El ejército de Venezuela se dotará en los próximos meses de 40 helicópteros rusos, avanzadilla de la «alianza estratégica con Moscú que promueve el presidente Hugo Chávez, quien marca distancias con Washington.
La operación fue pactada esta semana en la capital rusa por el vicepresidente José Vicente Rangel, un veterano político de izquierdas, y el general Raúl Baduel, comandante del ejército, en el marco de acuerdos para negocios y cooperación económica y tecnológica bilateral por 1.000 millones de dólares.
Compañías rusas anunciaron su disposición de invertir 500 millones de dólares en una planta de alúmina —insumo del aluminio— en el sudeste de Venezuela, y de asociarse en negocios de petróleo, gas y otros donde puedan colocar capitales y tecnología.
Los helicópteros no sólo alejan a Caracas de su dependencia en sistemas y tecnología de Washington, sino que serán emplazados en la frontera occidental con Colombia, cuyo gobierno es un firme aliado de Estados Unidos, que ha enviado centenares de asesores militares para apoyar la lucha de Bogotá contra las guerrillas de izquierda.
"Todavía dudo de que la venta de los helicópteros se concrete, sobre todo si se trata de aparatos artillados o con capacidad para llevar misiles, porque Rusia heredó de la Unión Soviética el respeto por estas áreas de influencia de la superpotencia estadounidense, dijo a IPS Carlos Romero, profesor de posgrado en estudios internacionales de la caraqueña Universidad Central.
Rangel dijo antes de viajar a Moscú que los helicópteros se usarían principalmente en apoyo al patrullaje en la frontera, donde el mes pasado irregulares colombianos aún sin identificar mataron a cinco militares y una ingeniera petrolera venezolanos, y también en el servicio civil para atender desastres y combatir incendios forestales.
El analista político Alberto Garrido, de la sudoccidental Universidad de Los Andes, dijo a IPS que "la compra de armamento a Rusia la inscribe Chávez en su proyecto de largo plazo, de una revolución bolivariana que prenda en toda América del Sur contra el proyecto hegemónico estadounidense, cuya vanguardia militar está en Colombia.
Otro estudioso venezolano, Aníbal Romero, de la Universidad Simón Bolívar, evocó rumores de que a la compra de helicópteros MI-26 seguirá la de aviones de combate MiG-29 y armas livianas ucranianas, lo que abre compuertas a la cooperación militar entre Venezuela y Cuba, que ya utiliza esos sistemas de armas.
"No creo que nuestros oficiales aprendan pronto el ruso para leer los manuales y entrenarse con las nuevas armas. Esa tarea seguramente la realizarán los cubanos, comentó Aníbal Romero, para quien ôel régimen (de Chávez) se sirve para ello de la miopía yanqui y de su insaciable apetito petrolero.
Sin embargo, Rangel advirtió que helicópteros como los que comprará Venezuela ya los emplean otros países de la región, como México, Perú y la misma Colombia.
Garrido insistió en recordar la neutralidad que ha proclamado Chávez con relación al conflicto colombiano. "Que no nos vengan a buscar como aliados para ninguna guerra, sólo seremos aliados para la paz, dijo el mandatario en la frontera, uniformado como teniente coronel, poco después del incidente de septiembre.
Los ministros colombianos de Interior y Defensa, Sabas Pretelt y Jorge Uribe, habían instado a Caracas a colaborar estrechamente con Bogotá para combatir a las comunistas Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) que, según el gobierno de ese país, fueron las culpables de la cruenta incursión en la frontera.
Esta semana, el jefe del Comando Sur estadounidense, general James Hill, de visita en Bogotá, deploró la falta de apoyo de Venezuela para la guerra civil colombiana.
"La guerra de Colombia no es sólo de ella, sino también de sus vecinos, y creo que todos deben cooperar. Esto lo entienden Ecuador, Brasil, Perú y Panamá, y espero que algún día también Venezuela se dé cuenta de ello, dijo Hill.
En Brasil, donde estuvo de visita hasta el miércoles, el secretario de Estado (canciller) de Estados Unidos, Colin Powell, habló en cambio del frente político y dijo que "aún tenemos diferencias de opinión con Venezuela, pero estamos buscando maneras de cooperar con Caracas.
Chávez ôdenuncia casi a diario que Estados Unidos apoyó a la oposición venezolana en el intento por sacarlo del poder (con un efímero golpe de Estado en abril de 2002). Pero, pese a su retórica, es un productor (petrolero) confiable y no descarto la posibilidad de mejorar las relaciones bilaterales, recordó Powell en rueda de prensa.
El canciller venezolano pidió "borrón y cuenta nueva en la relación con Estados Unidos. Y Rangel desde Moscú saludó la declaración de Powell, pues "la diferencia que tenemos es política y las cosas políticas se resuelven hablando y abandonando la diplomacia de micrófono que perjudica tanto.
"Nosotros también queremos tener excelentes relaciones con Estados Unidos. Estamos dispuestos a reformular nuestra política, y no tenemos inconvenientes, siempre en el marco del respeto a la soberanía: que Washington reconozca que Venezuela es un país soberano e independiente, agregó Rangel.
Analistas en Washington y Caracas coinciden en que en el juego pesa la condición de Venezuela como gran exportador petrolero desde hace 90 años y la venta a Estados Unidos de 1,5 millones de barriles diarios, aproximadamente 15 por ciento de las importaciones petroleras estadounidenses, vitales en estos días de combustible caro.
También ha influido la relegitimación del mandato de Chávez en el referendo del 15 de agosto, una consulta que auspiciaron Estados Unidos, Brasil y otros países y en la cual el gobernante se impuso con 59 por ciento de los sufragios.
Powell recordó que el referendo ya era una página pasada, y colaboradores de Chávez como el actual ministro del Interior Jesse Chacón se congratularon de que la consulta "nos permitió ocupar la tribuna internacional que antes tuvo la oposición.
Sobre esas coordenadas favorables, "Chávez ha retomado el proyecto que impulsa desde que llegó al poder en 1999, de insertarse en un esquema global multilateral, y para eso se ha propuesto profundizar en alianzas estratégicas' con Rusia y China, en primer lugar, señaló Carlos Romero.
En noviembre Chávez viajará a China, India e Irán, con los que promueve entendimientos políticos y negocia acuerdos económicos, y también hará una visita de Estado a España y quizás a algunos países africanos, según dijo el pasado domingo.
La visita de Rangel a Moscú será seguida por una de Chávez, aún sin fecha.
En la región, además de una relación de abierta colaboración con Cuba, Chávez promueve una integración política, económica —con la energía como pilar— e incluso militar en América del Sur, y este año convirtió a Venezuela en asociado del Mercosur, cuyos miembros plenos son Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay.