COLOMBIA: Triunfo de Bush alegra a Uribe y asusta a otros

Muchos colombianos manifiestan una marcada preocupación ante la reelección del presidente estadounidense George W. Bush, mientras otros acompañan el regocijo de su mandatario, el derechista Alvaro Uribe, el principal aliado de Washington en América Latina.

”Quiero felicitar al presidente Bush por la victoria que ha obtenido y al senador (John) Kerry por esa bella campaña. A ambos, por ese ejemplo de democracia y al pueblo de los Estados Unidos por la eficiencia, la eficacia de su democracia”, expresó Uribe el miércoles a la prensa.

Merci Viana, la portavoz en Miami del gobernante Partido Republicano, señaló al noticiero de televisión colombiano RCN que el voto de inmigrantes procedentes de este país ”pesó a favor de Bush en el sur de la Florida”, el sudoriental estado de Estados Unidos que reúne a una enorme colonia latinoamericana.

Las cámaras mostraron en ese trabajo a una abuela colombiana residente en Miami que pidió a sus 30 familiares, ”todos nacionalizados estadounidenses”, que ”de Navidad” le regalaran su voto para Bush, ”cosa que todos hicieron”, relató sonriente a la cámara.

También Viana indicó que ”la ayuda a Colombia continuará”, en referencia a los 2.377 millones de dólares en asistencia militar y policial entregados a este país sudamericano por la actual administración estadounidense, según el Center for International Policy (Centro de Política Internacional), con sede en Washington.

Colombia es el tercer receptor mundial de la ayuda militar de Washington, detrás de Israel y Egipto. En los últimos cinco años, la suma para el llamado Plan Colombia y para el Plan Patriota, de lucha contrainsurgencia, bordea los 4.000 millones de dólares.

En junio, el Senado estadounidense aprobó duplicar la presencia militar de ese país en Colombia, para llegar a 800, y aumentar a 600 el número oficial de contratistas del Pentágono (Departamento de Defensa.

Unos y otros asisten militarmente al ejército colombiano en la ofensiva denominada ”Plan Patriota” en el sur del país, iniciada este año contra la retaguardia de las izquierdistas Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), en guerra de guerrillas hace más de 40 años y consideradas por el gobierno estadounidense como un ”grupo terrorista”.

Uribe aduce que en su país no hay conflicto armado, sino ”una sociedad enfrentada a terroristas sin ley”, se identifica con Bush en la ”guerra contra el terrorismo” y llegó a pedir en 2003, recién iniciado el ataque estadounidense contra Iraq, que una vez solucionado ”ese problema” las fuerzas de ocupación deberían intervenir en Colombia en contra de la guerrilla.

”Voy a decir una cosa muy fuerte: la esperanza es que la situación en el Oriente se les complique tanto como para que los Estados Unidos no se ocupen de la crisis andina, y en particular de Colombia”, dijo a IPS el historiador y politólogo Jaime Zuluaga, del Instituto de Estudios Políticos e Internacionales de la Universidad Nacional de Colombia (Iepri).

”Pero si en algo logran ellos alinear la situación que están viviendo en Iraq, no me cabe la menor duda de que la presión militar tomará mucha mayor fuerza” en la región, enfatizó.

El Plan Colombia de combate contra las drogas y la guerrilla fue diseñado originalmente por miembros del Departamento de Estado durante el gobierno de Bill Clinton (1993-2001), del Partido Demócrata.

Los estadounidenses sostienen que su fase militar que asesoran, el Plan Patriota, fue concebido por militares colombianos.

Tanto Bush como su competidor demócrata Kerry, vencido en las elecciones del martes, habían anunciado en la campaña que continuarían con el apoyo militar a Uribe.

Empero, Kerry había precisado que su eventual gobierno disminuiría la tolerancia hacia las violaciones de los derechos humanos, y manifestó su preocupación por el ataque contra sindicalistas y activistas humanitarios en Colombia.

