El nuevo parlamento de Somalia se prepara para enfrentar su mayor desafío: desarmar a las milicias, principales responsables del caos en este país del Cuerno de Africa.
Somalia, antigua colonia italiana, está en guerra civil desde 1991, cuando distintas facciones derrocaron al dictador Mohammed Siad Barre para luego enfrascarse en luchas intestinas.
Este país quedó dividido en varios feudos, y es desde entonces constante destino del tráfico de armas pequeñas desde países vecinos.
La provincia noroccidental de Puntland, declaró su autonomía en 1998, y la septentrional Somalilandia, ex colonia británica anexada por Mogadisco en 1960, declaró su independencia en 1991, aunque no fue reconocida por la Organización de las Naciones Unidas (ONU).
Los clanes Hawiye, Digle-Mirifle, Dir y Darod luchan entre sí, y existe un quinto clan formado por 14 grupos minoritarios.
La guerra civil dejó más de 300.000 muertos, según agencias humanitarias. La intervención de la ONU se produjo entre 1992 y 1995.
Si no hay un desarme, las cosas serán muy difíciles. La paz estará en peligro. Este proceso debe hacerse en todo el país, de rincón a rincón, dijo a IPS el parlamentario Alí Basha.
La creación del parlamento el 22 de agosto fue un verdadero logro histórico, resultado de un proceso de intensas negociaciones de casi dos años en Nairobi entre jefes tribales, señores de la guerra y líderes religiosos.
El parlamento somalí sesionará por ahora en un complejo cultural de Nairobi, la capital keniata.
Los 275 miembros de la asamblea eligieron como su presidente interino a Hirsi Bulhan Farah, quien deberá preparar el camino para la nominación del presidente definitivo, quien a su vez conducirá la elección del gabinete.
Los ministros, finalmente, nombrarán al nuevo presidente, que gobernará Somalia por los próximos cinco años. Será el primer gobierno de este país desde que estalló la guerra hace 13 años.
Somalia, con una población de 9,7 millones de habitantes, es el único del planeta sin gobierno central.
Para la guerra, cada clan obtuvo armas de los países vecinos, como Etiopía y Yemen. Ahora necesitamos ayuda de la comunidad internacional. El desarme es un proceso complejo y estamos empezando de cero, dijo Basha.
El tráfico de armas también ha llegado a otros países limítrofes.. El canciller de Kenia, Kalonzo Musyoka, dijo en abril que cerca de 60.000 armas ilegales fueron ingresadas al país desde Somalia.
Grupos defensores de los derechos humanos afirman que, debido al caos, es prácticamente imposible cuantificar el número de armas ilegales que circulan en Somalia.
El gobierno transicional, creado en Arta, Djibouti, en 2002, no fue reconocido por gran parte de la población somalí, y por eso le fue imposible avanzar en el proceso de desarme.
El presidente Abdulkassim Salat Hassan no logró poner control en Mogadisco. Su administración terminó en agosto de 2003.
Le estamos pidiendo a países de Africa y de otros lugares del mundo que apoyen financieramente al nuevo gobierno y desplieguen fuerzas de paz para verificar que se respete el cese del fuego, dijo a IPS la parlamentaria Xaawa Abdillahi Qayaad.
La legisladora se refería a la tregua que fue firmada en octubre de 2002 por los 366 delegados de los diferentes clanes y grupos religiosos en las conversaciones de paz que se realizan en Nairobi.
Las conversaciones son auspiciadas por la Autoridad Intergubernamental para el Desarrollo, integrada por Djibouti, Eritrea, Etiopía, Kenia, Somalia, Sudán y Uganda. También colaboran Gran Bretaña, Italia y Noruega.
Mientras, las nuevas legisladoras movilizan a la sociedad somalí para propagar mensajes de paz en todo el territorio.
La parlamentaria Asha Abdullahi Isse informó que solicitaron a organizaciones de la sociedad civil que promuevan un diálogo con los líderes de las milicias.
Queremos estar en el centro de la situación, porque las mujeres y los niños hemos sido los más afectados por la guerra. Mujeres y niñas han sido violadas y asesinadas por las milicias, afirmó.
Es importante que las parlamentarias trabajen para buscar una paz duradera y crear un ambiente seguro para nuestras mujeres y nuestros hijos, dijo.
De los 275 miembros del parlamento, apenas 16 son mujeres. (