BALCANES: Albanokosovares al banquillo en La Haya

El juicio por crímenes de guerra contra tres albanokosovares en el Tribunal Penal Internacional para la Antigua Yugoslavia en La Haya, Holanda, pone a prueba la imparcialidad del cuerpo y abre una vieja herida.

Hasta ahora, el Tribunal ha acusado a serbios por atrocidades contra los albaneses, así como contra croatas y otras comunidades. Esta es la primera vez que integrantes de la comunidad albanesa, mayoritaria en Kosovo, son juzgados por atrocidades contra los serbios.

El arresto de los tres acusados —Fatmir Limaj, Haradin Bala e Isak Musliu— hace casi dos años desató protestas masivas entre los albanokosovares, muchos de los cuales ven en estos miembros del Ejército de Liberación de Kosovo (KLA) a combatientes de la libertad contra la opresión serbia.

”Lucharon contra la represión y por el viejo sueño de la independencia. La gente común no puede tragar que estos combatientes sean tratados como criminales de guerra”, dijo a IPS el analista político de Kosovo Skeljzen Maliqi.

El tribunal fundado por la Organización de las Naciones Unidas (ONU) acusó a estos detenidos de tortura y asesinato de serbios, e incluso de civiles albaneses en Kosovo durante el conflicto que asoló la provincia en 1998 y 1999.

Los tres se declararon inocentes.

Según la acusación, Limaj, Bala y Musliu detuvieron hasta a 35 serbios y albaneses en la prisión kosovar de Lapusnik en mayo de 1998 y ejecutaron a 24 de ellos dos meses después.

Los prisioneros fueron mantenidos bajo ”condiciones brutales e inhumanas”, y sometidos a abuso físico y psicológico.

Catorce fueron asesinados antes de que las fuerzas de seguridad serbias tomaran control del área en julio de 1998.

Los hombres del KLA trasladaron entonces a 21 prisioneros a las montañas Berisa. Limaj impartió allí a Bala y Musliu la orden de asesinar a 10 albanokosovares, a quienes acusó, según la fiscalía del Tribunal, de colaborar con fuerzas serbias.

Los acontecimientos descriptos en la acusación ocurrieron cuando las milicias albanokosovares iniciaron su rebelión armada contra las autoridades yugoslavas.

Los dos millones de personas de la etnia albanesa residentes en la meridional provincia serbia de Kosovo fueron objeto de dura represión por parte del régimen del presidente serbio y yugoslavo Slobodan Milosevic, que calificó a los insurgentes de ”terroristas”.

Las autoridades serbias son acusadas de numerosos crímenes de guerra, entre ellos del asesinato de unos 10.000 albanokosovares, la desaparición de unos 3.000 y la expulsión de más de 800.000 de sus hogares.

También se denunció la desaparición de unos 1.300 serbios, a los que se cree víctimas de milicias del KLA o de diversas represalias.

”Esperamos que se arroje algo de luz sobre lo que sucedió en Kosovo. Los albanokosovares no fueron las únicas víctimas”, dijo a IPS Simo Spasic, presidente de la Asociación de Desaparecidos de Kosovo, con sede en Belgrado.

La represión contra los albanokosovares y la falta de colaboración de Belgrado en las negociaciones para resolver la crisis de Kosovo culminó con 11 semanas de bombardeo sobre Serbia a cargo de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN).

A raíz del bombardeo, Belgrado retiró sus tropas de Kosovo, de acuerdo con la resolución 1.244 de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) y el KLA fue desarticulado con el ingreso de la misión militar de pacificación de la OTAN en la provincia, en junio de 1999.

Los albanokosovares aspiran ahora a la independencia plena. Apenas 90.000 serbios quedan allí, tras la huida en 1999 de 200.000, temerosos por posibles represalias.

El comienzo del juicio estuvo marcado por denuncias de presiones del combatiente albanokosovar Beqe Beqaj, arrestado por las fuerzas de paz en Kosovo el mes pasado, sobre diversos testigos.

El día 8, Beqaj se declaró inocente de la acusación de que ofreció dinero a dos testigos para que se abstuvieran de brindar testimonio contra los tres detenidos. Podría ser condenado a siete años de prisión si el tribunal lo halla culpable.

El comienzo del proceso el lunes no concitó mayor atención de los medios de prensa en Belgrado. Ningún funcionario serbio se mostró dispuesto a opinar sobre el caso.

Las autoridades consideran que el tribunal tiene un sesgo antiserbio, pues la mayoría de los crímenes en consideración fueron cometidos contra no serbios (croatas, musulmanes y albanokosovares).

”Este juicio es importante, pues a su debido tiempo el tribunal debe construir confianza entre los serbios”, dijo a IPS la activista de derechos humanos Natasa Kandic.

Por lo tanto, la imparcialidad del tribunal, a los ojos de los serbios, está a juicio.

La semana pasada, investigadores del tribunal advirtieron que Ramush Haradinaj, líder del tercer partido kosovar, la Alianza para el Futuro de Kosovo, cometió diversas atrocidades en su carácter de dirigentes del KLA. (

Compartir

Facebook
Twitter
LinkedIn

Este informe incluye imágenes de calidad que pueden ser bajadas e impresas. Copyright IPS, estas imágenes sólo pueden ser impresas junto con este informe