También el representante demócrata había señalado que exigiría a Bogotá un corte total en los probados nexos entre las Fuerzas Armadas y los grupos paramilitares de derecha, responsables de 80 por ciento de las atrocidades que ocurren en la degradada guerra civil, según la Organización de las Naciones Unidas y la Organización de Estados Americanos (OEA).

Mientras, ”el gobierno de Bush certificó (dio el visto bueno) en materia de derechos humanos al gobierno colombiano para poder desembolsar la ayuda militar”, requisito exigido por la ley estadounidense, anotó Zuluaga.

Al tiempo la embajada de Washington en Bogotá advierte que cabecillas del narcotráfico, incluso varios de ellos con pedido de extradición por la justicia de ese país, participan en la negociación para desmovilizar a los paramilitares que adelanta Uribe, el gobierno de Bush financia el programa para su verificación que monta la OEA bajo la dirección del sociólogo argentino Sergio Caramagna.

El triunfo de Bush ”demuestra que la mayoría de los estadounidenses que votaron siguen atemorizados por la posibilidad de ataques terroristas, y que están dispuestos a sacrificar, como están sacrificando en Estados Unidos, garantías y libertades fundamentales con tal de tener una posición que parezca firme frente al terrorismo, aunque no se haya revelado eficaz”, agregó Zuluaga.

”Derrotar a Bush era una manera de repudiar la política unilateralista de Estados Unidos, su desconocimiento del papel de (la Organización de) las Naciones Unidas y el desarrollo de su estrategia de 'guerra preventiva' como se aplicó en Afganistán e Iraq”, opinó.

En Colombia, ”lo que va a suceder es, primero, que se consolida la alianza Uribe-Bush. Seguramente el presidente 'americano' va a corresponder en algo a la lealtad de Uribe” frente a las políticas del estadounidense, señaló.

”Segundo, creo que habrá ‘Plan Colombia II'. Si los Estados Unidos logran, por lo menos, no seguir profundizando el pantano en que están en Iraq, muy probablemente se comprometerán, como ya lo ha aprobado el Congreso norteamericano, en una ampliación de la intervención militar en Colombia”, prosiguió.

El embajador estadounidense en Colombia, William Wood, el jefe del Comando Sur del ejército de ese país, James T. Hill, así como funcionarios del Departamento de Estado han insistido en que en Colombia hay una amenaza regional muy importante y que las FARC constituyen una amenaza real para la seguridad de su país.

”Eso tiene que ver con el hecho de que los ven (a los guerrilleros) asociados al narcotráfico, financiándose con recursos del narcotráfico, y también con los (tres contratistas militares) norteamericanos (estadounidenses) que las FARC mantienen detenidos” desde febrero de 2003, como rehenes sujetos a canje a cambio de insurgentes presos, expresó Zuluaga.

Para el analista, ”hay un diseño estratégico para desarrollar nuevas modalidades de intervención (de Washington) en América Latina, y el control en Colombia es muy importante para incidir en la región de la cordillera de los Andes, que sigue siendo la más inestable y políticamente explosiva en el subcontinente”.

En ese escenario, ”al menos Ecuador y Perú van a tratar de conseguir mayor apoyo norteamericano para protegerse de lo que consideran una amenaza proveniente de Colombia”, sobre todo ante la marea de refugiados colombianos a Ecuador, anticipó.

”En la debilidad en que están, y necesitados de un apoyo exterior significativo, creo que van a prestarse para continuar tratando de blindar las fronteras con Colombia. Vamos a tener unos gobiernos más comprometidos en la lucha contra el narcotráfico según el modelo norteamericano, y de control a la amenaza de expansión de la guerra”, precisó.

Ambos países, limítrofes con Colombia por el sur, plantean que el conflicto de esta nación se está desbordando y ha creado un problema de seguridad en la frontera. Para Zuluaga, lo que viene es el intento de aislar militarmente a Colombia.

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