Es muy difícil describir a Claude Challe, el disc-jockey francés autor de los éxitos musicales Buddha Bar y Nirvana Lounge.
Este experto en la mezcla de sonidos inspirados por el budismo y la filosofía zen con diversos ritmos de India, el Caribe y Africa septentrional, empleando instrumentos electrónicos, es considerado por muchos un visionario del arte.
Para otros es un gurú de la Nueva Era, creador de una música trascendental dirigida a calmar el alma.
La música es una medicina muy interesante. Cuando escuches mi música luego de un día duro, sólo cierra tus ojos. Es posible volar sin un avión, dijo Challe a IPS.
Este es el comienzo de un viaje espiritual, y debes ser lo suficientemente valiente como para abrirte a los cambios que van a suceder en ti, dice mientras se relaja en una sala de descanso, luego de un espectáculo en Bangkok que es parte de su gira asiática Happiness (Felicidad, en inglés).
En esta gira, el disc jockey francés no usa luces de discoteca, sino incienso y velas, con lo que crea una atmósfera oscura y algo extravagante.
En verdad amo Tailandia. He viajado a lo largo y ancho de este país en los últimos 30 años. Me gusta la espiritualidad de los tailandeses y creo que viviré aquí algún día, señaló.
El disc jockey explica que su última obra, Hapiness, intenta traer un poco de felicidad al mundo, en un momento en que están ocurriendo cosas horribles.
Happiness es la última parte de una trilogía que comenzó con Buddha Bar y siguió con Nirvana Lounge.
Challe se convirtió en una de las principales personalidades de la vida nocturna y la moda de París en los años 60 y 70.
Este francés de origen tunecino e hijo de un rabino comenzó como estilista, fue diseñador de moda y se convirtió luego en un artista dedicado a mezclar todas las influencias culturales de su vida.
En 1996 fundó su propio sello, Chall'O Music, con el que se propuso difundir música para hacer resonar el cuerpo y expandir la mente, y en 2000 alcanzó gran éxito con sus discos Buddha Bar y Nirvana Lounge, que fusionan la música árabe tradicional con el pop europeo y elementos sonoros inspirados en filosofías orientales.
Challe es también el administrador de Les Bains Douches, uno de los principales clubes nocturnos de París.
Este gurú de la música disco se ha codeado con grandes personalidades del espectáculo internacional, como el actor estadounidense Jack Nicholson, y siempre fue célebre por su vida amorosa.
Oh sí, Jack Nicholson es todavía un muy buen amigo mío. Teníamos a Roman Polanski en nuestro grupo, dice entre risas, recordando cuando conoció en París a ese cineasta polaco.
Mi principal oficio es el de estilista. Lo elegí porque en verdad amo a las mujeres y me gusta estar cerca de ellas, señaló.
Pero sus raíces africanas lo fueron atrayendo poco a poco, hasta convencerlo de relegar la peluquería ante un llamado superior para crear una música mundial, explotando toda su pasión por el Oriente.
Yo nací en el norte de Africa, en Túnez. Me mudé a Francia con mi familia cuando tenía tres años. Fui enviado a una escuela judía y mis padres querían que fuera rabino. Creo que se desilusionaron mucho cuando abandoné el colegio, señaló.
Cuando tenía cerca de 18 años comencé a viajar. Fui a India, Nepal, Tailandia y otros países. Así fue como descubrí nuevas culturas, tradiciones, estilos de vida y filosofías, añadió Challe, que se considera afortunado por poder viajar y conocer a fondo diversos estilos musicales.
El artista ahora quiere incursionar en otras actividades intelectuales y humanitarias.
Estoy comenzando cosas muy serias en mi vida. Acabo de terminar un libro. Es una biografía que también incluye mis puntos de vista sobre la locura de la política mundial. Creo que vamos camino a la destrucción de la raza humana, opinó.
También considera lanzar una campaña internacional a favor de los niños y niñas.
Si mi energía no muere, me gustaría mucho hacer algo por ellos. Hay mucha inocencia en los niños y tenemos que cuidarlos, porque son nuestro futuro en estos tiempos tan inciertos, afirmó.
Tenemos que curarnos y cambiar, cada uno de nosotros, antes de intentar cambiar el mundo, y por eso lucharé en los próximos 10 años. En verdad necesitamos cambiar. Es muy obvio que las cosas no están bien en el mundo, y que la paz está en juego, sostuvo el disc-jockey. (


