Familiares de soldados estadounidenses muertos en Iraq preparan una manifestación de protesta para el 19 de marzo, cuando se cumplirán dos años de la invasión de ese país encabezada por Washington.
El grupo, llamado Military Families Speak Out (Familias Militares Hablan Claro), se movilizará ese día en la ciudad Fayetteville, del oriental estado estadounidense de Carolina del Norte.
”Trabajaremos con nuestros aliados en el movimiento pacifista internacional para expresar con claridad que el mundo entero rechaza esta guerra, así como la ilegal e injusta ocupación de Iraq”, dijo a IPS un miembro de la delegación que el grupo de familiares envió a Amman.
Esa delegación, que regresó a Estados Unidos el martes, incluyó a integrantes de las familias de tres soldados estadounidenses muertos en Iraq, donde el total de bajas de Washington es hasta ahora 1.340.
Los visitantes realizaron una vigilia con velas encendidas en la víspera de Año Nuevo, frente a la sede de la Organización de las Naciones Unidas en la capital jordana, y el 1 de enero se trasladaron a la frontera con Iraq para realizar otra vigilia por la paz.
La intención declarada de la delegación fue enfatizar la ilegalidad de la ocupación de Iraq, y el sufrimiento que ha causado.
”Integrar esta delegación me permite expresar mi compasión y apoyo al pueblo iraquí”, afirmó Rosa Suárez, de la ciudad de Escondito, en el sudoccidental estado estadounidense de California, cuyo hijo Jesús murió en Iraq el 27 de marzo de 2003.
”La guerra de Iraq se llevó la vida de mi hijo, y la de muchos iraquíes inocentes. Es hora de detener la matanza y ayudar a los niños de Iraq”, dijo a IPS.
Rosa y su esposo, Fernando Suárez, trajeron consigo tres maletas llenas de medicamentos para donarlos a la infancia iraquí.
”Trataré de continuar esta campaña para aportar medicamentos a Iraq. La guerra no va a terminar hoy y los niños van a necesitar más ayuda”, dijo Fernando a IPS.
La delegación fue apoyada por las organizaciones humanitarias estadounidenses Global Exchange (Intercambio Global) y Code Pink (Código Rosa, de mujeres) y acompañada por integrantes de Familias por Mañanas Pacíficos, un grupo que reúne a personas que perdieron familiares debido a los ataques terroristas del 11 de septiembre de 2001 en Nueva York y Washington.
”Somos parte de la familia humana. Es hora de detener la matanza”, dijo Medea Benjamin, directora fundadora de Global Exchange y cofundadora de Code Pink.
La delegación que visitó Jordania también traía consigo 600.000 dólares para asistencia al pueblo iraquí, reunidos, al igual que los medicamentos, casi totalmente mediante Internet.
”En una encuesta realizada pocas semanas después de las elecciones estadounidenses (del 2 de noviembre, en las que resultó reelecto el presidente George W. Bush), la mayoría de los consultados expresaron su oposición a la ocupación de Iraq. Así que representamos a la mayoría de los estadounidenses”, arguyó Benjamin, entre medicamentos y juguetes donados a los niños iraquíes.
Una farmacéutica de Bagdad que se unió a la delegación dijo a IPS que ”la ocupación llegó para lastimar al pueblo iraquí, no para ayudarlo”, y que la inseguridad impide al Ministerio de Salud cumplir sus cometidos.
”Agradezco a todas las organizaciones internacionales que ayudan a los iraquíes, incluyendo a ésta de familias estadounidenses, que sufren tanto como nosotros. Queremos poner fin al derramamiento de sangre, sea estadounidense o iraquí”, añadió.
Una iraquí que dijo llamarse Rana dijo que había entregado sábanas, mantas y alimentos en la central ciudad de Faluya, bastión de la resistencia sunita contra la ocupación de Iraq, trabajando para Code Pink y con la ayuda de ”algunos buenos soldados estadounidenses”.