Se deben crear instrumentos legales, nacionales e internacionales, de protección a los indígenas y aplicar las normas existentes, pues hoy proliferan las declaraciones pero pocos hechos concretos, opinó el juez Baltazar Garzón tras reunirse este martes en la capital española con aborígenes de Colombia.
La delegación encabezada por Julio César Piaguaje, Rogelio Mejía Izquierdo, Luis Felinto Piaguaje, Hernando Enrique Pacheco Torres y Moisés Alberto Villafaña Izquierdo, de la Unión de Médicos Indígenas Yageceros de la Amazonia Colombiana (Umiyac), llegó a Madrid en busca de apoyos para proyectos de desarrollo.
La agresión directa o indirecta a los pueblos originarios debe ser calificada de crimen contra la humanidad, ya que pertenecen a etnias desprotegidas, dijo a IPS Garzón, presidente de la española Fundación de Artistas e Intelectuales por los Pueblos Indígenas de Iberoamérica (Funindio).
Este juez español, que cobró fama internacional con el procesamiento en 1998 del ex dictador chileno Augusto Pinochet (1973-1990), destacó que Colombia ese es uno de los países donde más se ha avanzado en ese campo y recordó que se están desarrollando en Madrid cursos de formación para colegas suyos de ese país americano especializados en derechos indígenas..
En la reunión con un grupo de organizaciones no gubernamentales, los dirigentes indígenas colombianos presentaron varios proyectos que fueron bien acogidos, entre ellos el equipamiento de un centro de salud y un laboratorio clínico. También lograron el apoyo de Funindio para recuperar 131 sitios sagrados conocidos como el Santuario de la Paz.
Pacheco Torres, médico cirujano graduado en la Universidad de Bogotá y que es también naturista formado según la tradición de su etnia, destacó en un encuentro con periodistas que los pueblos indígenas desde siempre se han caracterizado por su respeto a la naturaleza y el medio ambiente.
Nosotros estamos empeñados en defender, recuperar y fortalecer la legitimidad de la medicina tradicional, como base de la cultura de nuestros pueblos, y en generar normas para el respeto de su práctica, añadió..
Por su parte, Luis Felinto Piaguaje pidió a Garzón y a los grupos de la sociedad civil que colaboren en la defensa de sus derechos sobre las fórmulas medicinales tradicionales y las especies que están en sus tierras, amenazadas y muchas veces saqueadas por las firmas transnacionales farmacéuticas, que solo piensan en sus ganancias.
Adicionó que ellos tratan de evitar ser invadidos por los productos genéticamente modificados, para que se mantengan los montes a los que consideran sagrados.
Su compañero de delegación, Pacheco Torres, acotó que en sus tradiciones no está la de escribir y patentar, por lo que temen que, si se firma el aún en negociación Acuerdo de Libre Comercio de las Américas (ALCA), los países del Norte tomen como propios sus conocimientos, montes y tierras.
Ante ese peligro, considera necesario prever esa situación y que se dicten leyes al respecto en todos los países amenazados por las posibles consecuencias de ese convenio.
Sobre la conservación del ambiente intervino el cantante español Manolo Tena, colaborador de Funindio, quien dijo que los indígenas corren serios peligros de ser invadidos y perder lo que les queda de sus tierras ancestrales.
En ese sentido, señaló al presidente de Estados Unidos, George W. Bush, al decir que está en camino de convertirse en el presidente del planeta destruido y preguntándose si una vez que termine de destruirlo no utilizará sus naves espaciales para trasladarse a Marte.
En cambio destacó a los pueblos indígenas, que siguen el camino de (Mahatma) Ghandi (el líder pacifista que, con huelgas de hambre, logró la independencia de India) y no se meten con nadie y si pueden curar, curan a todos los afectados por una enfermedad, del tipo que sea.
Moisés Villafaña Izquierdo, un estudiante de derecho y coordinador de las poblaciones indígenas de Sierra Nevada, en la Amazonia, explicó que en Colombia existen 84 grupos étnicos que hablan un total de 64 lenguas y comparten su ideal por la defensa de la tierra y su identidad, porque sin bosques y tierras no seríamos indígenas.
Sobre sus tierras, Villafaña Izquierdo explicó que su pueblo cree que cuatro hilos de oro que se entrecruzan y se apoyan en los cuatro puntos cardinales sostienen el mundo. El cruce de estos hilos forma el corazón del mundo que es la Sierra Nevada.
La Sierra Nevada de Santa Marta está situada al nordeste de Colombia y a sólo 30 kilómetros de la costa del mar Caribe. En esa región coexisten todos los pisos térmicos y todos los climas del planeta. Allí, las cumbres Simón Bolívar y Cristóbal Colón se levantan a 5.755 metros de altura sobre el nivel del mar.
En Santa Marta actúa la Organización Gonawindia Tayrona, reconocida como el único órgano y vocero de las comunidades arhaca, kogi y wiwa, según explicaron los visitantes.
Sobre la guerra civil que se libra en su país entre las fuerzas de seguridad, los paramilitares de derecha y las guerrillas izquierdistas de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia y del Ejército de Liberación Nacional, los indígenas destacaron que a menudo miembros de sus comunidades son las víctimas.
Mejía Izquierdo señaló que los grupos enfrentados suelen calificar como colaboradores de sus enemigos a quienes no los ayudan, lo que nos hace una vida imposible, con una guerra que no entendemos y que no es nuestra.
