La familia cubana despide 2004 angustiada por un presupuesto insuficiente para cubrir sus necesidades y con la esperanza de que los datos oficiales sobre crecimiento económico se traduzcan en una mejor vida cotidiana.
Los miembros del gobierno de Fidel Castro alzarán sus copas este viernes 31 a la medianoche por el éxito de una alianza más estrecha con la administración venezolana de Hugo Chávez y una mayor cooperación con China, sellada esta última en noviembre en el marco de la visita del presidente de ese país, Hu Jintao.
Castro, ya repuesto de la caída sufrida en octubre, aseguró con Chávez y Hu convenios económicos de largo alcance y que impulsarán el desarrollo de industrias estratégicas, como la del níquel y la petrolera, entre otras.
Analistas entienden que la envergadura de tales acuerdos y la incondicionalidad de Caracas y Beijing hacia La Habana hacen menos importante para la diplomacia cubana su relación con la Unión Europea (UE), un socio económico con demasiadas exigencias políticas.
Con ese menú de opciones y su sistema defensivo recién engrasado en las mayores maniobras militares de los últimos 20 años, realizadas del 13 al 19 de este mes, el gobierno de Castro deberá sortear a partir de enero un segundo mandato de cuatro años de George W. Bush en Estados Unidos.
Rogelio Valdés, de 65 años y jubilado del sector estatal de comunicaciones, vio por televisión los simulacros de defensa militar y confiesa que ya no cree mucho en una posible agresión externa a la isla desde Estados Unidos. Pero bueno, también perdí la costumbre de celebrar la Navidad, acota con cierta resignación.
El año nuevo lo espera siempre en compañía de sus hijos. Si no es por ellos, me quedo sin festejos. A mí no me alcanza la plata para una cena especial de celebración, afirma.
Su queja es la de muchos. La pensión de retiro de unos 150 pesos (igual cantidad en dólares al cambio oficial que establece paridad uno por uno), lo mismo que un salario medio de alrededor de 260 pesos, resultan insuficientes para comprar los alimentos, los artículos de aseo, la ropa y el calzado que necesitan él y su esposa, ama de casa de 59 años.
Todo está muy caro, comenta Valdés, quien añade que sus tarifas de teléfono, gas y energía eléctrica no son muy altas, pero suman a fin de mes. El hombre reconoce la gratuidad de servicios como los de salud, aunque insiste en calificar de pobre su nivel de vida.
Algunas estadísticas le dan la razón. La insuficiencia de los ingresos y la alimentación figuran entre los mayores problemas que afectan la vida cotidiana en Cuba, según un estudio realizado en 2003 en Ciudad de La Habana por el Instituto Nacional de Investigaciones Económicas.
En su informe de fin de año al parlamento, el ministro de Economía, José Luis Rodríguez, dijo que el consumo de nutrientes en 2004 fue de unas 3.305 kilocalorías y 85,5 gramos de proteínas diarias.
Según Rodríguez, ese indicador se encuentra por encima de las normas mínimas necesarias validadas por expertos de la FAO (Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación).
El ministro dijo, además, que aumentó el gasto social a través de las escuelas y ayudas a sectores más vulnerables, y situó el ingreso medio que incluye el salario y los sistemas de estimulación (primas) en 354 pesos, sin considerar las gratuidades que reciben los trabajadores.
Por segundo año consecutivo, el gobierno utilizó una metodología que toma en cuenta los servicios sociales de salud, educación y otros que se ofrecen gratuitos a los más de 11,2 millones de cubanos, para calcular el crecimiento de la economía.
De acuerdo con ese estimado, el Producto Interno Bruto (PIB) aumentó cinco por ciento este año, dos puntos más que los previstos por la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal), pese a la serie de adversidades que sufrió esta isla caribeña de sistema socialista.
A los desastres naturales, como los ciclones Charley, en agosto, e Iván, en septiembre, y la extensa sequía calificada como la peor en muchas décadas, se sumaron el refuerzo del embargo estadounidense con más de cuatro décadas de existencia y fuertes alzas de los precios del petróleo en el mercado internacional.
Economistas prevén que las restricciones a los viajes hacia Cuba y al envío de remesas, ordenadas en mayo pasado por Bush, continuarán pesando en 2005 tanto en la economía familiar como en la del país.
