La actitud de Europa hacia la dictadura militar de Birmania en la última Cumbre Asia-Europa (ASEM) fue complaciente y ofreció un manto de legitimidad a un régimen brutal, opinaron activistas de los derechos humanos.
Los líderes europeos promovieron algunas sanciones contra Rangún, pero los críticos las consideraron simbólicas y además lamentaron que la declaración final de la cumbre no mencione siquiera a la líder opositora Aung San Suu Kyi, en prisión domiciliaria por enésima vez.
Aunque el apoyo de gobiernos del sudeste asiático hacia Rangún era previsible en la cumbre de dos días que terminó el sábado en Hanoi, Vietnam, los activistas esperaban una postura más firme de los gobiernos europeos hacia la dictadura militar birmana.
Al negarse a adoptar una postura firme contra Birmania, los líderes europeos ayudan a prolongar la permanencia de los militares en el poder, señaló Debbie Stothard, de la Red por una ASEAN Alternativa, un grupo regional de derechos humanos. La junta militar estará muy contenta con esto, añadió.
ASEAN es la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático, que Birmania pasó a integrar hace siete años.
Kavi Chongkittavorn, director y columnista de asuntos regionales del diario tailandés The Nation, consideró que los miembros europeos de la Cumbre debilitaron los esfuerzos de Suu Kyi por restaurar la democracia en Birmania.
Un comentario publicado el martes en el periódico tailandés The Bangkok Post ridiculizó las amenazas realizadas por gobiernos europeos a Rangún antes de la cumbre.
Birmania es probablemente el principal ganador, escribió Anuraj Manibhandu. Sin levantar siquiera un dedo, fue admitida en un club respetable.
Birmania, Camboya y Laos son los miembros asiáticos más nuevos de ASEM, creada en 1996 para fortalecer los vínculos económicos y comerciales entre Asia y Europa. En la última cumbre, se sumaron los 10 nuevos miembros de la Unión Europea.
Birmania fue admitida en ASEAN hace siete años. Este organismo regional creó un muro de protección alrededor de ese país, y se niega a promover cambios políticos debido a su política de no interferencia.
Los mandatarios europeos presentes en la quinta reunión de ASEM, entre ellos el presidente francés Jacques Chirac, no exigieron una referencia a Suu Kyi en la declaración final.
El documento sólo declara que los líderes de ASEM esperan el pronto levantamiento de las restricciones a los partidos políticos, de acuerdo con las promesas de Myanmar. Myanmar es el nombre que los militares dieron a Birmania desde el golpe de Estado de 1962.
En vísperas de la cumbre, la Unión Europea había amenazado a Birmania con nuevas sanciones si el gobierno no liberaba a Suu Kyi, ponía fin a la intimidación de su Liga Nacional por la Democracia y restauraba con plenas libertades civiles y políticas una convención nacional para la redacción de una nueva constitución.
Ante la resistencia de Rangún a implementar esas medidas, el bloque europeo impuso el lunes las sanciones anunciadas, pero los críticos las consideraron carentes de sustancia.
Las sanciones incluyen la negación de visas para birmanos vinculados con la junta militar y la limitación de las inversiones europeas en empresas públicas birmanas.
Pero la lista negra de visas será difícil de aplicar, mientras que lo de las inversiones es una farsa, dijo Stothard.
Según informes, Francia posee inversiones por 470 millones de dólares en Birmania, principalmente de su empresa petrolera Total. Mientras, Gran Bretaña tiene inversiones en ese país por 1.430 millones de dólares, aunque su gobierno dice ser uno de los principales opositores europeos del gobierno militar birmano.
El mensaje de ASEM es claro para el régimen birmano: la comunidad internacional es incoherente y por tanto la junta puede seguir como hasta ahora, concluyó Kavi.
