Los líderes de la Unión Europea (UE) y de China se reúnen esta semana, y las violaciones de derechos humanos en el gigante asiático deben estar sobre la mesa, advirtieron Amnistía Internacional y Human Rights Watch (HRW).
Las dos principales organizaciones no gubernamentales del mundo en materia de derechos humanos temen que la UE, en su afán por lograr beneficios económicos a partir de una cooperación más estrecha con China, dejen de lado lo que consideran abusos generalizados y a veces brutales.
El primer ministro chino Wen Jiabao mantendrá este martes y el miércoles en La Haya conversaciones con su par de Holanda, Jan Peter Balkenende. Holanda está hoy al frente de la presidencia rotativa de la UE.
Jiabao, acompañado por el canciller Li Zhaoxing y los ministros de Comercio, Bo Xilai, y Agricultura, Du Qinglin, también se entrevistará con el portugués José Manuel Durao Barroso, presidente de la Comisión Europea, rama ejecutiva de la UE, y con el jefe de la Política Exterior y de Seguridad del bloque, el español Javier Solana.
Se prevé que el jefe del gobierno chino presione a la UE para que ponga fin a 15 años de prohibición de venta de armas a su país.
La UE y Estados Unidos impusieron el embargo de armamento a China luego de la represión de manifestantes prodemocráticos inermes en la plaza Tiananmen de Beijing, el 4 de junio de 1989. Una cantidad indeterminada de disidentes, estimada en cientos, murieron en la masacre.
Pero las relaciones entre Beijing y Bruselas mejoraron considerablemente en el último año. Muchos líderes europeos consideran que el embargo es una medida obsoleta y que la UE debe levantarla.
Según los promotores del levantamiento, con el presidente francés Jacques Chirac a la cabeza, la situación de los derechos humanos en China mejoró significativamente desde 1989.
El canciller holandés Bernard Blot indicó el mes pasado que la UE estaba dispuesta a dar una señal positiva acerca del levantamiento del embargo, pero que una medida definitiva estaría supeditada a avances concretos en materia de derechos humanos.
China considera, en cambio, que los derechos humanos no deberían estar vinculados con el embargo de armas. Amnistía y HRW consideran lo contrario.
En un informe de 42 páginas publicado el lunes, Amnistía se refiere a casos de activistas arrestados por cargos vagos y encarcelados en centros de reclusión conocidos por maltrato y tortura.
Aquellos que están abiertamente involucrados en la defensa de los derechos humanos en China sufren serios abusos, incluidas la tortura y la detención arbitraria, asegura el informe.
También los integrantes de organizaciones creadas por el gobierno de China para promover los derechos a la salud, la vivienda, el trabajo y la libertad de credo son vulnerables a tales violaciones, porque sus facultades son limitadas y están mal definidas.
Aun aquellos en organizaciones de la sociedad civil registradas ante las autoridades pueden estar en riesgo, agregó Amnistía.
Entre los casos que figuran en el informe figura el de un hombre detenido por protestar contra el reasentamiento forzado de familias de Bejing por la construcción de nuevas edificaciones con miras a los Juegos Olímpicos 2008, así como el de una mujer golpeada hasta morir en la cárcel, donde se encontraba por poseer ejemplares de la Biblia.
Amnistía exhortó a los representantes de la UE que se reunirán este miércoles con los gobernantes chinos a reclamarles la libertad de los activistas detenidos.
HRW respalda la iniciativa de Amnistía, y pide a la UE que no deje que su interés en los negocios ponga en peligro su compromiso con el respeto de los derechos humanos en China.
Francia y algunos otros países de la UE han afirmado que su interés es el comercio, y que pretenden sacar los derechos humanos del camino hacia el dinero. Es un error, dijo el director de HRW para Asia, Brad Adams.
Las organizaciones de derechos humanos creen que la UE no debería hacer concesiones a cambio de la liberación de unos pocos prisioneros, que, en primera instancia, nunca deberían haber sido encarcelados. El bloque, advierten, debería insistir en una amnistía general para todos aquellos presos por protestar pacíficamente.
Además, HRW solicitó a la UE que reclame una invfestigación independiente sobre la masacre de Tiananmen, pues en 15 años no se ha encontrado un solo responsable de la decisión de lanzar al ejército contra los manifestantes desarmados, ni se sabe cuántos muertos, heridos y encarcelados hubo a raíz de esa medida.
El acceso a la tecnología de armas europea, casi tan avanzada como la estadounidense en algunas áreas, permitiría a la industria de defensa china acelerar su modernización.
Las objeciones más enérgicas al posible levantamiento del embargo corresponden a Dinamarca, Holanda y Suecia.
Solana dijo durante una visita a China en marzo que la UE tenía la intención de revisar el embargo sin dañar los vínculos bilaterales ni impulsar el comercio armamentista.
Las gestiones por el levantamiento del embargo revelan la intención de la UE de estrechar vínculos con Beijing, pese a los cuestionamientos a la situación de los derechos humanos en China y a su persistente amenaza de uso de la fuerza contra Taiwan, a la que considera una provincia renegada.
Organizaciones de derechos humanos advierten que China aún debe recorrer un largo camino antes de que la mejora sea sustancial.
Amnistía informó que el gobierno chino abusa rutinariamente de las leyes nacionales y los tratados internacionales al ejecutar a miles de personas todos los años.
Los derechos de los condenados a muerte son violados en todas las etapas del proceso, incluso por la obtención de confesiones a través de tortura, agregó Amnistía.
La iniciativa francesa de levantar el embargo aumenta la tensión con Estados Unidos, para cuyo gobierno China no merece mayores contemplaciones.
El secretario de Estado (canciller) estadounidense, Colin Powell, solicitó a comienzos de año a la UE el mantenimiento del embargo, dada la situación de los derechos humanos en el país asiático.