SEGURIDAD-ITALIA: Una firma por una pistola

Con la fuerza de 200.000 firmas, organizaciones de la sociedad civil esperan lograr la regulación del comercio de armas ligeras en Italia, segundo productor mundial detrás de Estados Unidos de este tipo de armamento también considerado de destrucción masiva.

”Existe una gran receptividad y apoyo en la población, aunque es temprano para hablar de cifras, señaló a IPS, Ricardo Troisi, uno de los coordinadores de la campaña de recolección de rúbricas en apoyo a la limitación de armas en manos civiles, iniciada hace una semana y que finalizará en julio de 2006.

El activista explicó que se ”recolectan firmas en todo el país, especialmente en los negocios de comercio justo y en las sedes de las más de 25 asociaciones que conforman la Red Italiana del Desarme”.

Troisi, integrante de Lilliput, una de las organizaciones italianas a favor del desarme, explicó que esta campaña tiene como objetivos defender la aplicación de la ley 185/90, que regula el comercio y la exportación de armas en el país pero que no se respeta, y presionar para que en 2006 se logre un tratado mundial en esta materia.

Sólo mediante un acuerdo internacional es posible prohibir la transferencia de armas, que son utilizadas para todo tipo de violación de los derechos humanos, y controlar las exportaciones a países donde pudieran tener un impacto negativo en el desarrollo sostenible, apuntó.

Mientras no se cristalice un convenio de este tenor, ”el mundo seguirá amenazado y sin ninguna seguridad, pues cada país debe hacer esfuerzos por lograr objetivos regionales de desarme”, enfatizó.

La proliferación incontrolada de las armas ligeras causa la muerte de 500.000 personas al año en el mundo, a razón de una víctima fatal por minuto.

La Red Italiana del Desarme se ha unido a otras redes del mundo que también realizan campañas similares para lograr objetivos locales y nacionales que conduzcan a un cambio de actitud de los gobiernos al respecto, indicó Troisi.

”Ese cambio de actitud es posible si se sensibiliza a la sociedad civil, se presiona a los gobiernos y se busca que las leyes sobre el comercio de las armas sean apoyadas por la opinión pública” enfatizó.

Una de las actividades últimas de la Red Italiana fue la presentación de la campaña denominada ”Sin armas se puede: desarmemos, una propuesta para un mundo sin guerras y sin armas”, que se realizara en el teatro Vittoria, de Roma.

Los activistas destacaron que a través de actividades como éstas ”se informa y sensibiliza a la ciudadanía sobre la situación del comercio de las armas, un aspecto en el cual Italia tiene una amplia participación al ser el segundo productor mundial de armas ligeras y el séptimo exportador y productor de armas pesadas” o de guerra.

Los mayores clientes de la industria italiana de armas son Grecia, Malasia y China, además de algunos países del Medio Oriente y del África septentrional.

Según Maurizio Simoncelli, autor del libro ”Armas ligeras, guerras pesadas”, el uso de armas de guerra en Italia está sujeto a la ley 185/90 que regula el comercio local y la exterior de armas, y prohíbe la venta a los países que estén en conflicto. Sin embargo, asegura que ”esta ley no se respeta”.

”Existe esta ley, pero Italia le vende armas a países en conflicto como India y Pakistán” comentó a modo de ejemplo.

La situación se agrava cuando se habla de las armas para uso civil, que ”se rige por la ley 110/75, la cual facilita que las armas ligeras fabricadas en Italia vayan por el mundo sin ningún control”, afirma el autor del libro. ”Algunos estudios confirman que en los años 90 gran parte de las armas ligeras italianas tuvieron como destino la ex Yugoslavia”, añadió.

Hoy en día, se estima que hay 639 millones de armas ligeras en uso en el mundo y que cada año se fabrican ocho millones más en 1.135 empresas instaladas en al menos 98 países.

Troisi entiende que ”hay que sensibilizar (a la población) sobre los efectos del comercio descontrolado de las armas ligeras, porque su uso indiscriminado, contribuye con la agudización de la pobreza y la violación de los derechos humanos”.

Además, algunos estudios han demostrado que hay más personas que mueren o resultan heridas por armas ligeras que por armas pesadas.

También que 60 por ciento de las armas ligeras están en manos de civiles. En el caso de Colombia, ese tipo de armamento liviano está presente en nueve de cada 10 masacres cometidas por los grupos armados contra civiles en el marco de guerra interna en ese país.

Una experiencia diversa es la de Brasil, que ocupaba en 2003 el cuarto lugar entre los países con mayor numero de homicidios según la Organización de las Naciones Unidas (ONU), con 40.000 casos fatales al año.

Pero en 2004, la puesta en marcha de la llamada Campaña Nacional de Desarme, apoyada en una ley que prohibía el porte de armas en público y castigaba su posesión ilegal, permitió que las autoridades recogieran más de 80.000 armas de manos civiles.

El activista de Lilliput aseguró que los países de África, Asia, América Latina y Medio Oriente gastan aproximadamente 22.000 millones de dólares al año en la adquisición de armas.

”Con esa cifra se podría reducir la mortalidad infantil y materna en esos países si destinaran a estos fines 12.000 millones de dólares al año, y también podrían eliminar el analfabetismo con una inversión de 10.000 millones anuales”, según Troisi.

Destacó que los máximos responsables en el control del comercio global deberían ser los países más poderosos del mundo, por ser también los mayores proveedores de armas.

”Los miembros permanentes del Consejo de Seguridad de la Organización de las Naciones Unidas ûEstados Unidos, Francia, Gran Bretaña, China y Rusiaû acumulan 88 por ciento de las exportaciones de armas (incluyendo las ligeras) que contribuyen a que se violen derechos humanos en el Sur, que, a su vez, es receptor de 62 por ciento de esas ventas mundiales”, apuntó.

Una solución al comercio y uso descontrolado de las armas sería la de reglamentar el comercio internacional, y este es el objetivo hacia el cual se encaminan los esfuerzos de los movimientos internacionales del desarme, que participan paralelamente en la campaña internacional ”Armas Bajo Control”.

Esta campaña mundial, iniciada en 2003 por Amnistía Internacional, Oxfam e IANSA en más de 60 países está orientada básicamente a promover en 2006 el llamado ”Tratado Internacional sobre el Comercio de Armas”.

Ese posible acuerdo tiene como antecedente el Código de Conducta sobre Transferencia de Armas, creado en 1995. ”Mientras se logra eso, cada país debe poner en marcha iniciativas a favor del control del comercio de las armas y del desarme de las poblaciones afectadas”, sostuvo Troisi. (

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