La inauguración del parlamento continental africano en su sede en esta ciudad sudafricana estuvo marcada por desencuentros religiosos e idiomáticos felizmente superados, pero que arrojan luz sobre los múltiples escollos que el órgano deberá sortear.
Un clérigo musulmán estaba en la sede del Parlamento Panafricano, pero fuera del grupo de líderes religiosos invitados a orar este jueves en la apertura de esta sesión del órgano, la segunda desde que fue inaugurado en Adis Abeba.
Por favor, acepten nuestras sinceras disculpas. Fue un descuido imperdonable, dijo uno de los organizadores. El descuido fue transmitido a emisoras de televisión de todo un continente donde viven 427 millones de musulmanes, 59 por ciento de la población.
Cometimos un error. La oración musulmana no se pronunció. Por eso, pido que se pronuncie una antes de mi discurso, dijo, visiblemente molesto, el presidente de Sudáfrica, Thabo Mbeki.
Esta fue la primera sesión del Parlamento Panafricano en su sede permanente de Gallagher Estate, cerca del centro comercial de Johannesburgo… aunque se prevé que el órgano vuelva a mudarse a otro sitio en los próximos cinco años.
La falta de intérpretes también enojó al presidente. También trato de entender por qué no tenemos traducción simultánea, dijo Mbeki.
El presidente de la Asamblea Legislativa de Africa Oriental, Abdulrahman Kinana, debió interrumpir su discurso en kiswahili para pedir disculpas por la falta de traducción, y aseguró a los delegados que distribuiría pronto una versión escrita de sus palabras en inglés.
La cumbre anual de la Unión Africana (UA) decidió en julio que los idiomas oficiales de este bloque de 53 países serían el árabe, el francés, el inglés, el kiswahili y el portugués.
En sus primeros cinco años de existencia, el Parlamento Panafricano, integrado hasta ahora por 265 integrantes de 46 países de la UA, será un órgano consultivo y asesor. Pero en 2009, asumirá la función de aprobar leyes.
Todos los países de la UA eligen cinco legisladores nacionales en ejercicio para integrarse en el órgano, uno de los cuales debe ser una mujer.
La creación de un parlamento continental es un acontecimiento histórico, pero aún debe lograr un apoyo más amplio en el continente.
El escepticismo hacia el órgano y el temor de que intervenga en sus conflictos internos explican por qué Costa de Marfil, Eritrea, Liberia, República Democrática del Congo, Santo Tomé y Príncipe y Somalia aún no ratificaron los protocolos del Parlamento Panafricano y designado sus representantes.
Marruecos, por su parte, es el único país del continente que se mantiene fuera de la UA, dado el reconocimiento por parte del bloque de la independencia de la antigua colonia española de Sáhara Occidental, a la que aquel país árabe reivindica como parte de su territorio.
La situación se remonta a la exclusión de Marruecos del bloque predecesor de la UA, la Organización para la Unidad Africana, luego del reconocimiento de Sáhara Occidental en 1984.
Es una desgracia que el problema de Sáhara Occidental siga sin resolver, sostuvo Mbeki.
El mandatario sudafricano advirtió que la población del continente espera que el Parlamento solucione sus problemas, que incluyen poner fin a las guerras innecesarias que obliga a muchos a vivir como refugiados en sus propios países.
El continente está marcado hoy por numerosos conflictos armados. La acción de milicias árabes contra tres comunidades étnicas negras en la región occidental sudanesa de Darfur tal vez sea la que mayor atención ha concentrado de los medios ha atraído.
Pero también resulta preocupante la situación en Burundi, Costa de Marfil, Eritrea, Etiopía, República Democrática del Congo, Ruanda y Uganda.
Vientos de cambio soplan a través de Africa. Pero los desafíos son desalentadores, dijo la portavoz de la UA Julia Doily.
Aunque Zimbabwe no sufre un conflicto abierto, la crisis económica y política que sufre ese país también estuvo presente en las ceremonias de este jueves.
Unos 300 zimbabwos se manifestaron fuera de Gallagher Estate y entregaron al Parlamento Panafricano una declaración en que detallaban supuestas violaciones de derechos humanos cometidas por el gobierno de Robert Mugabe.
Nuestro continente ha decidido hacia dónde ir. Y hemos establecido las instituciones para llegar a ese destino. Entre ellas, este Parlamento y NEPAD, dijo Mbeki.
NEPAD (Nueva Alianza para el Desarrollo de Africa) es un programa hacia la reconstrucción del continente avalado por la comunidad internacional, que procura atraer 64.000 millones de dólares anuales en inversiones extranjeras a cambio de la instauración de buenas prácticas políticas y fiscales.
Organizaciones de la sociedad civil se quejan de no haber sido tenidos en cuenta para la formación de NEPAD.
La ceremonia de este jueves incluyó varias actuaciones musicales, entre ellas la de la legendaria cantante sudafricana Miriam Makeba. Una vez que las copas de champaña se secaron, comenzó una difícil tarea.