El presidente Hugo Chávez buscó posicionar a Venezuela como eje de integración y desarrollo multipolar en cuatro meses de neta ofensiva externa, concluida con su visita a China para estrechar lazos de cooperación en materia energética, agrícola, ferroviaria, turística y en telecomunicaciones.
Hemos coronado el año con una serie de contactos internacionales que se habían diferido. Este fue un viaje extraordinario por sus dimensiones, por la época en que lo realizamos y por los resultados obtenidos, declaró el mandatario poco después de regresar a su país.
Esta visita de fin de año se tradujo en la firma de ocho convenios bilaterales y es el colofón de un recorrido fuera de fronteras que Chávez comenzó después de ratificar su mandato en el referendo convocado en agosto a instancias de la oposición. La gira fue pensada de cara a la nueva etapa de consolidación del proceso bolivariano, señalaron portavoces del gobierno.
Así, el gobierno de Venezuela firmó en los últimos cuatro meses acuerdos con Colombia, España, Libia, Rusia, Irán, Qatar, República Dominicana, Paraguay, Bolivia, Chile, Cuba y Brasil en las áreas de energía, agricultura y telecomunicaciones.
En esta tercera visita oficial a China, después de las realizadas en 1999 y 2001, Chávez fue acompañado por una comitiva de nueve ministros y empresarios de varias ramas.
A pesar de que han llegado en la estación más fría, nuestros corazones están calientes como el fuego para darles la bienvenida, dijo al recibirlos el mandatario chino, Hu Jintao.
En el Palacio del Pueblo, sede del parlamento chino, los gobernantes de ambos países pactaron la explotación de un campo de 15 pozos petrolíferos en el oriente venezolano con la participación de la estatal Corporación Nacional de Petróleo de China (CNPC). Esa iniciativa representará una inversión cercana a los 350 millones de dólares.
Traemos una gran oferta energética, porque China se ha convertido en el segundo importador de energía en el planeta y ha tenido un crecimiento económico sorprendente en los últimos años. Además, representa un mercado gigantesco de 1.300 millones de habitantes, precisó Chávez.
El mandatario venezolano defendió también la venta de orimulsión sustituto del carbón en las plantas de generación eléctrica— al país asiático, a pesar de que en junio el ministro de Energía, Rafael Ramírez, recomendó suspender la producción de ese combustible por ser un mal negocio para el país.
Los acuerdos suscritos este mes con el gigante asiático contemplan la construcción en Venezuela de un módulo que producirá seis millones de toneladas por año de orimulsión, un producto desarrollado por técnicos de este país a fines de los años 80 y probado con éxito en docenas de usinas termoeléctricas de América, Europa y Asia.
La orimulsión combina dos partes de crudo extrapesado, de menos de 10 grados API (American Petroleum Institute), es decir casi un carbón, y una parte de agua, más aditivos surfactantes para permitir el transporte de la mezcla.
En 2001, Chávez había negociado con el entonces presidente chino Jiang Zemin la producción de 5,6 millones de toneladas anuales de ese combustible para el abastecimiento de centrales eléctricas y acerías.
Queremos abonar el desarrollo en ese país. Sabemos que tuvieron apagones en sus plantas termoeléctricas este verano, en una de las crisis energéticas más fuertes de los últimos años, señaló el líder venezolano en una de las reuniones de negocios en China.
A su vez, el gigante asiático participará en proyectos de explotación de gas natural en la Plataforma Deltana, en el extremo oriente de Venezuela, bajo aguas del océano Atlántico al este del delta del Orinoco, iniciativa que analistas califican de paradójica.
Es contradictorio que, por un lado Chávez firme acuerdos energéticos con esa nación para desvincularse de América del Norte y que, por el otro, siga pactando con empresas de Estados Unidos, como Chevron Texaco (este año) para explotar pozos en la Plataforma Deltana, dijo a IPS el politólogo José Vicente Carrasquero.
El experto considera que hay un interés creciente del gobierno venezolano en internacionalizar los asuntos energéticos, pero los países de América Latina en general aún son vírgenes en muchos ámbitos susceptibles de ser aprovechados, indicó.
Otros de los convenios firmados entre los dos países contemplan el desarrollo de una granja modelo de nivel nacional, la construcción de una red ferroviaria y la compra de un satélite y equipos técnicos para crear una industria de radio y televisión en la nación sudamericana.
Asimismo, Venezuela fue reconocida como destino turístico de China para recibir entre 90 y 100 millones de visitantes al año.
Durante la reunión entre Hu y Chávez, este último hizo énfasis en la necesidad de quebrar el unilateralismo y crear un bloque pluripolar que sirva de contrapeso al poder de Washington.
Desde que Chávez asumió el gobierno ha buscado la forma de romper con la interdependencia hacia Estados Unidos, donde lo económico está supeditado a lo político, comentó a IPS el analista Alberto Garrido.
A su parecer, China es un país clave para el intercambio, pues a futuro pasará a ser una especie de adversario de Estados Unidos por el poder mundial.
Sin embargo, Caracas no dejará de negociar con Estados Unidos, que absorbe 60 por ciento de la producción petrolera venezolana calculada hoy en 2,6 millones de barriles diarios. Les seguiremos vendiendo, pero no sólo a ellos, advirtió el mandatario.
Por eso su gobierno ha planteado alianzas estratégicas, ofreciendo a China una propuesta irresistible, que es el petróleo. Para ese país asiático, esto también forma parte de un juego político, agregó Garrido.
Para 2005, el intercambio comercial con China alcanzará los 3.000 millones de dólares, vaticinó Chávez, tras recordar que en 2003 fue sólo de 150 millones y este año ya había aumentado hasta alcanzar a 1.050 millones de dólares.
A su juicio, Venezuela se ha convertido en el primer destino de las inversiones chinas en el continente americano y por ello invitó a los empresarios locales a sumarse a los acuerdos comerciales con la nación asiática. (