La ONU revirtió su posición de negarse a enviar funcionarios adicionales a Iraq y decidió desplegar más personal internacional en ese país asolado por la violencia para organizar las elecciones del 30 de enero.
El actual techo de 59 (funcionarios internacionales) no es suficiente para lo que queremos hacer, dijo a la prensa Fred Eckhard, portavoz del secretario general Kofi Annan.
Agregó que el tope se había elevado a cerca de 200 a fin de dar lugar al inminente emplazamiento de hasta 150 efectivos de Fiji para custodiar personal e instalaciones de la ONU.
El límite de 59 había sido fijado por el coordinador de seguridad de la ONU en el contexto del deterioro de la seguridad en Iraq, donde han muerto unos 100.000 civiles iraquíes y más de 1.200 soldados de la coalición encabezada por Estados Unidos que invadió ese país en marzo de 2003.
La ONU retiró casi todo su personal internacional de Iraq después del atentado con bomba contra su sede en Bagdad el 19 de agosto de 2003, que causó la muerte a 22 funcionarios, entre ellos el enviado especial de Annan a Iraq, el subsecretario general Sérgio Vieira de Mello.
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Posteriormente y bajo presión de Washington y las autoridades iraquíes, la ONU envió algunos funcionarios internacionales más a Iraq. El tope era de 59 a comienzos de esta semana, cuando el embajador de la ONU en Iraq, Samir Shakir Sumaidaie, planteó al Consejo de Seguridad que se necesitaba más ayuda.
El sindicato de funcionarios de la organización mundial declaró que no fue consultado sobre la nueva decisión de enviar más personal a Iraq.
No fuimos consultados. Nos atenemos a la carta que le enviamos al secretario general el mes pasado, dijo a IPS un portavoz del sindicato que solicitó reserva.
En esa carta, el sindicato y la Federación de Funcionarios Públicos Internacionales apelaron al buen juicio del secretario general para que no envíe más funcionarios a Iraq, y haga regresar a los que ya están desplegados lo antes posible.
Comprendemos las extremas presiones políticas que usted enfrenta y que el pueblo de Iraq merece el apoyo y la asistencia de la comunidad internacional, pero no podemos aprobar el despliegue de personal de la ONU debido al riesgo de seguridad sin precedentes, declararon ambos sindicatos, que representan a más de 60.000 empleados.
Según Eckhard, Annan ampliará la Misión de Asistencia de las Naciones Unidas para Iraq (UNAMI) para ayudar a aplicar el mandato del Consejo de Seguridad de asistir a los iraquíes en la celebración de elecciones nacionales, el 30 de enero.
El secretario general dispuso que la UNAMI establezca oficinas en Basora (sur de Iraq) y Erbil (norte), dos provincias atribuladas políticamente.
Annan planea enviar inicialmente un pequeño grupo de enlace de cuatro personas a cada una de ambas provincias, para evaluar y preparar las condiciones de seguridad y trabajo, explicó el portavoz.
Después, y según las circunstancias, quizá se desplieguen cuatro o cinco funcionarios electorales para que trabajen junto con las autoridades y organizaciones no gubernamentales locales, agregó.
No observaremos las elecciones. Simplemente ofreceremos asistencia técnica a la Comisión Electoral Independiente y al gobierno iraquí, aclaró Eckhard.
Según Jim Paul, del grupo Global Policy Forum, la nueva medida del foro mundial responde a una presión directa de Washington.
Estados Unidos se ha esforzado de forma casi histérica porque la ONU legitime su iniciativa electoral en Iraq, dijo a IPS.
Varios actores internacionales, entre ellos el presidente ruso Vladimir Putin, cuestionaron la legitimidad de una elección iraquí conducida por un gobierno designado por Estados Unidos en un país bajo ocupación militar.
Annan iba a reunirse este jueves en Washington con el secretario de Estado (canciller) saliente de Estados Unidos, Colin Powell, y con su reemplazante, la actual consejera de Seguridad Nacional, Condoleeza Rice.
