El presidente de Timor Oriental, José Alexandre Xanana Gusmao, no ha olvidado sus días de prisionero político, cuando reclamaba con ardor la liberación de la líder opositora birmana Aung San Suu Kyi.
Exhorto a la junta militar (de Birmania) a liberar a Aung San Suu Kyi. No hablo como presidente de Timor Oriental, sino como ex prisionero de conciencia, dijo Gusmao en su discurso ante el Club de Corresponsales Extranjeros de Tailandia.
No podrán matar su mente…, su espíritu, sus principios ni su sentido de libertad, advirtió.
La Liga Nacional por la Democracia (LND) de Suu Kyi obtuvo una arrolladora victoria en los comicios de 1990, pero el gobierno militar de entonces desconoció el resultado electoral, prohibió las actividades de la oposición y encarceló o desterró a sus líderes.
Suu Kyi, hija del héroe anticolonialista Aung San, fue condenada a prisión domiciliaria e incomunicada. Desde entonces fue liberada y detenida innumerables veces.
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La dictadura militar birmana decidió el lunes prolongar 12 meses el último arresto domiciliario de Suu Kyi, que en total ha estado detenida nueve años desde 1989.
La medida desató una ola de condenas internacionales, desde el secretario general de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), Kofi Annan, hasta los gobiernos de Estados Unidos, Gran Bretaña y Alemania, entre otros.
El presidente de Timor Oriental se sumó a la condena. Quisiera expresar mi preocupación por esta extensión de la detención de Suu Kyi. Espero que mi voz como ex preso político sea de ayuda, dijo.
Gusmao estaba en Bangkok camino a Washington, para recibir el Premio a la Democracia W. Averell Harriman, del Instituto Democrático Nacional.
Otros galardonados con el premio son los ex presidentes Corazón Aquino, de Filipinas;Vaclav Havel, de República Checa; Alpha Oumar Konare, de Malí, y los actuales presidentes Mijeil Saakashvili, de Georgia, y Ricardo Lagos, de Chile.
El 20 de mayo de 2002, Gusmao, ex líder guerrillero, juró como el primer presidente del Timor Oriental independiente, tras obtener 90 por ciento de los votos en las elecciones presidenciales del 14 de abril de ese año.
Casi tres años antes, en agosto de 1999, los timorenses orientales habían realizado un referendo de autodeterminación patrocinado por la ONU que condujo a la retirada de Indonesia de esa antigua colonia portuguesa, después de 24 años de sangrienta ocupación.
Gusmao dijo comprender la situación que atraviesa Suu Kyi y la exhortó a ser fuerte.
En prisión, tratan de matar tu mente y tu libertad de espíritu. Pero nunca lo logran, dijo.
En 1991, Suu Kyi recibió el premio Nobel de la Paz por su lucha pacífica por la democracia y los derechos humanos en Birmania.
Otras tres mujeres galardonadas con ese premio se unieron el jueves a un coro internacional de protestas por la extensión del arresto domiciliario de la líder opositora, después de un seminario por la paz en Kenia.
Exigimos su liberación y el retorno de la libertad y la democracia a su país, declaró a la prensa Wangari Maathai, quien recibió el Nobel de la Paz este año por décadas de trabajo ambiental.
La abogada y activista iraní de los derechos humanos Shirn Ebadi, ganadora del premio en 2003 por su trabajo por las mujeres y los niños de su país, consideró una vergüenza la prisión de Suu Kyi, y pidió su liberación incondicional.
La estadounidense Jody Williams, que en 1997 obtuvo el Nobel de la Paz por su lucha contra las minas terrestres, contó a la prensa en Nairobi que en febrero de 2003 visitó a Suu Kyi.
La líder opositora birmana le dijo que la comunidad internacional debe aislar al régimen dictatorial de Birmania… hasta que acepte la democracia para su pueblo.