El presidente de Argentina, Néstor Kirchner, destituyó este viernes por primera vez a un alto funcionario que él mismo había designado. Se trata del jefe de la Fuerza Aérea, de cuestionado papel en un escandaloso tráfico de cocaína a España.
El relevo de Carlos Rohde y el nombramiento de su sucesor, Eduardo Schiaffino, forzaron el pase a retiro de 17 altos oficiales de mayor antigüedad, en lo que fue la segunda gran purga de la Fuerza Aérea en menos de dos años.
La primera también la había dispuesto Kirchner al designar a Rohde, obligando al retiro de 12 oficiales de alto rango.
La poda fue resuelta en la medianoche del jueves, en el clímax del escándalo por el contrabando de 60 kilogramos de cocaína que llegaron en un vuelo de pasajeros al aeropuerto español de Barajas, provenientes de la terminal aérea de Ezeiza, vigilada por la Policía Aeronáutica Nacional, dependiente de la Fuerza Aérea.
Kirchner destituyó al aviador porque éste omitió informar a sus superiores del delito (cometido en septiembre e investigado por la justicia desde octubre). Ni el ministro de Defensa José Pampuro ni el propio mandatario supieron del incidente y sus ramificaciones hasta este mes.
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Kirchner tomó conocimiento del tráfico por información de servicios de inteligencia y por la Aduana, poco antes de que la investigación se hiciera pública, el domingo 13, en una noticia publicada por el diario La Nación, cuatro meses después del traslado irregular de cuatro maletas de mano cargadas de droga.
Rohde no sólo se abstuvo de reportar este grave episodio, por el cual están detenidos tres empleados de la aerolínea Southern Winds.
También mantuvo en su cargo al jefe aeronáutico de Ezeiza, comodoro Alberto Beltrame, responsable directo de la seguridad de la terminal aérea y padre de uno de los detenidos, Walter Beltrame, un influyente empleado de Southern Winds que estuvo prófugo durante dos meses hasta que se entregó el jueves por consejo de su abogado.
El comodoro Beltrame fue destituido apenas el viernes 12. Esta semana, el gobierno dispuso la intervención de la Policía Aeronáutica y desplazó del cargo a su jefe, reemplazado transitoriamente por un funcionario civil, el viceministro de Defensa Jaime Garreta.
Kirchner había causado un gran impacto al remover la cúpula de las Fuerzas Armadas dos días después de investido presidente, el 25 de mayo de 2003. Optó entonces por uniformados de su confianza, pasando a retiro de 20 oficiales del Ejército, 13 de la Marina y 12 de la aeronáutica.
Los nuevos comandantes no eran los más antiguos sino los que gozaban de conocimiento personal del jefe de Estado.
El jefe del Ejército, Roberto Bendini, había sido comandante de brigada en la austral Santa Cruz, provincia natal de Kirchner y en la que se desempeñó tres períodos consecutivos como gobernador, entre 1991 y 2003.
El jefe de la Armada, Jorge Godoy, había estado a cargo de la base naval de Ushuaia, en la austral provincia de Tierra del Fuego, vecina de Santa Cruz. Y Rohde tuvo como último destino la base aérea de Río Gallegos, capital de la provincia santacruceña.
Ahora persiste la tendencia a designar hombres de la región patagónica. Schiaffino fue hasta este viernes jefe de la Región Aérea Sur, y tenía bajo su control los aeropuertos de las provincias australes. Además, es un veterano de la fallida guerra por las islas Malvinas contra Gran Bretaña (1982).
La crisis casi se lleva también al ministro de Defensa Pampuro, quien respaldó el lunes ante la prensa a la cúpula de la fuerza, y luego vio, a lo largo de la semana, como iban cayendo sus jefes uno a uno, por decisión de Kirchner.
De hecho, el ministro supo por el mandatario del escándalo del narcotráfico en el aeropuerto. Kirchner se resiste, por ahora, a efectuar cambios en su gabinete, el mismo que nombró 21 meses atrás.