Es notorio que por esa vía está entrando menos dinero, además de que las alzas decretadas en los precios en las tiendas de recuperación de divisas (TRD), en respuesta a las medidas de Bush, contrajeron las ventas en ese sector, comentó a IPS un economista que prefirió no identificarse.
A todo esto y pese a pronósticos en contra, Cuba logró cumplir este año la buscada meta de recibir dos millones de turistas. El desafío ahora es mantener esa cifra con menos viajeros desde Estados Unidos y un mercado como el canadiense y europeo que ya pudieran estar tocando techo, señaló la fuente.
En materia petrolera, el hallazgo de un nuevo yacimiento en la costa norte de la isla y a sólo unos 55 kilómetros de La Habana inyectó optimismo en un sector que aún depende en volúmenes importantes de las importaciones.
En ese sentido, el gobierno de Castro observa con preocupación el récord de los 56 dólares por barril de petróleo alcanzado en octubre y el pronóstico de expertos de que el promedio en 2005 será de más de 40 dólares.
Para Cuba, este incremento en los precios plantea importantes desafíos, ya que se calcula que el aumento de un dólar por barril puede incrementar la factura petrolera en casi 45 millones de dólares en sólo un año, explicó Rodríguez.
Este año, la producción doméstica de crudo fue de 3,9 millones de toneladas de petróleo equivalente (con gas asociado), 4,3 por ciento menos que en 2003.
El crudo encontrado tiene una densidad de 18 grados API (American Petroleum Institute) y menos de cinco por ciento de contenido de azufre, lo que permitirá ser refinado, en mezcla con crudos ligeros, en una proporción de alrededor de 20 por ciento.
El nuevo yacimiento, con reservas posibles de extraer de unos 14 millones de toneladas, es producto de operaciones realizadas por la firma canadiense Sherritt, concesionaria para la exploración en cuatro campos de la costa norte: Santa Cruz, Tarará, Guanabo y Jibacoa Este.
El Santa Cruz entrará en explotación entre 2006 y 2007, luego de nuevas exploraciones previstas para 2005, cuando Sherritt iniciará la perforación de sendos pozos en los prospectos Tarará y Guanabo.
Cuba concentra su producción de petróleo en un área de 200 kilómetros de largo y entre 10 y 20 kilómetros de ancho en la costa norte de las provincias de La Habana y la occidental Matanzas.
Informes oficiales señalan que las reservas probadas en esa área, donde operan con contratos de exploración a riesgo compañías de España, Canadá, Francia y Suecia, entre otros países, superan los 100 millones de toneladas.
Pero ese petróleo clasifica entre los pesados y de alto contenido de azufre y su uso en la generación de energía eléctrica obligó a realizar grandes inversiones en las usinas termoeléctricas.
En su afán de lograr independencia energética, La Habana abrió hace unos años licitación para exploraciones petroleras a riesgo en 59 bloques en que dividió su zona de exclusión económica del golfo de México.
La empresa española Repsol, la primera en aceptar el desafío, tiene previsto reanudar su búsqueda en 2006, luego de un primer intento que concluyó en julio pasado tras informar que el petróleo encontrado era de alta calidad, pero no viable comercialmente.
Mientras, un convenio de cooperación con Venezuela, ampliado en la visita de los días 13 y 14 de Chávez a La Habana, continuará asegurando el suministro diario de 53.000 barriles de crudo y derivados, alrededor de un tercio de las necesidades de la isla. Allí se fijó un precio mínimo de 27 dólares por barril como garantía.
Asimismo, se abrió la posibilidad de una empresa tripartita entre los dos países más China, para la producción de acero inoxidable en Venezuela y la adquisición por ese país sudamericano de una parte de la refinería de Cienfuegos, ubicada a 232 kilómetros de la capital cubana.
Esa central quedó inconclusa a raíz de la desaparición de la Unión Soviética, el principal socio comercial y económico de Cuba hasta fines de los años 80.
Para el níquel, el gobierno reservó acuerdos con China que permitirán aumentar la producción de ese estratégico mineral, en tanto el país asiático asegurará una materia primera básica para su industria de acero.
Cuba, uno de los principales productores de níquel del mundo, prevé para 2005 una producción de unas 77.000 toneladas y confía en que se mantendrán los precios favorables que por estos días son de 14.000 dólares por tonelada.