración aprobada por los cancilleres de la UE indica que el bloque está dispuesto a reanudar un diálogo constructivo con las autoridades cubanas dirigido a resultados tangibles en la esfera política, económica, de derechos humanos y de cooperación.
Pero los ministros enfatizaron en que desarrollarán relaciones más intensas con la oposición política pacífica y con amplias capas de la sociedad civil cubana.
La UE exhorta a la urgente e incondicional liberación de los disidentes presos en Cuba, dijo el canciller de Luxemburgo, Jean Asselborn, cuyo país está a cargo de la presidencia rotativa del grupo de 25 países.
Destacamos la necesidad de apoyar un proceso tendiente al pluralismo democrático, al respeto de los derechos humanos y de las libertades básicas, sostuvo Asselborn.
A pesar de tales condiciones, los críticos del gobierno de Castro afirman que la reanudación del vínculo emite una señal equivocada.
Cuatro de los países miembros de la UE —Eslovaquia, Holanda, Polonia y República Checa— se opusieron con énfasis al levantamiento de las sanciones.
Estamos en nuestro territorio y podemos invitar a quien querramos, dijo, en referencia a la embajada checa, el canciller Cyiril Svoboda. Si disidentes asisten a la celebración de una festividad nacional polaca en la embajada, no los echaremos, dijo el secretario de Estado Jan Tuszczynski.
El subdirector del Comité para la Protección de Periodistas (CPJ) Joel Simon dijo a IPS que el diálogo entre la UE y Cuba será positivo mientras el bloque evite crear la percepción de que La Habana es recompensada por liberar un puñado de presos políticos mientras muchos permanecen en la cárcel.
La UE debería reconocer que, si bien la liberación de disidentes y periodistas independientes es una buena noticia, las condiciones no cambiaron realmente en Cuba, agregó Simon, cuya organización con sede en Nueva York promueve la libertad de prensa en todo el mundo.
Lo que me preocupa es que Cuba parece ver la libertad de los periodistas y otros disidentes como un elemento que puede emplearse para manipular la opinión pública internacional. La UE no debería acompañarle en este juego, sostuvo el activista.
Para la organización humanitaria Human Rights Watch (HRW), la normalización del vínculo debería depender del avance de los derechos humanos en Cuba, como la libertad de los opositores presos.
La reciente liberación de algunos disidentes es un paso bienvenido, pero no marca un cambio significativo en la política represiva del gobierno de Castro, dijo el director de HRW para América, José Miguel Vivanco.
El presidente Fidel Castro usa seres humanos como peones de un juego político dirigido a mejorar las relaciones con Europa, añadió Vivanco.
HRW exhortó a Cuba a establecer reformas legales destinadas a la protección de los derechos a la libertad de expresión y de asociación. El gobierno continúa restringiendo la libertad de expresión, asociación, reunión, movimiento y de prensa, advirtió la organización el lunes.
La UE revisará su decisión en julio, cuando evaluará si la situación de los derechos humanos en Cuba mejora.