COMERCIO-CHINA: México busca munición para dar la batalla

México, campeón mundial en materia de acuerdos comerciales, no opuso mayor resistencia a los golpes que en los últimos años le propinó la poderosa China, país al que apenas empieza a estudiar con ánimos de enfrentarlo.

Tras ser desplazado del segundo puesto entre los exportadores a Estados Unidos, perder miles de empleos y verse inundado de productos asiáticos, se suceden en México seminarios y cursos, incluso de postgrado, para conocer mejor al agresivo competidor y darle batalla.

Hace menos de cuatro años, la oferta de estudios comerciales para académicos y empresarios apuntaba casi exclusivamente a Estados Unidos, país en que México concentra más de 90 por ciento de su intercambio.

"Hay nuevos esfuerzos, sobre todo de la academia, para tratar de entender a China, pero aún persiste a nivel general —gobierno, políticos y empresarios— cierta improvisación y una visión de muy corto plazo" al respecto, dijo a IPS Romer Cornejo, investigador del centro de Estudios de Asia de El Colegio de México.

Cornejo, profesor del Programa Ejecutivo Oportunidades en China, un curso ofrecido por varias instituciones académicas, sostuvo que México apenas está "dando pequeños pasos en la dirección de dar la cara al reto chino".

Ese curso y otros similares dictados en instituciones académicas y en ministerios están diseñados para entender la organización política, comercial y económica de China e identificar los puntos fuertes y débiles de ese país en el mercado internacional, así como las oportunidades que puedan explotarse.

Los gobiernos de México y China realizaron en Beijing en agosto una ronda de negociaciones que culminó con acuerdos para combatir el contrabando y promover el turismo, pero no avanzaron mucho en materia comercial, pues compiten en rubros similares.

Otros países de América Latina, como Argentina, Brasil, Chile y Venezuela, han sacado tajada del apetitoso mercado chino al abastecerle de productos básicos como hierro, soja y cobre.

En cambio, México ha sido duramente golpeado por la competencia china, especialmente en los productos manufacturados que ambos países ofrecen.

Entre 2000 y 2004, mientras los exportadores mexicanos planeaban cómo vender más al vecino Estados Unidos, 33,8 por ciento de las fábricas instaladas en maquilas (zonas francas de procesamiento de exportaciones) de México se trasladaron a China, lo se tradujo en la pérdida de 18,9 por ciento de los empleos en ese sector industrial.

En la rama textil, México perdió 150.000 empleos y en la juguetera, unos 15.000. Los empresarios de ambos sectores afirman que 60 por ciento de los productos chinos llegan a México de contrabando y a precios imposibles de igualar.

El país asiático desplazó a México en 2002 del segundo lugar entre los exportadores a Estados Unidos, posición que había ocupado en parte gracias al Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN o NAFTA, por sus siglas en inglés), vigente desde 1994 y al que también pertenece Canadá. Las exportaciones de México a Estados Unidos sumaron 143.230 millones de dólares entre enero y noviembre de 2004, 25 por ciento menos que lo vendido en el mismo periodo por China, que ni está cerca del vecino del norte ni tiene con ese país un acuerdo de libre comercio.

La inversión extranjera radicada en China aumentó 83 por ciento en los últimos 10 años, mientras la México creció 45 por ciento, según indican Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo (Unctad).

La competencia también se refleja en las importaciones. México compra mercaderías a China por cerca de 10.000 millones de dólares anuales y sólo le vende 720 millones.

China es el país con el que México tiene el mayor déficit comercial, que se expresa también en una relación entre exportaciones e importaciones de alrededor de uno a 15.

México recibió todos estos golpes a pesar de ser el campeón mundial en materia de acuerdos de libre comercio. Tiene 12 vigentes, con países de gran peso económico como Estados Unidos, Japón y todos los de la Unión Europea, además de varios latinoamericanos como Chile, Colombia, Venezuela y Bolivia.

Pero esa apertura, que se expresa en un arancel promedio de 3,7, el más bajo entre los países en desarrollo, no evitó que China devore a México en los mercados internacionales.

"En la academia identificamos el reto chino desde fines de los años 70, pero no se nos hizo mucho caso. Ahora estamos como país tratando de enfrentarlo, pero de una manera reactiva y no 'proactiva', como debe ser", dijo Cornejo.

Observadores de todos los ámbitos formulan día tras día reclamos al gobierno y a los políticos locales por su falta de planes de largo plazo para responder a la presencia de China en los mercados.

El gobierno de Vicente Fox afirma que ha asumido esa tarea, y cuando se le inquiere sobre el avance comercial y económico de China, señala que México no se siente menos que el gigante asiático.

"China, que hoy se presenta como la panacea, apenas está llegando a los 1.000 dólares de ingreso per capita (por habitante) cuando México tiene uno de 6.250 dólares", declaró Fox a inicios de mes.

Enrique Dussel, investigador del Universidad Nacional Autónoma de México, afirma que "la dinámica exportadora china con seguridad seguirá afectando crecientemente a México, que hasta el momento no ha sabido integrarse a las masivas importaciones del país asiático particularmente bajo los rubros de agricultura, agroindustria, alimentos, bebidas y materias primas".

China, con su crecimiento económico anual de nueve por ciento promedio desde 1979, está hoy en la primera línea de la agenda comercial y política de muchos gobiernos latinoamericanos.

Pero México no define aún con claridad el camino a seguir y ha optado en muchos casos por responder a la competencia con políticas proteccionistas y con demandas al país asiático por comercio desleal.

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