El portal costarricense Lacarretica.com fue presentado a exportadores de Venezuela como un ejemplo exitoso del empleo de nuevas tecnologías de información y comunicación para diversificar la oferta comercial de los países.
Se trata de una iniciativa de jóvenes empresarios de Costa Rica que ofertan a través de Internet productos nostálgicos a los 100.000 compatriotas que viven en Estados Unidos, explicó a IPS Leopoldo Rojas, de la organización Galileo, en el marco de un seminario en la sede caraqueña del Sistema Económico Latinoamericano (SELA).
Lacarretica.com ofrece desde alimentos y bebidas, como la salsa lizana que los ticos, como se les llama en forma coloquial a los costarricenses, usan en numerosos platillos, hasta camisetas de la selección de fútbol, música típica, juguetes, libros, periódicos, carteles y hasta artículos religiosos.
Esta experiencia empresarial factura ventas entre 11.000 y 12.000 dólares mensuales y se ha reproducido en portales como el salvadoreño Mejorescompras.com o el guatemalteco Mejorescompras.com, relató Rojas.
La Asociación Venezolana de Exportadores, que reúne unas 300 firmas, y la organización privada Venezuela Competitiva se unieron al SELA en la reflexión sobre la necesidad de incorporar las nuevas tecnologías de información y comunicación (TIC) en la búsqueda de mercados por las pequeñas y medianas empresas.
Incorporar las TIC a sus procesos es un requisito para las empresas de América Latina y el Caribe, en particular para las pequeñas y medianas, en la búsqueda de diversificar las exportaciones, comentó a IPS el experto Gonzalo Capriles.
También es una necesidad, urgente, para dejar atrás la condición monoexportadora de nuestros países y aprovechar las nuevas corrientes de la economía internacional, dijo Carriles, quien conduce desde el SELA un programa iberoamericano para las pequeñas y medianas empresas.
Las firmas de pequeño y mediano porte constituyen 96 por ciento del parque empresarial de la región y son parte de un conjunto mundial cuyo promedio de crecimiento es de nueve por ciento anual, mientras que los grandes consorcios y las corporativas aumentan entre cuatro y cinco por ciento, precisó en el seminario Francisco Thierman, director comercial para América del Sur del gigante informático estadounidense IBM.
La palabra crecimiento ha vuelto a ponerse de moda. Antes se hablaba sólo de eficiencia, pero ahora se vuelve a hablar de crecimiento, dijo Thierman.
La tendencia para los próximos años es que ocurran nuevas transformaciones, ante las cuales las empresas deben estar preparadas, agregó el experto.
En ese sentido, Isidro Lazo, académico español y asesor de la Unión Europea, dijo que una de las tendencias en Europa es la del comercio colaborativo, una modalidad en la cual se integran electrónicamente empresas vinculadas a los diversos eslabones de una cadena productiva. Innovar es la palabra clave, añadió.
La Asociación Latinoamericana de Integración (Aladi), que condujo en junio un foro virtual sobre la capacidad exportadora de las pequeñas y medianas empresas de la región, también destacó como requisito para elevar la competitividad que se integren en redes para mejorar su acceso a información abundante, con costos reducidos y disposición para participar en cualquier eslabón de la cadena productiva.
Un ejemplo destacado por Capriles es la asociación en redes de pequeñas y medianas empresas de Argentina, que desde hace cinco años comparten esfuerzos y forman consorcios de exportación en campos donde cada una por sí sola no tenía capacidad de internacionalizarse.
La Aladi estableció que la competitividad de las pequeñas y medianas estará determinada por su capacidad para asimilar nuevas tecnologías de comunicación, así como por su adaptación al cambiante escenario contemporáneo.
Para Capriles, la sensibilización y capacitación debe comenzar por la gerencia de las medianas firmas, y cubrir el campo de los trabajadores, no para suprimir o reducir empleos, sino para crear un tipo nuevo de empleo, tecnologizado.
Francisco Mendoza, presidente de la Asociación de Exportadores, también destacó que la introducción de nuevas tecnologías no debe implicar menos sino diferentes empleos, como los arquitectos de contenidos e ingenieros de diseño.
Es la tendencia de la economía moderna, con la innovación como herramienta para dar valor agregado a nuestros productos, dijo Mendoza a IPS.
Finalmente, también en la línea de la Aladi, los expertos coincidieron en la necesidad de que los gobiernos promuevan políticas e iniciativas que favorezcan la incorporación de TIC a las empresas con vocación exportadora, especialmente las pequeñas y medianas.
En el caso de Venezuela, dijo Mendoza, incluso los altibajos en las exportaciones no tradicionales hablan del potencial del sector, pero necesitamos una continuidad de políticas y no que cambien de gobierno en gobierno e, incluso como ha sido el caso, hasta de ministro en ministro.
La exportación no tradicional venezolana fue de 5.282 millones de dólares en 2003, pero había alcanzado el año anterior a 6.926 millones.