La expulsión de Cuba del diputado conservador español Jorge Moragas siembra dudas sobre el éxito del gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero en su intención de liderar un reacercamiento entre la Unión Europea (UE) y La Habana.
La cancillería cubana informó a través de un comunicado que Moragas, secretario de Relaciones Exteriores del opositor Partido Popular (PP) de España, fue embarcado el viernes hacia París, luego de un intento de ingresar a este país fraudulenta e ilegalmente.
La nota añadía, sin embargo, que el político español viajaba bajo el estatus migratorio de turista, acompañado de dos diputados holandeses y dos representantes de organizaciones no gubernamentales, también reeembarcados.
El grupo permaneció algunas horas en la sala de tránsito del aeropuerto internacional José Martí, y personal de la embajada española en La Habana pudo comunicarse con ellos sólo telefónicamente. El gobierno de Zapatero consideró inaceptable la expulsión.
Según la cancillería, los objetivos declarados públicamente por Moragas y su partido como motivos del viaje constituyen una violación flagrante de la soberanía cubana. Se trataba de una grosera provocación política contra Cuba, recalcó.
En un comunicado emitido en España, el PP había anunciado que el principal objetivo de la visita de Moragas era expresar su respaldo y solidaridad a los disidentes cubanos ante el anunciado giro de la política de Madrid hacia La Habana.
Con el viaje, el PP esperaba transmitir a los demócratas cubanos que un sector importante de la sociedad española respalda la necesidad de no relajar el nivel de exigencia de la UE en cuanto al respeto de los derechos humanos en la isla.
El embajador de España, Carlos Alonso Zaldívar, había anunciado el martes pasado que su país desea encabezar un proceso encaminado a superar la situación insatisfactoria en que se encuentran actualmente tanto las relaciones bilaterales como las de Cuba con la UE.
En su discurso por el Día de la Hispanidad, Alonso Zaldívar confirmó que España y sus socios de la UE iniciaron un proceso de reflexión para superar la situación insatisfactoria en que se encuentra el vínculo.
Esta reflexión dista todavía de haber concluido, pero ya hemos alcanzado un consenso sobre la dudosa utilidad práctica de las medidas que en junio del pasado año adoptó la UE y sobre la necesidad de sustituirlas por instrumentos más eficaces, dijo.
Según el diplomático, aún no hay acuerdo sobre cuál será ese instrumento, pero también en esto se ha avanzado y creo que ese acuerdo es sólo cuestión de tiempo, y de no mucho tiempo, abundó.
Sus palabras causaron enojo entre algunos de los disidentes invitados a la recepción ofrecida por el embajador con motivo de la fiesta nacional de España, a la cual, por segundo año consecutivo, no asistieron dirigentes ni funcionarios gubernamentales cubanos de menor rango.
La expulsión de Moragas es un buen mensaje a Zapatero, que hace de rompehuelgas en la UE tratando de cambiar la posición común, comentó a IPS Marta Beatriz Roque, dirigente opositora que calificó de irrespetuoso el discurso de Alonso Zaldívar.
En opinión de Roque, Madrid sabrá ahora que el gobierno cubano no tiene fronteras para su totalitarismo. La dirigente añadió que no tuvo información previa sobre el viaje del diputado del PP. No sabía que vendría, aseguró.
El Ministerio de Relaciones Exteriores cubano comentó que Moragas es conocido por sus estrechos vínculos con el frustrado y patético José María Aznar, quien durante su presidencia (1996-2004) mantuvo una política hostil hacia el gobierno de Fidel Castro.
Aznar se dedica con especial entusiasmo en estos días, a gastar los cinco millones de dólares que ha proporcionado recientemente el presidente (George W.) Bush para organizar actividades y eventos contra Cuba, dice la declaración.
La cancillería recordó además que esta es la segunda ocasión en que Moragas viaja a La Habana para sostener contactos y ofrecer apoyo financiero a los mercenarios, calificativo con que el gobierno cubano se refiere a los opositores.
El pasado mes de julio ingresó a nuestro país también con una visa turística, ocasión en que nuestras autoridades, con extraordinaria moderación y paciencia, se limitaron a advertir que no habría impunidad para tales actos, señaló el texto.
Finalmente, la cancillería alegó que a Cuba le asiste el derecho soberano a defenderse. Nuestra paciencia tiene límites y no dejaremos sin respuesta acciones injerencistas ni provocaciones, afirmó.
El gobierno español, en tanto, consideró inaceptable el trato aplicado al dirigente del PP y convocó con carácter urgente a la embajadora cubana Isabel Allende, a fin de pedirle las explicaciones del caso.