ESPAÑA: Aznar reparte culpas por 11-M

El ataque terrorista que el 11 de marzo mató a 192 personas e hirió a dos millares en España, fue preparado para facilitar el triunfo socialista en las elecciones celebradas tres días después, dijo este lunes el derechista ex presidente José María Aznar, del entonces derrotado Partido Popular.

En una comparecencia de 12 horas ante la Comisión Parlamentaria investigadora de ese ataque, en el Congreso de Diputados, y en alusión al gobernante Partido Socialista Obrero Español (PSOE), Aznar pidió que ”se investigue la verdad” para determinar ”quién y por qué eligió el 11 de marzo”, para la terrible matanza, tres días antes de las elecciones convocadas para el 14 de ese mes.

Pero la mayoría de los grupos parlamentarios recordaron al ex jefe de gobierno que actuó de forma electoralista, pues en aquellas circunstancias dramáticas no reunió al gabinete de crisis ni a los líderes de los demás partidos, e insistió en atribuir la autoría de los atentados al grupo terrorista español ETA, cuando ya había evidencias suficientes que indicaban la responsabilidad de extremistas islámicos.

En una estrategia de apuntar hacia el actual partido gobernante, Aznar aseveró que esos atentados fueron programados para que el terror irrumpiera en la campaña con la finalidad de ”volcar las elecciones” en contra del PP.

”No creo, sinceramente, que los autores intelectuales de los atentados, los que hicieron esa planificación, los que decidieron que fuese ese día, precisamente ese día, no creo que anden en desiertos muy remotos ni en montañas muy lejanas”, sostuvo Aznar.

Encuestas previas a las elecciones del 14 de marzo que llevaron al PSOE al poder, predecían un empate con el PP o una estrecha victoria de éste, y la contundente victoria socialista fue una sorpresa generalizada.

Aznar atribuyó la derrota del PP a que ”hubo grupos y partidos que se aprovecharon de la situación y conmoción creada en la sociedad española”.

Tanto el portavoz del PSOE, Alvaro Cuesta, como los demás líderes de partidos centristas e izquierdistas rechazaron tajantemente esta acusación.

Aznar arguyó que si hubiera elegido el siete de marzo para la convocatoria electoral (fecha que estuvo en sus planes), el ataque explosivo a varios trenes suburbanos se habría cometido el día cuatro, tres jornadas antes de los comicios, pues su propósito era influir en sus resultados.

Además, opinó que las protestas multitudinarias del 13 de marzo, en las que ciudadanos indignados salieron a las calles de varias ciudades españolas a reclamar al gobierno que divulgara la verdad sobre las investigaciones del atentado, no fueron espontáneas.

”El 13 de marzo se hizo tirando la piedra y escondiendo la mano”, dijo.

Esas manifestaciones fueron convocadas ”boca a boca” y a través de mensajes a teléfonos móviles, y concentraron una multitud frente a la sede central del PP, para protestar también por el apoyo prestado por ese partido a la invasión estadounidense de Iraq.

Ese apoyo, entendieron muchos en España, motivó el ataque contra los trenes de Atocha.

Aznar insistió en que la verdad fue manipulada. Algo similar, pero respecto del gobierno, decían los manifestantes del día 13, cuando los funcionarios continuaban insistiendo en que ETA había cometido el ataque a pesar de que se acumulaban pruebas de la pista islámica.

El guión de Aznar fue duramente respondido por Cuesta, quien acusó al ex presidente de pretender deslegitimar los resultados electorales al vincular la derrota de su partido con los atentados. Hacer eso, adicionó, ”es una tremenda irresponsabilidad”, ”un insulto a los votantes” y ”un menosprecio a las víctimas del atentado y sus familias”.

Cuesta preguntó a Aznar por qué, si los terroristas pretendían volcar el resultado electoral, ”en abril, cuando ya no había elecciones a la vista, quisieron atentar contra el tren de alta velocidad y contra la Audiencia Nacional”, pretensiones frustradas por las fuerzas de seguridad. El ex mandatario no contestó.

Aznar insistió en que su gobierno actuó correctamente cuando apuntó a la ETA. Y añadió que en la actualidad ”no soy el único que piensa que ETA tuvo algo que ver”.

Aznar mencionó contactos y amistades sostenidas en las cárceles entre etarras e islamistas y proveedores comunes de explosivos, por lo que reclamó que se investigue esa conexión.

Y recordó que, al igual que su gobierno, el entonces líder de la oposición José Luis Rodríguez Zapatero, el parlamento vasco y dirigentes izquierdistas como Josep Lluís Carod Rovira y Gaspar Llamazares señalaron ”que ETA estaba tras el atentado”.

Cuesta responsabilizó a Aznar de no haber tomado medidas preventivas, luego de que el 17 de mayo de 2003 un atentado contra la Casa Española en la ciudad marroquí de Casablanca, mató a tres españoles.

Los portavoces del Partido Nacionalista Vasco y de Izquierda Republicana de Cataluña, integrantes de los gobiernos de esas regiones, respaldaron la crítica.

Una gran falla de las autoridades fue no convocar a la comisión delegada del gobierno para asuntos de crisis (que sí sesionó tras los atentados del 11 de septiembre de 2001 contra Estados Unidos) ni al pacto antiterrorista suscripto por el PSOE y el PP, dijo Cuesta.

A tanto llegaron las faltas de Aznar que prefirió tener a su lado al responsable de comunicación en vez de al director del Centro Nacional de Información. Es conocido que el director de ese servicio de inteligencia ”tuvo que enterarse del hallazgo de la furgoneta de Alcalá viendo la televisión”, remató Cuesta.

En la localidad de Alcalá de Henares, próxima a Madrid, fue ubicada el 11 de septiembre por la tarde la furgoneta en la que se trasladaron explosivos, con documentos de terroristas islámicos y más explosivos en su interior. A partir de ese hallazgo se fueron produciendo detenciones.

Cuando el ex mandatario ingresó a la sede legislativa, pudo ver en la calle a unas decenas de miembros de la juventud del PP coreando consignas como ”Aznar, siempre serás mi presidente” o ”Grupo Prisa, España no se pisa”, aludiendo a ese grupo editorial, el más fuerte de esta nación y editor del diario El País.

Pero también pudo ver y escuchar a un grupo de familiares de las víctimas del 11 de marzo, quienes llevaban sus manos pintadas de rojo y un gran cartel diciendo ”Aznar responsable”. Los familiares calificaron de ”sainete” las deliberaciones de la comisión investigadora, pues no van al fondo del asunto.

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