MERCOSUR: Integración productiva avanza lento, pero en automóvil

La posibilidad de una mayor participación de componentes hechos en Argentina y en otros países del Mercosur en los vehículos brasileños fue el resultado de la visita a Brasilia del ministro de Economía argentino, Roberto Lavagna, este jueves.

Brasil podrá alterar reglas de su banco estatal de fomento para financiar a la industria automovilística, como un primer paso para reducir el desequilibrio en el sector del que se queja el gobierno argentino.

La exigencia de 60 por ciento de contenido nacional para obtención de créditos del Banco Nacional de Desarrollo Económico y Social incluiría la consideración, como si fueran nacionales, de piezas de vehículos ”hechos en el Mercosur”, explicó el ministro de Desarrollo, Industria y Comercio, Luiz Furlán.

El presidente argentino Néstor Kirchner declaró en la víspera que su país no liberaría totalmente el comercio de vehículos con el Mercosur. Implementar el acuerdo que se había alcanzado en ese sentido implicaría la desaparición de esa industria en su país, advirtió.

Los automóviles hechos en Argentina representaban 14,5 por ciento del mercado brasileño en 1998, pero se limitan hoy a 2,4 por ciento. Mientras, la participación de los vehículos brasileños en el mercado argentino es de 59 por ciento, argumentó Kirchner.

Argentina no quiere cancelar el acuerdo automotor entre los dos países, que prevé el libre comercio a partir de enero de 2006, sino incluirle ”ajustes” y un aplazamiento de la liberación total, sostuvo Lavagna.

Son ajustes necesarios para reducir el desequilibrio y asegurar la supervivencia de esa industria en Argentina, argumentó.

La integración de cadenas productivas en varios sectores, proceso que el gobierno brasileño considera la única vía para superar los frecuentes conflictos comerciales con Argentina, fue el principal tema de conversación entre Lavagna, Furlán y el ministro de Hacienda, Antonio Palocci.

Lavagna entregó a los ministros brasileños propuestas para un desarrollo industrial integrado, la superación de ”asimetrías” y las salvaguardias defendidas por su gobierno para casos en que algunos sectores nacionales sean gravemente amenazadas por desequilibrios ocasionales provocados por factores como devaluaciones.

Las salvaguardias para proteger sectores en riesgo existieron en el Mercosur en sus primeros años y su vigencia se justifica ante la falta de coordinación macroeconómica entre los socios del bloque, según las autoridades argentinas.

En los últimos meses Argentina adoptó varias medidas destinadas a trabar la ”invasión” de productos brasileños. Tales decisiones condujeron a negociaciones entre los sectores privados, que derivaron en cuotas de exportación que se impusieron empresarios brasileños de los sectores textil, de calzados, refrigeradores y cocinas.

Además se impuso a los productos hechos en la Zona Franca de Manaos, en el norte de Brasil, un gravamen de 21,5 por ciento, medida que afecta principalmente los televisores.

Son acuerdos temporales, que preanuncian nuevos roces en el próximo año. En algunos casos, como el de las máquinas de lavar ropa y los televisores, aún no se alcanzó un entendimiento final.

Desde el año pasado se ha invertido la balanza comercial entre los dos países. El superávit obtenido por Argentina desde el inicio del proceso de integración del Mercosur, a comienzos de la década de 90, se tornó un creciente déficit.

La fuerte recuperación económica argentina y la recesión en Brasil es el origen de esa inversión. Los empresarios argentinos advirtieron sobre una ”invasión” de productos brasileños, al comparar las importaciones de 2003 con las de 2002.

Pero los brasileños rechazan esa comparación, recordando que en 2002 Argentina sufrió una depresión económica que redujo dramáticamente las importaciones. La comparación, sostienen, debe hacerse con años anteriores, de comercio ”normal” y cuyo nivel se está recuperando desde el año pasado.

La integración productiva por sectores, o una ”política industrial común”, es vista como solución tanto por brasileños como argentinos. Es proceso al que se aspira desde hace mucho pero que ahora parece alentado por las actuales disputas comerciales.

La salida es compartir la cadena para aumentar la producción en todos los países y exportar a terceros mercados, en lugar de disputar los mercados internos de los países socios del Mercosur, admitió Eduardo Sigal, subsecretario de Integración Económica argentino.

Lavagna fue también recibido por el canciller Celso Amorim y el presidente Luis Inácio Lula da Silva. En total, pasó ocho horas reunido con gobernantes brasileños. (

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