Cuba y China sellaron una serie de acuerdos de inversión y colaboración de importancia estratégica para ambos países, separados por miles de kilómetros y muy cercanos en ideología, aunque con diferentes modelos de desarrollo.
La firma de 16 convenios devino en el plato fuerte de la visita de dos días a La Habana con que el presidente chino, Hu Jintao, finalizó este martes su primera gira por América Latina, una región que asegura mercado y materias primas imprescindibles para el gigante asiático de cara al siglo XXI.
Los convenios referidos al níquel, el más importante renglón de exportaciones cubanas en la actualidad, centraron la atención de los analistas, dado que este país caribeña posee las mayores reservas mundiales probadas de ese mineral, altamente consumido por China como primer productor de acero inoxidable en el mundo.
Con reservas ciertas de unos 800 millones de toneladas, pero que podrían alcanzar hasta 2.200 millones de toneladas, la producción anual de Cuba sólo llega hasta ahora a unas 76.000 toneladas debido a insuficiencias de sus instalaciones.
Los tres yacimientos de níquel de la isla se encuentran en la provincia de Holguín, distante 771 kilómetros de la Habana, dos de los cuales son operados por Cubaníquel, una empresa estatal y el otro por la firma canadiense Sherrit International. En conjunto, reportan unos 700 millones de dólares por año al país de sistema socialista.
Uno de los documentos suscritos, la noche del lunes, por Hu y el presidente de Cuba, Fidel Castro, prevé financiamiento y el seguro para la construcción de una planta con capacidad de producción de 22.500 toneladas de níquel en la localidad holguinera de Moa.
Los acuerdos también incluyen la explotación de nuevas canteras del mineral mediante empresas mixtas, en las cuales China tendrá 49 por ciento de las acciones y el Estado cubano retiene el restante porcentaje de participación.
El grupo chino Minmetals contrató la compra de 4.000 toneladas anuales de sinter de níquel para ser suministrado entre 2005 y 2009, por un total de 20.000 toneladas del producto.
Se trata de inversiones (de China) grandes, grandes (…) En un periodo de tiempo equis, la producción de níquel del país (…) se duplicará, dijo Castro pocos días antes de recibir a Hu, a quien invitó personalmente a visitar la isla.
No menos estratégica resulta la decisión de fortalecer la cooperación institucional y el fomento de empresas mixtas en el campo de la biotecnología, un sector de fuerte desarrollo en Cuba, pero necesitado de mercado y capital para continuar avanzando.
En ese sentido, los dos países acordaron crear un grupo de trabajo conjunto para la cooperación biotecnológica, área en la cual, junto a las industrias farmacéutica y de equipos médicos, ya existen proyectos bilaterales en operación.
Entre éstas sobresale una dedicada al desarrollo conjunto, fabricación y comercialización de productos biotecnológicos destinados al tratamiento del cáncer y otras enfermedades autoinmunes.
Científicos cubanos recordaron a IPS que la firma Biotech Pharmaceutical Ltd Corporation construye actualmente una moderna planta de producción en la Zona de Desarrollo de Beijing (BDA), una de las más importantes de China.
Esa firma producirá, entre otros, TheraCIM h-R3, un anticuerpo monoclonal humanizado de creación cubana que justamente este mes concluyó con éxito su fase de ensayos clínicos y espera el registro para la producción y comercialización en territorio chino.
Esa instalación, cuya construcción está próxima a finalizar, podrá producir anualmente anticuerpos para el tratamiento de 10.000 pacientes aquejados de cáncer avanzado de cabeza y cuello.
Hu y Castro suscribieron además un memorando de entendimiento para la promoción del comercio, la inversión y el financiamiento asegurado encargado de estimular la cooperación económica y comercial sobre la base del beneficio mutuo, en petróleo, telecomunicaciones y turismo, además de níquel.
Según otro convenio, el gobierno chino aplazó en 10 años el inicio del cobro de las obligaciones financieras contraídas por los créditos gubernamentales concedidos a Cuba entre 1990 y 1994.
Asimismo, el gigante asiático concedió a La Habana un donativo de aproximadamente 6,1 millones de dólares para la educación y un crédito por un monto similar a fin de comprar material gastable para hospitales y policlínicas.
También se decidió la compra por parte de Cuba de un segundo lote de un millón de televisores a la nación asiática, los cuales serán destinados fundamentalmente al sector educacional.
Otros convenios rubricados entre ambos países tienen que ver con la enseñanza del idioma chino en Cuba, la asistencia técnica a la isla caribeña en materia de acuicultura y en la modernización del sistema de servicios meteorológicos.
Al dirigirse este martes a representantes de empresas chinas y cubanas que dedicaron dos días a la búsqueda de oportunidades para nuevas inversiones, Hu destacó que, de cara al futuro, existe una base sólida para afianzar aún más los vínculos económicos y comerciales entre las dos naciones.
El mandatario fue condecorado por Castro con la orden José Martí, máximo reconocimiento que otorga el Consejo de Estado de la República de Cuba a personalidades extranjeras destacadas, y sostuvo conversaciones privadas con su anfitrión.
En sus recorridos por la capital cubana estuvo acompañado del Primer Vicepresidente y jefe de los institutos armados, general de ejército Raúl Castro, ya que el líder cubano aún convalece de las lesiones sufridas al caer accidentalmente el pasado 20 de octubre.
Cuba y China mantienen vínculos diplomáticos desde el 28 de septiembre de 1960, aunque las relaciones bilaterales pasaron por momentos de distanciamiento, en dependencia de las posturas de cada uno de los gobiernos dentro del hoy desaparecido campo socialista, que incluía a la también hoy disuelta Unión Soviética.
Jiang Zemin, antecesor del presidente Hu, visitó Cuba en 1993 y en 2001, en tanto Castro fue a China en 1995 y 2003. Analistas estiman que tales viajes marcaron el rumbo actual de las relaciones, bajo el prisma de la identidad política y el intercambio mutuamente ventajoso.
Según esas fuentes, el modelo económico chino constituye un referente importante para Cuba, por tratarse de una experiencia socialista, pero apropiado a las características de esa nación.
Al respecto, las autoridades cubanas mantienen la tesis de que este país tiene que construir su propio modelo, basado en el papel preponderante de la empresa estatal socialista y la tendencia a la centralización.
El intercambio bilateral alcanzó entre enero y octubre 600 millones de dólares, con lo cual la nación asiática ratifica su condición de tercer socio comercial de la isla detrás de Venezuela y España.